Guerra sucia contra Podemos
Los audios de Villarejo muestran como el PP se sirvi¨® de los aparatos de Estado para combatir a sus adversarios pol¨ªticos
Durante al menos seis a?os, entre 2011 y 2018, el Gobierno del Partido Popular perpetr¨® todo tipo de maniobras ilegales contra sus adversarios pol¨ªticos haciendo un uso torticero de la c¨²pula policial del Ministerio del Interior, a la que previamente hab¨ªa nombrado, y financi¨® ese plan con dinero p¨²blico de los fondos reservados, seg¨²n ha acreditado la investigaci¨®n judicial todav¨ªa viva.
Los audios secretos de la corrupci¨®n que desde hace varios meses publica EL PA?S, grabados por el comisario Jos¨¦ Manuel Villarejo ¡ªactualmente procesado por organizaci¨®n criminal, cohecho y blanqueo de capitales¡ª, han permitido conocer con mucho detalle estas maniobras. Ante la revelaci¨®n de las mismas, tras haber realizado una concienzuda tarea de contrastar los hechos, muchos han preferido mirar el dedo en lugar de preocuparse por la llaga.
El comisario Villarejo fue la llave maestra del engranaje delictivo. Estableci¨® unos lazos s¨®lidos de amistad con la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, y el n¨²mero dos del Ministerio del Interior, Francisco Mart¨ªnez. Lo que esos audios revelan, unidos a m¨¢s de 10 a?os de investigaci¨®n judicial de la corrupci¨®n del PP, es la participaci¨®n de varios poderes del Estado en la batalla que libr¨® el partido que detentaba el poder contra sus oponentes pol¨ªticos. Por un lado, estaba Interior, cuya c¨²pula policial obedeci¨® a la c¨²pula pol¨ªtica para maniobrar contra sus adversarios, buscando pruebas o fabric¨¢ndolas ¡ªla mayor¨ªa de ellas, falsas¡ª. Una vez conseguidas o confeccionadas, Interior difund¨ªa la infamia gracias al altavoz que le prestaron determinados medios de comunicaci¨®n.
Hubo dos v¨ªctimas principales de aquella guerra sucia: los independentistas catalanes y Podemos. A este partido lo sometieron, casi desde su irrupci¨®n en la escena pol¨ªtica, a todo tipo de ataques en los medios y en los tribunales. Esa pena de telediario ha durado casi desde la creaci¨®n de Podemos hasta nuestros d¨ªas. Hace solo dos semanas que la Audiencia Nacional fren¨® una nueva iniciativa del juez Manuel Garc¨ªa Castell¨®n de poner bajo sospecha de financiaci¨®n ilegal a la formaci¨®n morada.
El Gobierno del PP no solo espi¨® con fondos p¨²blicos a sus adversarios, no solo busc¨® pruebas falsas contra independentistas catalanes o dirigentes de Podemos, no solo impuls¨® o ampar¨® querellas en los tribunales de Justicia a sabiendas de la falsedad de los hechos que denunciaba sino que, adem¨¢s, con la misma estructura, intent¨® destruir las pruebas de su propia corrupci¨®n. El nuevo presidente del partido, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, ha minusvalorado estas informaciones que han mostrado hasta qu¨¦ punto esas pr¨¢cticas han debilitado la democracia. Solo una investigaci¨®n a fondo de estos hechos puede curar una herida tan grave.
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