Cambio de juego
S¨¢nchez ha retomado la iniciativa y han salido ¨¦l y el Gobierno de coalici¨®n m¨¢s fortalecidos del debate sobre el estado de la naci¨®n

Nadie esperaba que el presidente Pedro S¨¢nchez le dar¨ªa la vuelta a la situaci¨®n pol¨ªtica con su performance en el debate del estado de la naci¨®n. No parec¨ªa posible porque, tras el hundimiento de la coalici¨®n de gobierno en las elecciones andaluzas, la moral del bloque de investidura era claramente derrotista, sin que dados los precedentes ni sus socios ni sus bases confiasen en las habilidades estrat¨¦gicas de la Moncloa. De ah¨ª que el momentum pol¨ªtico (la tendencia de arrastre) parec¨ªa proclive a imprimir m¨¢s impulso al nuevo ciclo electoral del ¡°efecto Feij¨®o¡±.
Pero no hubo tal. Rompiendo las expectativas, el presidente tom¨® por sorpresa a todos al anunciar un nuevo rumbo pol¨ªtico que implicaba un giro a la izquierda. Y como se esperaba otra cosa muy distinta, este cambio de juego pareci¨® una innovaci¨®n: no desde luego revolucionaria (pues las medidas proyectadas son ortodoxas, dada la excepcional coyuntura cr¨ªtica) pero s¨ª socialmente beneficiosa, lo que llen¨® de satisfacci¨®n a sus socios de investidura, catalanes incluidos. ?Y qu¨¦ era lo que se esperaba, tomando a todos a contrapi¨¦?
Las se?ales previas al debate que Moncloa emit¨ªa eran muy distintas. Como respuesta a la debacle andaluza, ambos socios de coalici¨®n adoptaron un tono victimista y polarizador, que pretend¨ªa sacudir la desafecci¨®n de sus bases electorales tratando de movilizarlas con ardorosas soflamas populistas. As¨ª, S¨¢nchez empez¨® a culpar de todos sus males demosc¨®picos a una conjura de terminales medi¨¢ticas al servicio de poderes oscuros. Y tambi¨¦n su otrora vicepresidente adopt¨® una t¨¢ctica parecida, como al abrir el caso Ferreras sin venir a cuento.
Adem¨¢s, las divisiones en el seno de la coalici¨®n, as¨ª como dentro de Unidas Podemos (UP), empezaron a enconarse, amenazando con crear un agrio clima de ruptura como el que se ha dado en Italia, donde la escisi¨®n de parte de los diputados grillinos del M5S (el equivalente italiano de UP) ha terminado por causar el estallido del Gobierno de Mario Draghi, haciendo temer en Moncloa que aqu¨ª podr¨ªa pasar otro tanto. Y por si fuera poco, encima la ley de Memoria Democr¨¢tica se pact¨® con Bildu, lo que en el 25 aniversario del Esp¨ªritu de Ermua ten¨ªa que provocar el estallido del PP. De ah¨ª que, cuando el debate se abri¨®, el discurso de la portavoz Cuca Gamarra fuera m¨¢s casadista que feijoense, desmintiendo por la v¨ªa de los hechos la pretendida moderaci¨®n de su jefe, presente pero mudo.
Ese era el clima de crispaci¨®n con que se aguardaba el debate, clima que S¨¢nchez cort¨® en seco con su cambio de juego que le ha permitido retomar la iniciativa, saliendo del lance el Gobierno de coalici¨®n m¨¢s fortalecido. Otra cosa es cu¨¢nto podr¨¢ durar esta nueva correlaci¨®n de fuerzas abierta por el debate, y si ser¨¢ capaz de neutralizar la desafecci¨®n del electorado de izquierda y centroizquierda, revirtiendo su actual desmovilizaci¨®n. Lo sabremos tras el oto?o, cuando haya que recargar las excepcionales medidas antinflaci¨®n. Si es que antes no hay adelanto electoral o crisis de Gobierno. Hasta entonces, feliz verano.
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