Irresponsabilidad fiscal
La soluci¨®n del PP no es novedosa: bajadas muy concretas de impuestos y buenos prop¨®sitos inconcretos de eliminaci¨®n del gasto superfluo. Su plan es decepcionante y contradictorio, pues las medidas aumentan el d¨¦ficit e impulsan la inflaci¨®n
Espa?a no ha resuelto la crisis fiscal iniciada en 2008 tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, donde se desplomaron los ingresos asociados al ladrillo. El d¨¦ficit estructural, es decir, el exceso de gastos sobre ingresos si la econom¨ªa creciera a plena capacidad, no ha hecho m¨¢s que aumentar desde el a?o 2014, debido tanto a las rebajas impositivas como a los aumentos del gasto. De hecho, si hubi¨¦ramos evitado el crecimiento del d¨¦ficit estructural, habr¨ªamos afrontado la pandemia con 13 puntos menos de deuda...
Espa?a no ha resuelto la crisis fiscal iniciada en 2008 tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, donde se desplomaron los ingresos asociados al ladrillo. El d¨¦ficit estructural, es decir, el exceso de gastos sobre ingresos si la econom¨ªa creciera a plena capacidad, no ha hecho m¨¢s que aumentar desde el a?o 2014, debido tanto a las rebajas impositivas como a los aumentos del gasto. De hecho, si hubi¨¦ramos evitado el crecimiento del d¨¦ficit estructural, habr¨ªamos afrontado la pandemia con 13 puntos menos de deuda p¨²blica. Esta falta de disciplina fiscal en los momentos de expansi¨®n econ¨®mica, t¨ªpica de los pa¨ªses del sur de Europa, es la que nos hace m¨¢s vulnerables fiscalmente cuando afrontamos las crisis y que tanto desespera a nuestros socios del Norte.
En la actualidad, la situaci¨®n fiscal es muy delicada; nos encontramos con un nivel de deuda p¨²blica rozando el 120% del PIB y con un d¨¦ficit estructural en el entorno del 5% del PIB. Es decir, Espa?a es un pa¨ªs que, incluso creciendo a su potencial, estar¨ªa trasladando la factura del 5% de su gasto p¨²blico a los j¨®venes. Esto implica que 1 de cada 10 euros que gastamos no lo pagamos y se lo pasamos a las futuras generaciones. Parad¨®jicamente, ese 5% es superior a toda la inversi¨®n en educaci¨®n p¨²blica.
El debate fiscal, no obstante, es muy pobre y el populismo fiscal campa a sus anchas. Unos dicen que el problema se soluciona acabando con el gasto superfluo y la econom¨ªa sumergida; otros, que todo se soluciona subiendo impuestos ¨²nicamente a los ricos... Es evidente que hay que acabar con la econom¨ªa sumergida y el gasto ineficiente, y tambi¨¦n que el sistema impositivo tiene que ser progresivo, pero dif¨ªcilmente vamos a resolver la crisis fiscal sin subir impuestos o sin recortar programas del Estado de bienestar. M¨¢xime ante el proceso de envejecimiento que tenemos por delante, donde Espa?a ser¨¢ una de las econom¨ªas m¨¢s envejecidas del mundo y con el consiguiente aumento del gasto asociado en pensiones, dependencia y sanidad. Ambas soluciones son leg¨ªtimas, y como ciudadanos cada uno tendr¨¢ sus preferencias. Pero como economista me corresponde decir que no es posible pagar impuestos como en los pa¨ªses de corte anglosaj¨®n (Reino Unido o Estados Unidos), donde muchos programas, como gran parte de la educaci¨®n y la sanidad, son privados, y aspirar a vivir en un pa¨ªs con un Estado de bienestar similar a los pa¨ªses de Centroeuropa (Francia o Alemania), donde ambos programas son p¨²blicos.
En estos momentos, la situaci¨®n econ¨®mica, tras la peor pandemia en un siglo, se agrava por los efectos econ¨®micos de la guerra de Ucrania. Esta guerra ha supuesto un shock negativo de oferta por el aumento de la energ¨ªa, generando un nivel de inflaci¨®n mucho m¨¢s alto y persistente de lo que se pensaba al principio del a?o. Para hacer frente a la dif¨ªcil situaci¨®n, el nuevo l¨ªder de la oposici¨®n ha presentado un paquete de ¡°medidas urgentes y extraordinarias en defensa de las familias y la econom¨ªa espa?ola¡±. Antes de pasar a comentarlo, creo que es destacable positivamente la nueva forma de hacer oposici¨®n presentando medidas.
El documento parte de una diagnosis econ¨®mica compatible con lo expuesto anteriormente, es decir, defendiendo la necesidad de reducir el d¨¦ficit p¨²blico y de luchar contra una inflaci¨®n alta. Sin embargo, la soluci¨®n que encuentran no es nada novedosa: medidas muy concretas de bajadas de impuestos (principalmente IVA e IRPF), acompa?adas de unos buenos prop¨®sitos, sin concretar o cuantificar, de eliminaci¨®n del gasto superfluo. En este sentido, el documento es decepcionante y contradictorio, pues las medidas aumentan el d¨¦ficit e impulsan a¨²n m¨¢s la inflaci¨®n.
La guerra de Ucrania ha significado un aumento de precio de la energ¨ªa, que al ser un input productivo ha desplazado la curva de oferta a la izquierda: es decir, como aumenta el coste de producci¨®n, las empresas est¨¢n dispuestas a producir menos para unos niveles de precio dados. La soluci¨®n aqu¨ª ser¨ªa introducir medidas que redujeran el coste de producci¨®n; por ejemplo, reformas estructurales que mejoraran la eficiencia econ¨®mica o bajar los impuestos a la producci¨®n. En este sentido, la reforma laboral de 2021, reci¨¦n aprobada, puede estar ayudando a mejorar la calidad del empleo. Pero lo que es evidente es que bajar impuestos generalizados a las familias tendr¨¢ un efecto contraproducente, pues impulsa la demanda agregada y con ello agrava el problema de la inflaci¨®n.
En segundo lugar, la propuesta de bajada de impuestos, que incrementar¨¢ el d¨¦ficit, con el consiguiente aumento de la deuda p¨²blica, es si cabe a¨²n m¨¢s irresponsable dada la situaci¨®n econ¨®mica pues, con los actuales niveles de inflaci¨®n en todos los pa¨ªses europeos, estamos en la antesala de una subida de tipos del BCE. A pesar del esfuerzo meritorio del Tesoro espa?ol para aumentar la madurez de la deuda p¨²blica, situada hoy en ocho a?os, lo cierto es que este a?o hay que colocar en el mercado cerca de 240.000 millones de euros, entre nuevas emisiones y refinanciaciones. Si asumimos que emitimos la deuda a ocho a?os para mantener la vida media y sabemos, por la curva de tipos, que el tipo de inter¨¦s de estos bonos ha pasado del 0,12% en noviembre de 2021 al 1,65% hoy, podemos afirmar que esta subida de tipos va a suponer un aumento del coste de 3.600 millones de euros cada a?o. Es decir, el gasto va a aumentar, pero no para mejorar la sanidad o la educaci¨®n, sino para pagar a nuestros acreedores. Y, ante este panorama, cuanto mayor sea nuestro nivel de deuda mayor ser¨¢ el tipo de inter¨¦s a pagar por colocarla. Lamentablemente, la reforma de las pensiones de 2021, que ha agravado sustancialmente los problemas de sostenibilidad, tampoco nos va a ayudar.
En definitiva, creo que se puede encontrar cierto consenso entre los principales partidos para resolver la crisis fiscal. En primer lugar, hacer un presupuesto base cero, es decir, hacer un presupuesto empezando desde cero, mirando ¨²nicamente hacia el futuro y sin las inercias del pasado. Con este ejercicio se podr¨ªa hacer una buena estimaci¨®n del llamado gasto superfluo e ineficiente. En segundo lugar, una senda de reducci¨®n del d¨¦ficit estructural y de la deuda p¨²blica y con ello dejar de pasar nuestras obligaciones de pago a los j¨®venes, que bastantes problemas tienen ya. En tercer lugar, una reforma del sistema impositivo para hacerlo m¨¢s eficiente. En este sentido, todos los expertos coinciden en la ineficiencia del sistema impositivo espa?ol, con tipos efectivos bajos y tipos marginales muy altos debido a la gran cantidad de deducciones, exenciones y beneficios fiscales que tenemos en todos los impuestos. En cuarto lugar, una reforma de la financiaci¨®n auton¨®mica que mejore la corresponsabilidad fiscal de las comunidades aut¨®nomas. Y, como bien se?ala el documento presentado, potenciar a la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) como ¨®rgano realmente independiente de evaluaci¨®n del gasto p¨²blico, pues no deja de ser parad¨®jico que desde su creaci¨®n en 2013 el d¨¦ficit estructural no ha dejado de crecer. Quinto, reformar las pensiones para adaptarlas a la nueva realidad demogr¨¢fica. La ¨²ltima reforma aumenta el gasto de forma creciente hasta 3,6 puntos de PIB en 2050, y no olvidemos que gran parte del d¨¦ficit estructural se genera por el desfase creciente entre ingresos y gastos del sistema.