Grave ca¨ªda del poder adquisitivo
La inflaci¨®n disparada m¨¢s all¨¢ del 10% puede exigir del Gobierno medidas adicionales para contener los precios
La inflaci¨®n ha vuelto a escalar m¨¢s all¨¢ de lo previsto. El anuncio por parte del Instituto Nacional de Estad¨ªstica del dato del mes de junio supone un nuevo freno a las expectativas econ¨®micas de Espa?a. Hac¨ªa 37 a?os que no ve¨ªamos una cifra tan abultada, pasando ya del doble d¨ªgito, al situarse en el 10,2%, y romper de esta manera las barreras, ya de por s¨ª altas, de los meses de primavera. La cifra ha resultado ser mucho mayor de lo esperable, y es netamente m¨¢s alta que la registrada en los pasados meses de mayo (8,7%) y abril (8,3%): los precios subieron en t¨¦rminos mensuales un 1,8%.
Detr¨¢s de esta subida se encuentra sin duda la persistencia en el alza del precio de la energ¨ªa, que, pese a los esfuerzos del Gobierno, se mantiene desbocada por los efectos de la guerra en Ucrania en los mercados internacionales. Las medidas tomadas o han sido ya absorbidas por el mercado, como es la bonificaci¨®n a los combustibles, o no han tenido todav¨ªa los efectos deseados, como es el tope al precio el¨¦ctrico. Seg¨²n suben los precios de la energ¨ªa, suben tambi¨¦n los de la alimentaci¨®n y las bebidas, en los que pesan sobre todo los gastos de transporte y cuya escalada perciben m¨¢s severamente las familias con menos recursos. Pero lo mismo sucede con la hosteler¨ªa, que se encuentra ante la necesidad de responder al fuerte tir¨®n que est¨¢ teniendo el turismo.
A falta de conocer los detalles, la inflaci¨®n subyacente, que es aquella que no tiene en cuenta ni energ¨ªa ni alimentos, tambi¨¦n sube por encima del 5%, un nivel que no ve¨ªamos desde principios de los a?os noventa. Con una subida promedio del 2,42% en los convenios colectivos, los salarios han perdido en los ¨²ltimos 12 meses una capacidad adquisitiva solo comparable a la devaluaci¨®n salarial provocada por la crisis de 2008 y la reforma laboral de 2012.
La situaci¨®n se agrava, por lo tanto. Todos los an¨¢lisis apuntan a que, pese a su agudeza, el episodio inflacionario es coyuntural y no responde a problemas estructurales, por lo que deber¨ªa ser transitorio, y la crisis deber¨ªa remitir seg¨²n se estabilicen los mercados energ¨¦ticos. Pero esta explicaci¨®n, sostenida desde hace ya casi nueve meses, no es suficiente para calmar los ¨¢nimos de hogares que ven c¨®mo se reduce su poder adquisitivo. Estamos todav¨ªa lejos de una crisis como la de los a?os setenta, cuando los precios llegaron a crecer un 25%, pero esta comparaci¨®n no es un consuelo ni debe impedir adoptar las medidas que sean necesarias.
Si los datos de la eurozona avanzan en la misma direcci¨®n que el dato espa?ol, el Banco Central Europeo tendr¨¢ que actuar con m¨¢s rotundidad de la inicialmente esperada, entre otras cosas, porque no puede dimitir de su mandato. De ser as¨ª, las cifras de crecimiento se resentir¨¢n todav¨ªa m¨¢s y Espa?a tendr¨¢ que pagar m¨¢s caro su alto endeudamiento p¨²blico y privado. El Gobierno ha tomado hasta el momento medidas paliativas que deben ser reconocidas como positivas, pero si la situaci¨®n sigue como hasta ahora, ser¨¢ necesario sacar m¨¢s arsenal para evitar subidas injustificadas de precios. Tendr¨¢ muy dif¨ªcil no responder a la leg¨ªtima demanda de actualizaci¨®n de los salarios, con el riesgo que conlleva esta din¨¢mica si no se controla adecuadamente. Entramos en un terreno muy resbaladizo y no podemos esperar a que el temporal amaine, porque, de momento, no parece que vaya a ser as¨ª.
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