El (otro) golpe de Bolsonaro en Brasil
El presidente y sus aliados buscan volver a los tiempos feudales de la ense?anza familiar
Mientras en Brasil una gran parte de los medios de comunicaci¨®n discuten diariamente la posibilidad de que el presidente Jair Bolsonaro est¨¦ preparando un golpe autoritario si pierde las elecciones, otro tipo de golpe, ya en acto, es silenciado. Uno que har¨ªa volver al pa¨ªs a los tiempos feudales de pr¨ªncipes y vasallos. Se trata de la introducci¨®n de la llamada ¡°escuela familiar¡±, que permitir¨ªa que las familias educasen a los hijos en casa sin necesidad de asistir a la escuela p¨²blica. Ello supondr¨ªa un retroceso a los tiempos en que solo los hijos de la nobleza ten¨ªan derecho a la ense?anza mientras la plebe se quedaba analfabeta.
La aprobaci¨®n de una ley para corregir el texto constitucional que exige que los ni?os de cuatro a 17 a?os sean educados en las escuelas p¨²blicas est¨¢ en marcha a la chita callando con poca o ninguna repercusi¨®n en la prensa. De hecho, la enmienda a la Constituci¨®n ha sido ya votada y aprobada en el Congreso con 264 votos a favor y 144 en contra y que ahora deber¨¢ ser refrendada por el Senado.
Si aprobada, la nueva ley constituir¨ªa un retroceso a los tiempos en los que el saber estaba limitado a la aristocracia y constituir¨ªa un golpe al progreso republicano de ofrecer el saber a todos sin distinci¨®n lo que ha caracterizado a las sociedades democr¨¢ticas.
La idea de Bolsonaro y sus huestes es evitar que los ni?os sean adoctrinados en las escuelas p¨²blicas con ¡°ideas izquierdistas¡± y sobre temas de sexualidad, una de sus grandes obsesiones. El terror del ultraderechista es que en las escuelas se les hable a los alumnos de los temas de la diversidad de g¨¦nero. Su terror a la homosexualidad es tal que ha confesado que antes de ver llegar a su casa a un hijo ¡°del brazo de un bigotudo preferir¨ªa verlo muerto atropellado por un cami¨®n¡±.
La educaci¨®n p¨²blica, como es sabido, fue y sigue siendo una de las mayores conquistas de la humanidad para acabar con la vergonzosa divisi¨®n entre ilustrados y analfabetos que afligi¨® durante siglos a millones de personas excluidas del saber. Acabar con esa conquista social que supone uno de los mayores logros de las democracias significa volver a los tiempos de las cavernas.
Obsesionado con la idea de que en las escuelas p¨²blicas ¡°se pervierte¡± a los ni?os con ideas subversivas, Bolsonaro cree que deben ser las familias quienes se encarguen de la ense?anza de sus hijos, sin pensar que ello supondr¨ªa que mientras los ricos seguir¨¢n enviando a sus hijos a las escuelas privadas, los pobres ¨Cque son mayor¨ªa¨C los mandar¨ªan a trabajar para ayudar econ¨®micamente a la familia como en tiempos pasados.
El Gobierno de Bolsonaro ha visto desde el principio como un desperdicio lo que se gasta en la educaci¨®n p¨²blica, cuyo presupuesto ha ido recortando cada vez m¨¢s, mientras que sus ministros de Educaci¨®n han sido hasta ahora abiertamente reaccionarios y hasta pastores evang¨¦licos que llegaron a proponer que en las escuelas todas las asignaturas fueran ense?adas solo con el libro de la Biblia.
Disminuir o desacreditar a la escuela p¨²blica como est¨¢ intentando Bolsonaro supone negar el principio republicano fundamental del derecho de todos, pobres y ricos al saber, el ¨²nico instrumento que puede acabar con las sangrientas desigualdades que envilecen a la sociedad y las hacen m¨¢s vulnerables a los abusos de poder de las clases privilegiadas.
En Brasil son a¨²n millones los analfabetos o los que solamente han cursado la educaci¨®n b¨¢sica, y hasta no hace muchos a?os se daba como normal que estudiar era cosa de ricos, mientras que los hijos de los pobres deb¨ªan trabajar como lo hicieron siempre sus padres. Pretender que esos millones de familias sean capaces de ense?ar en sus casas a los ni?os, supone hoy una bofetada al sentido com¨²n.
Es justamente en el seno de esas familias que Bolsonaro considera que deben escolarizar a sus hijos por temor a que en la escuela puedan ¡°ser pervertidos¡± con ideas llamadas ¡°modernistas¡± donde tristemente existe el mayor carga de violencia dom¨¦stica y donde los ni?os est¨¢n condenados a ver como normal que el mundo se divide entre quienes estudian y quienes trabajan, triste herencia de una esclavitud que Brasil fue el ¨²ltimo del mundo a abolir.
Como ha escrito hoy Breno Altman, editor de Opera Mundi: ¡°En un Brasil en el que la ense?anza de calidad se hace cada vez m¨¢s elitista, disponible en instituciones exclusivas para millonarios, la ense?anza dom¨¦stica es una forma perversa para debilitar las escuelas p¨²blicas, abriendo una nueva brecha para ahorrarse el presupuesto de la ense?anza¡±.
El tema m¨¢s manejado hoy en los medios de comunicaci¨®n y en las redes sociales es la posibilidad de que Bolsonaro est¨¦ preparando un golpe de Estado junto con una parte de los militares fieles a ¨¦l si ve que puede perder las elecciones. En realidad, el verdadero golpe, el de acabar con la ense?anza p¨²blica, lo ha iniciado ya sin ruido, con la complicidad de un Congreso al que est¨¢ consiguiendo comprar con ayudas millonarias, mientras una inflaci¨®n galopante golpea a los m¨¢s d¨¦biles y arrastra a millones de familias al horror del hambre en un pa¨ªs que alimenta a medio mundo con sus riquezas naturales.
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