Memoria democr¨¢tica
La ley no inventa la memoria, solo la refrenda. Bien poca cosa es: democracia justa, en el m¨¢s amplio sentido del adjetivo
Uno de los aciertos de la ¨²ltima reordenaci¨®n del Prado fue exponer juntos Los fusilamientos del 3 de mayo, de Goya, y el Fusilamiento de Torrijos y sus compa?eros en las playas de M¨¢laga, de Antonio Gisbert, en una sala dedicada a la pintura hist¨®rica. Aunque falta el Guernica para cerrar la tragedia del ruedo ib¨¦rico, hay que tener muy encallecida el alma para no salir de all¨ª con el pecho lleno de orgullos y suspiros democr¨¢ticos. En el gesto que Gisbert pint¨® en el general Jos¨¦ Mar¨ªa de Torrijos se concentra toda la dignidad frustrada y valiente de los espa?oles que, durante dos siglos, plantaron cara a cada cabeza de la Medusa de la reacci¨®n. Tambi¨¦n recuerda que la memoria democr¨¢tica no se ha inventado ahora, y que quienes lucharon por una Espa?a habitable, pac¨ªfica y plural han llorado siempre a sus muertos.
Si algo se le puede reprochar al proyecto de ley de memoria democr¨¢tica que el pleno del Congreso aprobar¨¢ la semana que viene es que llega tarde para muchas v¨ªctimas que podr¨ªan haberse beneficiado de un reconocimiento y una reparaci¨®n que ya no disfrutar¨¢n. No s¨¦ si quienes critican la norma se han molestado en leer sus 65 art¨ªculos o la exposici¨®n de motivos. Sospecho que no, porque he le¨ªdo comentarios tan disparatados que solo se explican por la ignorancia. Por ejemplo, dicen que dinamita el esp¨ªritu de la Transici¨®n, pero de la lectura se deduce lo contrario: el proyecto reconoce y recapitula todos los esfuerzos de memoria y reparaci¨®n que el Estado y la sociedad espa?ola han emprendido desde la Ley de Amnist¨ªa de 1977 y establece la Constituci¨®n de 1978 como el mayor hito democr¨¢tico, el que hay que preservar. Tanto es as¨ª, que propone la celebraci¨®n del 31 de octubre, fecha de la aprobaci¨®n parlamentaria del texto constitucional, como d¨ªa de recuerdo de las v¨ªctimas.
No se entiende que una ley tan elemental ¡ªque tan solo ordena el trabajo disperso de las ¨²ltimas d¨¦cadas y crea herramientas jur¨ªdicas para que el Estado cumpla con su funci¨®n b¨¢sica de atender a quienes sufrieron la represi¨®n de la dictadura¡ª haya costado tanto y siga suscitando tant¨ªsimo ruido, cuando la peor cr¨ªtica que se le puede hacer es que constata un esfuerzo que la democracia espa?ola ya ha hecho, siguiendo la estela del cuadro de Torrijos. La ley no inventa la memoria, solo la refrenda. Bien poca cosa es: democracia justa, en el m¨¢s amplio sentido del adjetivo.
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