La era de la posguerra fr¨ªa ha terminado
Los europeos hemos vivido en la ilusi¨®n de una paz perpetua. Ahora nos vemos obligados a despertar y a encontrarnos que no estamos preparados para la amenaza directa que representa Rusia
Como resultado de la creciente agresividad de Rusia, la disuasi¨®n de la OTAN ha aumentado gradualmente hasta llegar a los actuales 40.000 efectivos en alerta m¨¢xima. 40.000 soldados son una disuasi¨®n eficaz, pero no una defensa real donde se necesita. Rusia hab¨ªa movilizado a m¨¢s de 200.000 personas en sus fronteras occidentales antes de lanzar su invasi¨®n de Ucrania. La cumbre de la OTAN no pod¨ªa dejar de tomar nota de que la guerra est¨¢ ah¨ª y que es probable que contin¨²e. Mie...
Como resultado de la creciente agresividad de Rusia, la disuasi¨®n de la OTAN ha aumentado gradualmente hasta llegar a los actuales 40.000 efectivos en alerta m¨¢xima. 40.000 soldados son una disuasi¨®n eficaz, pero no una defensa real donde se necesita. Rusia hab¨ªa movilizado a m¨¢s de 200.000 personas en sus fronteras occidentales antes de lanzar su invasi¨®n de Ucrania. La cumbre de la OTAN no pod¨ªa dejar de tomar nota de que la guerra est¨¢ ah¨ª y que es probable que contin¨²e. Mientras Vlad¨ªmir Putin siga en el poder, es imposible imaginar una paz real. Por eso la postura militar est¨¢ cambiando: ser¨ªa irresponsable no hacerlo. Ser¨¢n, as¨ª, 300.000 los soldados de la OTAN que estar¨¢n en alerta m¨¢xima para responder a un posible contagio al resto del continente de la guerra en curso en Ucrania. Estados Unidos, en particular, ha respondido positivamente a las peticiones de sus aliados de Europa del Este, con una base permanente en Polonia y 5.000 efectivos adicionales en Rumania.
La cumbre de la Alianza tambi¨¦n marca un punto de inflexi¨®n porque enmarca la guerra en Ucrania como parte de un desaf¨ªo m¨¢s amplio que implica a China. El nuevo Concepto Estrat¨¦gico no retrata abiertamente un mundo dividido entre democracias y autocracias, pero es claro al definir a Pek¨ªn como un desaf¨ªo sist¨¦mico no solo para nuestros intereses, sino tambi¨¦n para nuestros valores. En realidad, si Estados Unidos no viera el choque con Mosc¨² como algo vinculado al antagonismo con China, no gastar¨ªa tanto dinero en una potencia, Rusia, tan peligrosa como en claro declive.
Por ¨²ltimo, la cumbre de Madrid ha supuesto la invitaci¨®n formal de la Alianza Atl¨¢ntica a Finlandia y Suecia. El nudo del veto de Turqu¨ªa se disolvi¨® con un memorando de entendimiento entre Suecia, Finlandia y Turqu¨ªa, y la luz verde de Joe Biden a la venta de cazas F-16 a Ankara. La ratificaci¨®n de la adhesi¨®n por parte de los 30 Estados miembros de la OTAN no ser¨¢ inmediata, y cabe esperar que Ankara siga generando problemas a medida que se acercan las elecciones presidenciales del pr¨®ximo a?o, cuyo resultado no es nada seguro. Ya ayer, tras el acuerdo firmado con Suecia y Finlandia, Recep Tayyip Erdogan subi¨® la apuesta exigiendo la extradici¨®n de 33 miembros del PKK. Dicho esto, la ampliaci¨®n de la Alianza es una cuesti¨®n de cu¨¢ndo, no de s¨ª misma; otro signo de reconocimiento dram¨¢tico de la Zeitenwende (cambio de ¨¦poca) que estamos viviendo.
La ¨¦poca en la que viv¨ªamos era c¨®moda, sin duda: una ¨¦poca marcada por la paz y la prosperidad, pero tambi¨¦n por una buena dosis de hipocres¨ªa y conveniencia, ya que nos obstin¨¢bamos en no ver que algo importante estaba cambiando en Mosc¨². Algunos todav¨ªa lo hacen, se?alando con el dedo la expansi¨®n de la OTAN o los derechos de las minor¨ªas de habla rusa en el este de Ucrania (las primeras v¨ªctimas de la guerra criminal del Kremlin). Sin embargo, Putin habla ahora abiertamente del verdadero objetivo de esta guerra: la restauraci¨®n del territorio ¡°hist¨®rico¡± de Rusia. Est¨¢ claro que ese proyecto no se detiene voluntariamente en Donb¨¢s. Inevitablemente, la Alianza Atl¨¢ntica, que gira en torno a la defensa colectiva e incluye e incluir¨¢ a pa¨ªses que son presas potenciales de Putin, debe asumir esta nueva realidad.
Los europeos hemos vivido en la ilusi¨®n de una paz perpetua. Ahora nos vemos obligados a despertar y a encontrarnos que no estamos preparados. La verdad es que sin Estados Unidos, Europa no podr¨ªa defenderse hoy. Por supuesto, este ha sido el caso durante d¨¦cadas, pero mientras existi¨® la ilusi¨®n de que la agresi¨®n en Europa era solo hipot¨¦tica, escondimos la cabeza bajo el ala. Hoy que hemos despertado, no podemos sino considerarnos afortunados de formar parte de una Alianza dispuesta a protegernos. Hoy. Pero el d¨ªa de ma?ana no est¨¢ lejos, y Estados Unidos es un pa¨ªs cada vez m¨¢s polarizado, atravesado por una grieta a¨²n m¨¢s profunda por la debacle constitucional sobre el derecho al aborto. Un escenario en el que Putin sea presidente de Rusia y Donald Trump (o sus afines) inquilino de la Casa Blanca no es un cisne negro, sino un supuesto rinoceronte gris. Llevamos un enorme retraso, pero eso no significa que podamos eludir lo que hay que hacer en materia de defensa europea, siendo plenamente conscientes de que su construcci¨®n conlleva gastos, compromisos y riesgos. ?Por d¨®nde empezar? El caso m¨¢s urgente es el del grano bloqueado en el puerto de Odesa: una asunci¨®n europea de la responsabilidad y el riesgo de una operaci¨®n naval humanitaria para garantizar la exportaci¨®n de grano desde el puerto de Odesa ser¨ªa la se?al m¨¢s fuerte y concreta de que por fin hemos despertado.