La vida sigue despu¨¦s del Bataclan
Desde el inicio del juicio por los atentados de Par¨ªs, David Fritz Goeppinger se dedic¨® a compartir cada d¨ªa en Twitter el diario de a bordo que realiz¨® para la radio p¨²blica ¡®France Info¡¯
¡°Un ni?o est¨¢ jugando tras el veredicto de los atentados del V13. La vida sigue¡±, escribe David Fritz Goeppinger. El tuit va acompa?ado de una foto en la que se ve a una multitud de gente (periodistas, abogados, v¨ªctimas, familiares) congregada en el patio del Palacio de Justicia de Par¨ªs, donde durante 10 meses tuvo lugar un juicio hist¨®rico: el de los atentados yihadistas de Par¨ªs y de Saint-Denis de 2015 en los que murieron 130 personas y hubo centenares de heridos. Frente a los 14 acusados que comparecieron, 1.800 partes civiles acudieron al tribunal, algunas a diario, para intentar recoser sus vidas, encontrar sentido donde a veces no lo hay, reencontrarse con los que ya se han vuelto amigos ¨ªntimos para juntos ser m¨¢s fuertes en un proceso que llevaban seis a?os esperando y temiendo. David forma parte de ese club al que ninguno de sus miembros quiso entrar, como suele decir. Fue uno de los 12 rehenes que los terroristas del Bataclan retuvieron durante m¨¢s de dos horas en un pasillo de la sala mientras las fuerzas de intervenci¨®n lanzaban el asalto. Ten¨ªa 23 a?os.
Un enfant joue apr¨¨s le verdict de V13.
— David Fritz Goeppinger (@DavidFritzGoep) June 30, 2022
La vie continue. pic.twitter.com/JCfyIWpy6Z
Cuenta por tel¨¦fono desde Par¨ªs que al d¨ªa siguiente de los atentados, el 14 de noviembre, sinti¨® la necesidad de expresarse p¨²blicamente. No sol¨ªa recurrir a Twitter y recuerda que uno de sus primeros mensajes fue algo as¨ª como ¡°S¨ª, soy David, el chileno que fue secuestrado en el Batacl¨¢n la otra noche (...)¡±. Aunque luego borr¨® el tuit, este fot¨®grafo franco chileno de 30 a?os que hoy se dedica a la escritura ¨Dpublic¨® en 2020 Un d¨ªa en nuestra vida (Pygmalion) sobre esa noche en la que toda su existencia bascul¨®¨D, sent¨ªa entonces una necesidad vital de compartir, transmitir y testificar sobre lo ocurrido. La red social, que en un principio consideraba como una especie de ¡°agente de prensa¡± para atender las peticiones de entrevista de los medios, se fue transformando a medida que pasaban los meses y los a?os en un lugar donde dar su punto de vista sobre los atentados, un f¨®rum para hacer o¨ªr alto y claro su voz.
Desde el inicio del juicio en septiembre, David se dedic¨® a compartir cada d¨ªa en Twitter el diario de a bordo que realiz¨® para la radio p¨²blica France Info. En este relato muy personal, compuesto de textos y fotograf¨ªas de los 149 d¨ªas que ha durado la audiencia, David expres¨® sus estados de ¨¢nimo, el sentir de las dem¨¢s v¨ªctimas, abogados, m¨¦dicos, agentes de polic¨ªa, como si quisiera dejar un rastro, hacer de alguna forma una contribuci¨®n a la memoria colectiva de los afectados, ¨¦l que se considera a s¨ª mismo como ¡°un f¨®sil vivo de esa memoria¡±. En sus escritos cuenta, por ejemplo, lo dif¨ªcil que fue ¡°volver a tener las manos llenas de sangre¡± mientras se dictaba el veredicto, la emoci¨®n que sinti¨® al escuchar los testimonios de las partes civiles, y la suya propia cuando el presidente del tribunal decidi¨® difundir un audio grabado en el Batacl¨¢n en el que se le escucha intercambiando palabras con uno de los terroristas.
El joven autor tambi¨¦n relata el impacto que tuvo la pandemia sobre el juicio, las suspensiones de las audiencias y la larga espera, la soledad, las ayudas econ¨®micas asignadas a las v¨ªctimas para que puedan acudir al proceso que no llegan, o llegan tarde, y la precariedad en la que muchas de ellas viven. Por encima de todo, trasciende en este diario la importancia vital de los encuentros con las dem¨¢s v¨ªctimas y en particular con sus potages (contracci¨®n de las palabras potes ¨Dcolegas¨D y otages ¨Drehenes¨D) y el car¨¢cter fundamental de esa amistad para seguir adelante pese a todo. El reencuentro con Jesse Hugues, el l¨ªder de la banda que tocaba la noche del atentado en el Batacl¨¢n, Eagles Of Death Metal, fue momento especialmente emotivo. Cuando Hughes, que perdi¨® a muchos amigos en el atentado, testific¨® en el juicio y solt¨® un vibrante you can¡¯t kill rock and roll (no se puede matar al rock and roll), a David se le pusieron los pelos de punta, cuenta en su diario.
Durante esta etapa, el apoyo que recibi¨® en Twitter tanto de an¨®nimos como de sus compa?eros de infortunio que, cada uno a su manera, us¨® la red social para mantener viva la causa de las v¨ªctimas ¨DArthur D¨¦nouveaux, el presidente de la asociaci¨®n Life For Paris y la dibujante Babou son algunos de ellos¨D, le ayud¨® en los momentos m¨¢s cr¨ªticos. Como el d¨ªa que le tocaba testificar o sencillamente cuando sent¨ªa que iba a estallar. ¡°De los 149 d¨ªas de audiencia, no te miento si te digo que por lo menos en 70 de ellos no tuve ningunas ganas de escribir (...). Cuando estaba al borde del precipicio y ve¨ªa la cantidad de mensajes de apoyo que recib¨ªa, pensaba que si no lo hac¨ªa por m¨ª, ten¨ªa que hacerlo por ellos¡±, confiesa. ¡°La vida cuotidiana fuera [de la sala de audiencia] segu¨ªa [en paralelo al juicio] y yo ten¨ªa que ser capaz de hacer malabares con los dos. Lo m¨¢s dif¨ªcil en realidad ha sido existir dentro y vivir fuera¡±, recuerda.
Merci ¨¤ tous pour votre soutien aujourd'hui. Vos mots m'ont r¨¦ellement accompagn¨¦s jusqu'¨¤ la barre. Je n'ai pas pour habitude de publier des photos de moi, mais c'est mon ¨¦pouse qui a prise celle-l¨¤, juste avant qu'on rentre dans le Palais.
— David Fritz Goeppinger (@DavidFritzGoep) October 19, 2021
1/2 pic.twitter.com/W8IvfSyO2V
Vivir justamente fuera ¡ªfuera de ese pasillo diminuto del Bataclan, donde casi pierde la vida, fuera de esa ventana que daba al pasaje Saint-Pierre Amelot de la que se aferr¨® en un principio para intentar huir de los terroristas, fuera de esa sala de audiencias que puso un punto final a esa pesadilla que empez¨® hace seis a?os¡ª es hoy su principal prop¨®sito. David sabe que ya nunca volver¨¢ a ser el David de sus 23 a?os, pero siente que el haber mantenido su diario le ayud¨® a crecer, a darle una direcci¨®n a su vida, a la vez que le permiti¨® ¡°sintetizar y analizar cada uno de [sus] pensamientos¡± a modo de terapia. ¡°La vida avanza como un tren y, desgraciadamente, nos corresponde a las v¨ªctimas del terrorismo intentar subirnos a ¨¦l lo mejor que podamos¡±, resume David. Y yo no dudo de que un chaval que con tan solo 23 a?os fue capaz de animar y dar esperanza a otro reh¨¦n en el peor momento, prometi¨¦ndole que cuando terminara todo eso, se ir¨ªan juntos de ca?as, lo consiga.
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