Orgullo y resiliencia
Los colectivos LGTBIQ+ sostienen la batalla por ampliar derechos frente a una ola reaccionaria que busca recortarlos
Entre el orgullo por las conquistas sociales y el temor de una regresi¨®n. A caballo entre estas dos emociones se han celebrado este a?o las manifestaciones del Orgullo, que culminan hoy con una marcha multitudinaria en Madrid. El brutal retroceso que el Tribunal Supremo de Estados Unidos ha impuesto en el derecho al aborto es una se?al de alerta sobre la ola reaccionaria que se extiende por diversos pa¨ªses, de la mano de una extrema derecha que ha colocado la guerra cultural contra el feminismo y la diversidad de g¨¦nero en el centro de su agenda pol¨ªtica. Que la bandera del arco¨ªris no haya vuelto al balc¨®n municipal de Madrid desde que Vox tiene capacidad de veto en ese Ayuntamiento no es una an¨¦cdota. Conforme los colectivos LGTBIQ+ avanzan en la conquista de sus derechos, crecen tambi¨¦n las muestras de intolerancia. Ya no se trata solo de una resistencia cultural al v¨¦rtigo que producen los cambios sociales, sino de la construcci¨®n de un clima de asedio a quienes los promueven que ya se ha traducido en un aumento de las agresiones hom¨®fobas y de las manifestaciones de odio en las redes sociales.
Espa?a es uno de los pa¨ªses que m¨¢s ha avanzado en la ampliaci¨®n de los derechos civiles y en la protecci¨®n de los colectivos LGTBIQ+, con hitos legislativos como el reconocimiento del matrimonio igualitario en 2005, la posibilidad de que las parejas homosexuales puedan adoptar o la ley de identidad de g¨¦nero de 2007. Esta ampliaci¨®n se completa ahora con el proyecto de la llamada ley trans, que reconoce la autodeterminaci¨®n de g¨¦nero y permite el cambio de sexo legal a partir de los 16 a?os sin certificados m¨¦dicos ni requisito alguno; entre los 14 y 16 con consentimiento de los tutores legales, y entre los 12 y 14 mediante autorizaci¨®n judicial.
El reciente informe del Consejo de Estado incide en algunas cuestiones que merecen un debate parlamentario sereno en el Congreso de los Diputados. La identidad de g¨¦nero es un proceso de construcci¨®n que puede tardar a?os en definirse y que en el caso de los ni?os y adolescentes con disforia de g¨¦nero requiere de un acompa?amiento respetuoso y prudente. El paso de un sexo a otro implica en muchos casos administrar tratamientos que tienen un fuerte impacto sobre el organismo y cuyas consecuencias a largo plazo no est¨¢n a¨²n bien determinadas. El acompa?amiento m¨¦dico y psicol¨®gico no debe ser visto como una imposici¨®n, sino como una herramienta que puede ayudar a quienes lo necesiten para hacer el tr¨¢nsito con los m¨ªnimos riesgos posibles.
Se ha avanzado mucho desde aquella primera manifestaci¨®n del Orgullo gay celebrada en Barcelona en 1977, en la que se ped¨ªa la derogaci¨®n de la ley de peligrosidad social de 1970. Pero la sociedad es din¨¢mica y, conforme se conquistan nuevos derechos, surgen nuevas realidades y nuevos retos. La lucha del movimiento LGTBIQ+ est¨¢ ahora m¨¢s orientada a las cuestiones de identidad y de reconocimiento. Los recelos que la ley trans ha suscitado en algunos sectores feministas deben ser superados con un debate en el que cada posici¨®n pueda expresar sus dudas y sus leg¨ªtimos intereses. Pero los derechos de una minor¨ªa tan perseguida y maltratada como las personas trans nunca pueden perjudicar a la mayor¨ªa. Toda la sociedad sale ganando d¨¢ndoles el reconocimiento y la protecci¨®n que merecen. El peligro, si acaso, viene de las fuerzas reaccionarias que no solo pretenden frenar los avances, sino articular las condiciones pol¨ªticas para un retroceso.
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