El pulso por bajar la luz
Madrid y Lisboa garantizan el precio europeo a Francia si pueden reducirlo en la Pen¨ªnsula durante todo el a?o 2022
El pulso que Espa?a y Portugal mantienen con los t¨¦cnicos de la Comisi¨®n para concretar la excepcionalidad (energ¨¦tica) ib¨¦rica que permita a ambos pa¨ªses rebajar, dentro de la UE, el disparatado precio de la electricidad, est¨¢ llegando a su momento clave. La presentaci¨®n a Bruselas de las propuestas ib¨¦ricas, en dos documentos que hoy revela EL PA?S, debe permitir a los t¨¦cnicos m¨¢s r¨ªgidos, a las compa?¨ªas el¨¦ctricas que buscan someterlos a sus intereses particulares y a los pa¨ªses que se refugian tras sus espaldas a entrar en razones. Es decir, a asumir del todo el mandato de los Veintisiete a la Comisi¨®n Europea del 25 de marzo de dar ¡°un trato espec¨ªfico¡± a ambos Estados para que ¡°puedan gestionar esta situaci¨®n especial en la que se encuentran y manejar los precios energ¨¦ticos¡±, seg¨²n sintetiz¨® su presidenta.
Como los gobiernos espa?ol y portugu¨¦s anunciaron, su prop¨®sito es establecer un tope de 30 euros por megavatio hora (MWh) al precio del gas usado en la generaci¨®n de electricidad para que no contagie al resto de fuentes energ¨¦ticas (mediante las discutibles subastas marginalistas, que fijan el precio de todas al nivel de la m¨¢s cara) y poder as¨ª rebajar el precio final minorista de la luz a hogares y empresas. Y acotando esa excepci¨®n a la ¡°isla energ¨¦tica¡± ib¨¦rica, mediante un cortafuegos de precios en su conexi¨®n con Francia (f¨¢cil, pues supone solo el 2,8% de su capacidad), a trav¨¦s de una doble subasta: una para el precio peninsular y otra para el resto.
Ambos documentos profundizan en este modelo, con especial inter¨¦s en disipar los recelos de que pudiera quebrar el mercado ¨²nico el¨¦ctrico existente para los otros 25, para combinar, as¨ª, su excepcionalidad con el respeto al mecanismo com¨²n. Con ese fin, enfatizan su respeto al instrumento de las subastas marginalistas. Es m¨¢s, se muestran dispuestos a practicar las restricciones que sean necesarias a sus exportaciones al otro lado de los Pirineos. Ampl¨ªan, adem¨¢s, el l¨ªmite de precios a todas las energ¨ªas marginalistas (carb¨®n incluido) y recuerdan que este tipo de excepci¨®n, la doble subasta, ya lo prev¨¦ la normativa europea vigente en 2015 (el 1.222): la distorsi¨®n producida ser¨ªa m¨ªnima; ser¨ªa mayor si no se estableciese la ¡°doble ronda¡±, pues entonces los precios ib¨¦ricos subvencionar¨ªan los franceses.
Frente a los reticentes, se recuerda que el car¨¢cter excepcional del reto ¡ªla insularidad del mercado ib¨¦rico frente al resto¡ª queda subrayado por su alcance temporal, que ser¨¢ hasta final de a?o. Es un m¨ªnimo l¨®gico para una norma que deber¨ªa entrar en vigor en mayo. Y es, al tiempo, suficiente para posibilitar en Espa?a contratos a m¨¢s largo plazo y con precios m¨¢s baratos.
La rigidez con que el lobby el¨¦ctrico ¡ªy sus medios subvencionados¡ª ataca en Bruselas el inter¨¦s general de empresas y familias ib¨¦ricas es grotesca. Cada d¨ªa postula argucias nuevas. La m¨¢s insidiosa busca convencer al resto de los europeos de que las empresas ib¨¦ricas, al garantizarse una energ¨ªa menos cara, competir¨ªan deslealmente con las otras europeas en el mercado interior. Esta a?agaza olvida que ahora compiten en desigual condici¨®n al sufrir precios el¨¦ctricos muy superiores. Y si el mecanismo pudiera emparentarse con las ayudas de Estado prohibidas, esconde que su marco regulatorio ha sido modificado seis veces desde la pandemia (la ¨²ltima, el 23 de marzo) para permitir enormes paquetes de ayuda p¨²blica a las empresas afectadas por el alza del coste energ¨¦tico, como las alemanas. Los impuls¨® el liberal ministro de Hacienda Christian Lindner con un valor de 100.000 millones de euros. En tiempos tormentosos, las excepciones son normales. Y deben operar para todos.
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