No podemos saber si Johnny Depp viol¨® a Amber Heard
La revelaci¨®n m¨¢s importante de este medi¨¢tico juicio excede a sus protagonistas y viene a demostrar que a¨²n vivimos anclados en una cultura de violaci¨®n que favorece al agresor
El juicio mediatizado, tiktokeado e instagrameado de Johnny Depp y su exmujer Amber Heard es el trending topic de las ¨²ltimas semanas. El enfrentamiento se debe a una demanda de difamaci¨®n que el actor ha interpuesto contra Heard ¡ªpidi¨¦ndole 50 millones de d¨®lares¡ª por un art¨ªculo publicado en The Washington Post, donde ella aseguraba haber sufrido violencia dom¨¦stica durante su matrimonio. Durante el juicio, ella ha relatado que Depp la viol¨® con una botella, entre otras agresiones f¨ªsicas y verbales espeluznantes. Sin embargo, cada vez parece m¨¢s claro que el ¨²ltimo esc¨¢ndalo sobre violencia machista de Hollywood acabar¨¢ igual que todos: sin conocer la verdad. Como si la verdad consistiera en aceptar que no podemos llegar a saber si Johnny Depp viol¨® o no a Amber Heard. Pero la revelaci¨®n m¨¢s importante de este juicio excede a sus protagonistas y viene a demostrar que a¨²n vivimos anclados en una cultura de violaci¨®n que favorece al agresor.
As¨ª, en el momento en que Amber Heard denuncia haber sido violada por su exmarido, pasa a ser cuestionada de manera masiva y sistem¨¢tica. De hecho, cuanto m¨¢s visibilidad tenga el relato de una denuncia de violaci¨®n, mayor n¨²mero de agresiones verbales y presiones recibir¨¢ la mujer que alza la voz. Esta es la raz¨®n por la que muchas violaciones se silencian, pues las v¨ªctimas son conscientes del infierno que les espera si dicen la verdad. En este sentido, el caso de Depp y Heard resulta esclarecedor. As¨ª, tal y como denunci¨® Noelia Ram¨ªrez, la etiqueta #justiceforjohnnydepp (justicia para Johnny Depp) acumul¨® 8.300 millones de visionados en TikTok, mientras que #justiceforamberheard (justicia para Amber Heard) apenas lleg¨® a los 30 millones. De modo que ante un caso tan grave y espeluznante como la violaci¨®n a una mujer con una botella, sucede que los memes humor¨ªsticos se comparten a millares, mientras los defensores del posible agresor superan en millones a quienes otorgan credibilidad a quien denuncia. As¨ª que no, no podemos saber si Depp la viol¨®. Pero podemos estar seguros de lo que le pasar¨ªa a una mujer violada con una botella que se atreviera a denunciar a una estrella de Hollywood por hacerlo.
En este sentido, conviene recordar que lo primero que debe ocurrir para hablar de cultura de la violaci¨®n es que el agresor no viole solo, sino que pueda hacerlo con el respaldo de una importante mayor¨ªa, con su silencio o su complicidad. Por ejemplo, una cultura de la violaci¨®n reconocida es la que mantuvo la pederastia a resguardo en el seno de la Iglesia cat¨®lica espa?ola. Tanto es as¨ª que este peri¨®dico contabiliza ya 1.307 v¨ªctimas de pederastia en la Iglesia espa?ola en un trabajo de investigaci¨®n donde ya nadie pone en duda la credibilidad de las v¨ªctimas. La mayor¨ªa de estos casos, como casi todas las violaciones que ocurren dentro de una cultura que protege al agresor, no fueron denunciados. Sin embargo, lo que s¨ª hicieron muchas de sus v¨ªctimas fue alejar a sus hijos de los colegios de curas como medida de protecci¨®n. As¨ª, intentaban salvaguardar a los suyos, no tanto alej¨¢ndolos de agresores concretos como de una cultura que fue c¨®mplice de sus propios abusos. Igual que aquellos ni?os, las mujeres v¨ªctimas de violaci¨®n casi nunca denuncian, pues saben que se encontrar¨¢n con m¨¢s problemas de los que ten¨ªan antes de hacerlo. Y, desde luego, ninguna puede optar por refugiarse en un espacio ¡°libre de hombres¡± como medida de protecci¨®n. Es por eso que una de las cosas m¨¢s dolorosas que puede suceder a una v¨ªctima de violaci¨®n es denunciar en un contexto donde pueda ser puesta en duda, criticada y maltratada. Tanto, que lo m¨¢s dif¨ªcil no es ya denunciar al violador, sino soportar el peso de la cultura que lo sostiene.
En este sentido, el rechazo que ha despertado Amber Heard no es en absoluto casual. Porque en nuestra cultura de la violaci¨®n, no todas las v¨ªctimas son iguales. Las ni?as y los ni?os son respetados y escuchados y de hecho es mucho m¨¢s probable que un jurado falle a su favor en los juicios que dependen de valoraciones ciudadanas. En cambio, las mujeres j¨®venes e independientes (no digamos si adem¨¢s son, como Amber, actrices de ¨¦xito) siguen cargando con la sospecha de haber hecho algo capaz de incitar el deseo ind¨®mito del var¨®n. Para muchas personas, las v¨ªctimas de violaci¨®n siguen siendo en parte responsables de lo que les sucedi¨®. Pero de entre todas las mujeres, las que peor lo tienen a la hora de denunciar una agresi¨®n sexual quiz¨¢ sean las esposas, dado que la violaci¨®n en el matrimonio es un infierno que nuestra cultura ha mantenido legalizado durante siglos. Para ser exactos, la violaci¨®n en el matrimonio no se reconoci¨® como delito en Estados Unidos hasta 1993. La pobre Amber Heard tiene todas las de perder como v¨ªctima, pues ella eligi¨® a su agresor. Y eso resulta socialmente imperdonable.
As¨ª, el caso Depp-Heard demuestra que la cultura de la violaci¨®n precisa un contexto c¨®mplice con el agresor. Y nos recuerda que esa complicidad nace en la mayor¨ªa de los casos de un abuso de poder. Un obispo, un pol¨ªtico, un padre, un polic¨ªa o un actor famoso lo tienen m¨¢s f¨¢cil para violar y salir indemnes. Primero, porque es muy posible que nadie se atreva a ir contra ellos y, si alguna v¨ªctima tuviera suficiente valor, lo m¨¢s seguro es que su denuncia termine por volverse contra ella y contra su honor. En todo caso, quienes dicen que no podemos saber si Johnny Depp viol¨® a Amber Heard tienen raz¨®n. Lo que s¨ª ha sido demostrado es que Depp hizo abuso de su poder en distintas facetas de su carrera profesional, creando problemas graves en los rodajes, con episodios de violencia reconocidos por distintos testigos, llegando borracho, alterando las din¨¢micas de trabajo en equipo¡ Y que dicho abuso fue consentido y normalizado gracias a su posici¨®n de privilegio. Igual que sabemos, y esto es lo m¨¢s importante, que Depp denunci¨® al peri¨®dico The Sun por llamarle ¡°maltratador de esposas¡± y que un tribunal brit¨¢nico firm¨® la sentencia firme donde Depp perdi¨® aquella cruzada. Queda pues demostrado que al peri¨®dico The Sun, la denuncia p¨²blica del maltrato de Depp no le sali¨® tan cara como a Amber Heard la suya. Nadie llor¨® ni fue objeto de insultos en aquel juicio. Pero claro, The Sun no era una exesposa denunciando una violaci¨®n marital. Y as¨ª, por lo visto, es todo mucho m¨¢s f¨¢cil.
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