Las artima?as violentas de Bolsonaro para no dejar volver a Lula
Lo que m¨¢s preocupa a las fuerzas democr¨¢ticas es que las estratagemas golpistas del presidente, adem¨¢s de estar ligadas a su pasi¨®n por las armas, podr¨ªan ser apoyadas por una parte del Congreso
Las presidenciales de Brasil se van acercando y el radical de extrema derecha Jair Bolsonaro se enreda cada d¨ªa en una serie de trapacer¨ªas violentas para no dejar el poder, y menos en manos de Lula, a quien los bolsonaristas ven como la imagen del demonio. Y lo m¨¢s grave es que como destaca el diario Folha de S?o Paulo, la estrategia del Gobierno para no salir del poder empieza a te?irse de tensi¨®n y de violencia.
El ¨²ltimo episodio de esa violencia, el asesinato del militante del PT de Lula Marcelo Arruda a manos de un bolsonarista, confirma que la campa?a electoral de agosto tendr¨¢ ¡°un nivel de violencia extrema in¨¦dita¡±, seg¨²n est¨¢n profetizando los presidentes de los partidos pol¨ªticos. El exsenador y exministro de Educaci¨®n de Lula Cristovam Buarque acaba de afirmar que el asesinato del dirigente del PT ¡°ha sido el primer tiro de la guerra civil que puede caracterizar esta elecci¨®n¡±. Y Elio G¨¢spari, uno de los columnistas pol¨ªticos de mayor peso del pa¨ªs, acaba de escribir que ¡°Bolsonaro cultiva el Apocalipsis y Brasil se ha convertido en un barril de p¨®lvora¡±. Y a?ade: ¡°Estamos en la inminencia de tener un problema serio¡±.
Vi¨¦ndose pr¨¢cticamente perdedor en todos los sondeos que siguen dando la victoria con gran margen a Lula, Bolsonaro ha vuelto a insistir en que las urnas electr¨®nicas no son confiables y que no aceptar¨¢ su resultado, algo curioso ya que fue en ellas donde ¨¦l gan¨® las elecciones presidenciales y ocho veces las de diputado federal. Y ha anunciado que va a convocar a todos los embajadores extranjeros, algo in¨¦dito, para informarles de lo que est¨¢ ocurriendo: seg¨²n ¨¦l, que el Supremo Tribunal Electoral ya ha decidido que Lula debe ganar las elecciones. Ello ha llevado al magistrado del Supremo, Edson Fachin, presidente del Tribunal Electoral, a afirmar d¨ªas atr¨¢s en Washington que las elecciones de Brasil ¡°podr¨ªan tener un episodio a¨²n m¨¢s grave que el del Capitolio en los Estados Unidos¡±.
Lo que es curioso y revela una cierta idiosincrasia del bolsonarismo es que los primeros escarceos de violencia contra las manifestaciones p¨²blicas de Lula antes del asesinato del pol¨ªtico del PT han estado impregnadas de materiales f¨¦tidos, como el lanzamiento, desde un dron, de heces y orina humanas en Uberlandia, en Minas Gerais, mientras Lula daba un discurso. Del mismo modo la bomba casera del pasado d¨ªa 7 lanzada en R¨ªo durante otro acto de Lula tambi¨¦n estaba hecha con excrementos humanos.
Lo que m¨¢s preocupa a las fuerzas democr¨¢ticas, sin embargo, es que las estratagemas golpistas de Bolsonaro para no salir del poder adem¨¢s de estar ligadas a su pasi¨®n por las armas y la violencia podr¨ªan ser apoyadas por una parte del Congreso, como la posibilidad que empieza a perge?arse, con la escusa de evitar tumultos violentos de una sociedad cada vez m¨¢s armada, de bajar un decreto presidencial para retrasar las elecciones sine die. Con ello no solo Bolsonaro seguir¨ªa en el poder sino todo el Congreso, algo que no desagradar¨ªa a los diputados y senadores, ya que m¨¢s de la mitad deber¨¢n perder sus esca?os con las elecciones.
Entre las trapacer¨ªas de Bolsonaro para no salir del poder, el portal pol¨ªtico Brasil247 ha llegado a imaginar la posibilidad de fingir un atentado contra el presidente y achac¨¢rselo a los seguidores de Lula, lo que tumultuar¨ªa las elecciones. Fue justamente en 2018 con el atentado, a¨²n misterioso, de un desequilibrado que Bolsonaro gan¨® las elecciones, ya que le permiti¨® no participar a los debates con sus contrincantes e hizo que muchos vieran en ello la mano de Dios que quiso salvarlo. Y as¨ª acab¨® mitificado.
El Gobierno apoyado por la parte m¨¢s conservadora del Congreso, que ha hecho de Bolsonaro un reh¨¦n al que han salvado de que fuera depuesto por todos sus cr¨ªmenes cometidos, adquiere en este momento una doble responsabilidad si contin¨²a apoy¨¢ndolo en sus intenciones de impugnar las elecciones. No es un secreto que lo que busca Bolsonaro es crear un clima de violencia callejera que haga imposible ir democr¨¢ticamente a las urnas.
El aumento de armas en manos de los ciudadanos y el incremento de clubes de tiro han crecido durante este Gobierno. Basta recordar que el n¨²mero de armas en manos de cazadores y tiradores deportivos ha aumentado un 262%, llegando a 605.000, ya que cada uno puede comprar hasta 60 armas y 180.000 balas superando a los 357.000 militares en activa. Los clubes de tiro a los que pueden acudir hasta los menores de edad han aumentado en un 168%.
En los encuentros con grupos de sus huestes, Bolsonaro insiste en una tesis loca, seg¨²n la cual lo que pretende es defender la libertad y la democracia, que ¨¦l considera que est¨¢n amenazadas por los seguidores de Lula y de la izquierda. Esa defensa, sostiene, debe hacerse extingui¨¦ndoles. Fue ello lo que defendi¨® en un mitin en S?o Paulo durante la campa?a electoral. En esa ocasi¨®n, lleg¨® a asustar al afirmar literalmente ¡°vamos a ametrallar¡± a los militantes del PT.
Y es sintom¨¢tico que Bolsonaro a¨²n no haya condenado el asesinato del militante del PT de Lula a manos de uno de sus seguidores al grito de ¡°Somos de Bolsonaro, hijos de puta¡±. Y que el presidente autoritario no bromea lo revela una de sus afirmaciones m¨¢s graves de d¨ªas atr¨¢s cuando dijo a sus seguidores: ¡°Tengo certeza: si fuera necesario, y cada vez parece m¨¢s claro que lo ser¨¢, tomaremos las medidas que sean necesarias ya que cada d¨ªa m¨¢s cuento con un Ej¨¦rcito que se aproxima a los 200 millones.
La violencia cruda y desnuda es parte vital de la pol¨ªtica del capit¨¢n que fue expulsado a¨²n joven del Ej¨¦rcito acusado de estar preparando actos terroristas dentro mismo del cuartel. Quiz¨¢s por ello, la atenci¨®n pol¨ªtica est¨¢ puesta cada d¨ªa m¨¢s en lo que podr¨¢n hacer las fuerzas del Ej¨¦rcito ante un clima de violencia que hiciera imposible celebrar las elecciones.
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