Depp contra Heard
El peligro tras la sentencia es su instrumentalizaci¨®n como revulsivo contra todo lo que represent¨® el MeToo
Cada impulso progresista produce su reacci¨®n. La ¨²ltima se proyecta en la oleada de cr¨ªticas vertidas sobre la actriz Amber Heard por la sentencia emitida en su contra que le obliga a pagar a su exesposo ¡ªel tambi¨¦n actor Johnny Depp¡ª 15 millones de d¨®lares en concepto de indemnizaci¨®n. El fallo al que han llegado los siete miembros del jurado ¡ªcinco hombres y dos mujeres¡ª considera difamatorias las tres declaraciones de la actriz y solo una del abogado del actor, y no da credibilidad al testimonio de Heard sobre supuestos malos tratos denunciados por ella.
M¨¢s all¨¢ del respeto escrupuloso al fallo del tribunal, lo revelador del juicio es la explosi¨®n de odio contra la actriz ¡ªespecialmente en redes¡ª que deja al descubierto otro juicio soterrado que va m¨¢s all¨¢ de las dos celebridades: un ataque furibundo contra el movimiento MeToo en un momento especialmente regresivo para los derechos y libertades de las mujeres. El hostigamiento en redes contra voces femeninas que alcanzan notoriedad p¨²blica no es novedoso ¡ªla escritora Mary Beard lo ha vinculado con la carencia estructural de poder que padecen las mujeres¡ª, pero la humillaci¨®n a la que est¨¢ siendo sometida Amber Heard solo se explica como objeto de una reacci¨®n contra el movimiento MeToo.
La sentencia contra la actriz es una oportunidad para reafirmar la importancia del respeto a las resoluciones judiciales porque garantizan la defensa de la presunci¨®n de inocencia y de un proceso justo para los acusados de agresiones sexuales. En un momento de recesi¨®n democr¨¢tica que cuestiona las reglas b¨¢sicas del Estado de derecho esto es m¨¢s importante, si cabe. Pero no es incompatible con algo que conviene recordar, y es que una de las fallas fundamentales del sistema que mostr¨® el MeToo fue la frecuencia con la que las mujeres y otros denunciantes de abuso sexual no encontraron una audiencia imparcial a trav¨¦s de las instituciones. As¨ª lo expres¨® la autora de El cuento de la criada, Margaret Atwood, poniendo de manifiesto la forma en la que el MeToo consigui¨® denunciar una injusticia omnipresente en la sociedad que se constru¨ªa sobre el silencio de quienes la padec¨ªan. Solo al quebrarse esa cultura de la ocultaci¨®n se logr¨® tomar conciencia del problema: en nuestras sociedades liberales una de cada cuatro mujeres sufrir¨¢ a lo largo de su vida un ataque sexual que puede acabar en una violaci¨®n.
Esta realidad no es ciencia ficci¨®n. Es una verdad factual tan real como la sentencia contra Heard. Adem¨¢s del ya viejo antifeminismo digital, la virulenta reacci¨®n contra Heard por una sentencia que nadie pone en entredicho ense?a lo que verdaderamente est¨¢ en juego: la instrumentalizaci¨®n de una sentencia como revulsivo contra todo lo que represent¨® el MeToo, su lucha contra el discurso del odio, la misoginia y el retroceso en las libertades para las mujeres.
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