Preguntas al resetear la agenda

La legislatura tal y como fue configurada en la sesi¨®n de investidura apenas dur¨® tres meses. La pandemia oblig¨® al Gobierno de coalici¨®n a reordenar prioridades y acomodar su acci¨®n pol¨ªtica a una realidad marcada por elementos de excepcionalidad. As¨ª, la excepcionalidad jur¨ªdica qued¨® amparada por la cobertura del Estado de alarma, la pol¨ªtica por una gobernanza apoyada en un mando ¨²nico y la econ¨®mica por la necesidad de encontrar la f¨®rmula para absorber las consecuencias de paralizar la econom¨ªa mundial y reiniciarla de nuevo meses despu¨¦s. Las circunstancias expuestas exigieron al Gobierno transitar por territorio ignoto sin m¨¢s apoyos que los que le brindaron sus socios de investidura. Mientras tanto, un PP obsesionado por (des)calificar al Ejecutivo como ileg¨ªtimo se desentendi¨® de cualquier compromiso con la gobernabilidad del pa¨ªs. El desgaste sufrido justific¨® que Pedro S¨¢nchez afrontara una remodelaci¨®n profunda de la parte socialista de la coalici¨®n. De esta manera, el Gobierno se preparaba para una nueva etapa en la que todos los esfuerzos deber¨ªan estar orientados a la tarea de transformar el pa¨ªs gracias a los fondos de la Uni¨®n Europea.

Pero un nuevo acontecimiento ha desbordado la planificaci¨®n y la agenda de los gobiernos europeos ha sido completamente reseteada. Efectivamente, la guerra de agresi¨®n de Rusia a Ucrania constituye, como en su momento la pandemia, otro ¡°cisne negro¡± con riesgos de cola. Las consecuencias que arroja esta disparatada acci¨®n solo se podr¨¢n afrontar con ciertas garant¨ªas si se adoptan las respuestas que permitan ganar esa guerra y siempre que las mismas cuenten, claro est¨¢, con el mayor respaldo social posible. La guerra de Rusia no es solo la guerra de Putin. Obviamente Putin es el m¨¢ximo responsable de lo que est¨¢ ocurriendo, pero dado que lo que est¨¢ pasando nos va a empobrecer a todos, es razonable analizar esta guerra como un asunto que nos concierne de manera directa tambi¨¦n en lo que afecta al valor seguridad. De ah¨ª que no resulte extra?o preguntarse por potenciales ajustes para hacer m¨¢s efectiva la acci¨®n de Gobierno. As¨ª, ?es la actual estructura y composici¨®n del Gobierno la ¨®ptima para afrontar este giro de complejidad extrema?

Tambi¨¦n cabr¨ªa decir lo propio en torno a las alianzas que el Gobierno deber¨ªa impulsar para hacer frente a las decisiones que las circunstancias del momento reclaman. No estar¨ªa de m¨¢s cuestionarse si la mayor¨ªa de la investidura es ahora la ¨²nica f¨®rmula posible, suficiente o, incluso, recomendable para afrontar los costes que va a generar esta guerra cuya duraci¨®n nadie es capaz de pronosticar. Quiz¨¢s las nuevas circunstancias aconsejan trabajar de manera m¨¢s decidida a¨²n para ensanchar, tanto como resulte posible, el per¨ªmetro de las mayor¨ªas parlamentarias dispuestas a respaldar cualquier medida que resulte necesario aprobar ahora o en el futuro. La din¨¢mica pol¨ªtica seguida hasta la fecha dificulta imaginar este escenario. Con todo, no hay nada ajeno a la voluntad pol¨ªtica que lo haga imposible. La pregunta es si quienes est¨¢n concernidos lo van a intentar.