Un acuerdo forzado para la izquierda francesa

Cuatrocientos mil votos distanciaban a Jean-Luc M¨¦lenchon, l¨ªder de Francia Insumisa, de Marine Le Pen, candidata de la ultraderecha en las presidenciales del 10 de abril pasado. M¨¦lenchon estaba convencido de su potencial para ganar la contienda, aprovechando la din¨¢mica de izquierda que hab¨ªa creado a lo largo de a?os de militancia en una sociedad francesa hastiada de estar comprimida entre el centrismo de Emmanuel Macron y el extremismo lepenista. Aunque no pudo realizar su sue?o, sus partidarios lo elevaran a candidato natural al puesto de ¡°primer ministro¡± la misma noche de la proclamaci¨®n de los resultados electorales. En realidad, solo hay una (peque?a) posibilidad de ganar las legislativas de este junio, pero s¨ª que el respaldo obtenido le permitir¨ªa aglutinar a las fuerzas de izquierda en torno de la hegemon¨ªa de Francia Insumisa. Haciendo gala de un verdadero compendio de f¨®rmulas diplom¨¢ticas y de creatividad sem¨¢ntica, los negociadores ¡°insumisos¡± han llegado a reunir en un mismo programa a los comunistas, los verdes y, como guinda, a los hermanos enemigos socialistas. Ese compromiso tuvo lugar precisamente el 3 de mayo, aniversario del acuerdo de 1936 que vio nacer al Frente Popular, un s¨ªmbolo en el imaginario de las izquierdas francesas.

Pero incluso si el Consejo Nacional del Partido Socialista rechaza finalmente este acuerdo, es un importante impulso que recompone una izquierda severamente fracturada desde a?os, y que concurrir¨¢ bajo el nombre de Nueva Uni¨®n Popular Ecol¨®gica y Social. Matem¨¢ticamente, salvo si se puede movilizar a los 13 millones de abstencionistas, parece dif¨ªcil ganar (se necesita una mayor¨ªa de 289 diputados sobre 577), pero pol¨ªticamente ser¨¢ de todos modos una victoria innegable para M¨¦lenchon. Su partido podr¨¢ liderar en la nueva Asamblea Nacional una oposici¨®n frontal, en la medida en que el resto de las fuerzas aliadas quedar¨¢n condicionadas por el programa reci¨¦n adoptado, ampliamente apoyado por la mayor¨ªa del electorado de izquierda. El acuerdo es tambi¨¦n electoralmente muy rentable para ellos, porque la proyecci¨®n legislativa de sus resultados en las presidenciales es p¨¦sima ¨Del mismo Partido Socialista (1,75% para Anne Hidalgo) se podr¨ªa quedar por debajo del umbral de los 15 diputados necesarios para formar un grupo parlamentario aut¨®nomo¨D.

A largo plazo, M¨¦lenchon aspira posiblemente, a la manera de Fran?ois Mitterrand en el pasado, volver a ser en las presidenciales de 2027 el candidato ¨²nico de la izquierda. Prop¨®sito realizable, pese a su edad. Hay precedentes muy admirados: Georges Cl¨¦menceau, ganador de la guerra de 1914, Charles de Gaulle y otros.

Mientras tanto, el ¨¦xito de los insumisos generar¨¢ otras dolorosas bajas dentro del Partido Socialista; muchos de sus antiguos dirigentes anti-melenchonistas lo abandonar¨¢n y se refugiar¨¢n bien en los m¨¢rgenes del movimiento de Emmanuel Macron, o bien en la b¨²squeda de un nuevo conjunto pol¨ªtico, social liberal y dem¨®crata. Porque ni hoy ni dentro de mucho tiempo encontrar¨¢n espacio pol¨ªtico entre los tres grandes polos ¨DMacron, Le Pen, M¨¦lenchon¨D que configuran ahora la vida pol¨ªtica francesa.