Putin y el mar
Que la OTAN haya incluido el Flanco Sur en su Nuevo Concepto Estrat¨¦gico en la cumbre de Madrid es un ¨¦xito para los aliados
Los guardacostas italianos han seguido con preocupaci¨®n las maniobras que la armada rusa ha desplegado en el Mediterr¨¢neo en el mes de junio. De hecho, ha habido movimientos preocupantes desde el momento en que Rusia lanz¨® su invasi¨®n de Ucrania, cuando los sat¨¦lites de la Agencia Espacial Europea detectaron una extra?a y compacta formaci¨®n de su flota frente a las costas de Siria. Podr¨ªan querer dirigirse al mar Negro, pero el cierre turco al paso de barcos de guerra por los Dardanelos lo habr¨ªa impedido. M¨¢s bien cabe pensar en ejercicios de demostraci¨®n de fuerza con car¨¢cter disuasorio dirigidos a los aliados de la OTAN.
Desde su ¨¦poca imperial, Rusia siempre ha estado obsesionada con el Mediterr¨¢neo. Conseguir el acceso permanente a aguas calientes ¡ªcon una inmensa costa norte congelada buena parte del a?o¡ª y su conexi¨®n con el resto de los oc¨¦anos, competir, entonces, en su propio terreno con el imperio otomano y proyectar su poder en todo el continente europeo han sido objetivos estrat¨¦gicos a lo largo de su historia.
Putin, claro, no iba a ser menos en esa aspiraci¨®n imperial. La guerra de Siria y su apoyo decidido a Bachar el Assad le ofrecieron una ocasi¨®n inigualable para reforzar su presencia y capacidad en el puerto de Tart¨²s. Tambi¨¦n para recuperar, en 2013, el 5? Escuadr¨®n Operativo, la formaci¨®n de la armada rusa encargada de proyectar su poder en Oriente Medio y el Mediterr¨¢neo que hab¨ªa sido desmantelada en 1991.
Seg¨²n fuentes occidentales, desde que comenz¨® la guerra de Ucrania, Rusia podr¨ªa haber duplicado o triplicado su capacidad naval en la zona, en n¨²mero de destructores, fragatas y submarinos. Nadie, de momento, prev¨¦ una extensi¨®n del conflicto a las aguas del sur, pero en este juego de machos-alfa, mostrar qui¨¦n tiene la flota m¨¢s grande forma parte del manual. De momento, la de la OTAN es mucho mayor, pero la rusa ha acumulado en el Mediterr¨¢neo una capacidad destructiva, con una combinaci¨®n de defensas a¨¦reas y misiles de crucero, nada desde?able.
As¨ª pues, que la OTAN haya incluido el Flanco Sur en su Nuevo Concepto Estrat¨¦gico en la cumbre de Madrid es un ¨¦xito para los aliados. Como si los desaf¨ªos de la regi¨®n no fueran suficientes ¡ªterrorismo, tr¨¢fico de armas, drogas y personas, inestabilidad pol¨ªtica, social econ¨®mica¡¡ª, la creciente presencia de Rusia ha introducido una nueva dimensi¨®n. Y no se trata solo del mar. Su amplia penetraci¨®n como proveedor de seguridad y energ¨ªa en numerosos pa¨ªses africanos ha tenido su recompensa en los apoyos, en forma de abstenci¨®n (Argelia, por ejemplo) o no votaci¨®n (Marruecos), en las votaciones de la ONU contra la invasi¨®n de Ucrania. All¨ª ha encontrado terreno abonado para su narrativa anticolonialista y antioccidental, algo que la Vieja Europa y EE UU est¨¢n teniendo problemas para contrarrestar. Una nueva ret¨®rica para una vieja aspiraci¨®n imperial.
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