Concesiones territoriales
En el Gobierno de Zelenski radica la responsabilidad para cambiar las fronteras y obtener suficientes garant¨ªas de seguridad frente a la agresividad rusa
Las fronteras naturales y la sagrada integridad de los pa¨ªses son pura mitograf¨ªa. Los mapas cambian, con frecuencia por los peores motivos, como son guerras e invasiones, pero tambi¨¦n a trav¨¦s de la negociaci¨®n y el pacto, como suele suceder al final de los conflictos.
Vlad¨ªmir Putin inici¨® la actual invasi¨®n hace ya ocho a?os con la ocupaci¨®n subrepticia de Crimea y la organizaci¨®n de una sedici¨®n en las provincias de Donetsk y Lugansk, y ahora ha intentado completarla, primero con la sustituci¨®n del Gobierno leg¨ªtimo de Kiev por otro t¨ªtere, y luego, fracasada ya la guerra rel¨¢mpago, con la destrucci¨®n y ocupaci¨®n del entero Donb¨¢s.
En el horizonte se dibuja la negociaci¨®n que le conviene para consolidar sus conquistas territoriales y obtener el reconocimiento internacional de la anexi¨®n de una amplia franja de territorio fronterizo con Rusia, que incluye Crimea y convierte el de Azov en un mar enteramente ruso. Es su objetivo de m¨ªnimos, que no excluye objetivos m¨¢s ambiciosos, como la desaparici¨®n de Ucrania, propugnada por los pensadores del voraz imperialismo putinista.
Son pretensiones inaceptables para la Uni¨®n Europea y la Alianza Atl¨¢ntica. Tambi¨¦n lo son el levantamiento de las sanciones, la amnist¨ªa para las atrocidades cometidas o la omisi¨®n de las indemnizaciones y reparaciones. Adem¨¢s de proporcionar un peligroso antecedente a pa¨ªses con programas irredentistas como China, significar¨ªa una resonante victoria para Putin, puesto que habr¨ªa conseguido su prop¨®sito de modificar unilateralmente el orden internacional por la fuerza.
No han faltado voces desde el primer d¨ªa en favor de una negociaci¨®n que incluya eventuales concesiones territoriales. La m¨¢s notable, la de Henry Kissinger. Joe Biden minimiz¨® la gravedad de la guerra, cuando era solo una amenaza, si se trataba solo de ¡°una incursi¨®n menor¡±. Washington ofreci¨® a Volod¨ªmir Zelenski los medios para huir de Kiev al empezar la invasi¨®n, una forma elegante de allanar el camino al Ej¨¦rcito de Putin. Con la guerra ya avanzada, no han faltado apelaciones, como las de Emmanuel Macron, en favor de una negociaci¨®n y de una salida airosa que evite la humillaci¨®n de Rusia.
Cuanto mayor sea el verbalismo apaciguador, mejor para el Kremlin. Solo el Gobierno leg¨ªtimo y democr¨¢tico de Ucrania tiene el derecho y la obligaci¨®n de definir el desenlace y el momento de la negociaci¨®n. En sus manos radica la responsabilidad de utilizar sus poderes constitucionales para cambiar las fronteras ¡ªmediante el refer¨¦ndum obligatorio que contempla la Constituci¨®n de Ucrania¡ª y obtener a cambio suficientes garant¨ªas de seguridad frente a la agresividad rusa y a su indudable mala voluntad en la aplicaci¨®n de los tratados internacionales. A diferencia de la mayor parte de los pa¨ªses de Europa occidental, las actuales fronteras ucranias no tienen m¨¢s de un siglo, con el caso destacado de Crimea, incorporada en 1954.
Zelenski necesita armas y sanciones para conseguir la victoria y discreci¨®n y silencio sobre la negociaci¨®n. El resto sobra.
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