?Giro a la izquierda?
Las pol¨ªticas anunciadas por el Gobierno en el debate sobre el estado de la naci¨®n tienen bastante sentido com¨²n para proteger a amplios sectores del efecto de la inflaci¨®n. Pero no es la toma del Palacio de Invierno
Despu¨¦s de una pausa de seis a?os provocada por la inestabilidad pol¨ªtica (elecciones repetidas, investiduras fallidas, cambios de Gobierno), por fin se ha vuelto a celebrar el debate sobre el estado de la naci¨®n. El tema principal de este a?o era, l¨®gicamente, la inflaci¨®n, es decir, las dificultades econ¨®micas y sociales que produce el aumento de los precios. En estos momentos, constituye la principal causa de preocupaci¨®n en la sociedad, tal y como se puso de manifiesto en el Bar¨®metro de julio de 40dB. para EL PA?S y la Cadena Ser. Ausente durante un largo periodo, la inflaci¨®n, de manera un tanto sorpresiva, se ha convertido en un fen¨®meno global, que afecta a numerosos pa¨ªses. El presidente Pedro S¨¢nchez as¨ª lo mencion¨® en su discurso, pero no quiso refugiarse en la condici¨®n sist¨¦mica del problema. Al rev¨¦s, S¨¢nchez abandon¨® el tono ¡°tecnocr¨¢tico¡± que suele ser caracter¨ªstico en este tipo de intervenciones y dedic¨® un tiempo considerable a mostrar empat¨ªa con las personas que m¨¢s est¨¢n sufriendo con la inflaci¨®n.
A continuaci¨®n, present¨® un listado de medidas para proteger a la poblaci¨®n. Las principales son las siguientes: prolongaci¨®n de la bonificaci¨®n a la gasolina, reducci¨®n del IVA energ¨¦tico, ayuda de 200 euros a las personas con ingresos inferiores a los 14.000 euros, pr¨®rroga de las ayudas a los sectores m¨¢s dependientes de la energ¨ªa, transporte gratis en la red de cercan¨ªas y trenes de media distancia, un impuesto excepcional a los beneficios extraordinarios de las grandes compa?¨ªas energ¨¦ticas de dos a?os de duraci¨®n y otro impuesto excepcional a los grandes bancos.
Las medidas m¨¢s pol¨¦micas han sido los impuestos a las energ¨¦ticas y la banca. Para unos, estos impuestos son confiscatorios, in¨²tiles y ¡°bolivarianos¡±; para otros, no pod¨ªa seguir toler¨¢ndose que las empresas energ¨¦ticas se aprovechen de las subidas de precios y que la banca gane por la subida de los tipos de inter¨¦s provocada por la inflaci¨®n. A pesar de estas diferentes valoraciones, parece haber acuerdo, no obstante, en que son medidas de izquierdas. De ah¨ª que se hable con tanta insistencia de un ¡°giro a la izquierda¡± del Ejecutivo. En clave electoral, son muchos quienes piensan que los nuevos impuestos est¨¢n destinados, en ¨²ltima instancia, a reforzar el perfil ideol¨®gico del Gobierno y, por tanto, movilizar al electorado progresista, que da s¨ªntomas innegables de apat¨ªa y des¨¢nimo.
A mi juicio, este paquete de medidas anticrisis est¨¢ m¨¢s que justificado dada la situaci¨®n econ¨®mica que estamos viviendo. Creo que ha sido una iniciativa inteligente y bien planteada. Ahora bien, hay buenas razones para pensar que no suponen un ¡°giro a la izquierda¡± pese a todo lo que se ha escrito hasta el momento.
Gravar los llamados ¡°beneficios ca¨ªdos del cielo¡± de las compa?¨ªas energ¨¦ticas parece del todo razonable (son beneficios derivados de la situaci¨®n internacional), pero no es precisamente una pol¨ªtica que sea patrimonio de la izquierda. En Europa, la propia Comisi¨®n Europea, presidida por una pol¨ªtica conservadora, Ursula von der Leyen, considera conveniente un impuesto temporal como el anunciado en Espa?a. Y si nos fijamos en los gobiernos que hasta el momento han aprobado este tipo de impuestos, nos encontramos con Italia (Gobierno tecnocr¨¢tico de Mario Draghi), el Reino Unido (Gobierno conservador de Boris Johnson), Grecia (Gobierno conservador de Kyriakos Mitsotakis) y Rumania (Gobierno liberal de Nicolae Ciuc?). Tampoco quiero dar a entender que este impuesto case bien con el pensamiento liberal o conservador. Sencillamente, no parece ser un asunto especialmente ideol¨®gico.
En cuanto al impuesto a la banca, no hay muchos precedentes. La justificaci¨®n de este impuesto por el alza de los tipos de inter¨¦s no es muy convincente, pues los tipos de inter¨¦s var¨ªan en funci¨®n del ciclo econ¨®mico. De hecho, en este caso no es posible encontrar otros pa¨ªses europeos que est¨¦n haciendo lo mismo.
?Estamos entonces en presencia de una medida atrevida e ins¨®lita? No exactamente. Tras la gran crisis de 2008, la inmensa mayor¨ªa de gobiernos europeos introdujeron impuestos especiales al sector financiero dada la responsabilidad de este sector en dicha crisis. Con diferentes tipos de gravamen, as¨ª ocurri¨® en Alemania, B¨¦lgica, Finlandia, Francia, Holanda, Portugal, Reino Unido, Suecia, as¨ª como en algunos pa¨ªses del Este. Espa?a e Italia se quedaron fuera de esta oleada de impuestos especiales. Por tanto, Espa?a, en cierto sentido, lo que est¨¢ haciendo en ponerse al d¨ªa y hacer lo mismo que muchos otros pa¨ªses hicieron antes.
Si los impuestos excepcionales a energ¨¦ticas y banca no son en absoluto an¨®malos y se han aprobado en muchos lugares por gobiernos de todo tipo, ?por qu¨¦ se ha extendido esta percepci¨®n de que el paquete anticrisis presentado por S¨¢nchez constituye un ¡°giro a la izquierda¡±? Desde luego no puede ser por el resto de medidas, pues todas ellas forman parte del repertorio de pol¨ªticas que, con mayor o menor intensidad, est¨¢n llevando a cabo muchos pa¨ªses.
Creo que la respuesta debe buscarse no tanto en la ideolog¨ªa, sino en la rigidez de las pol¨ªticas p¨²blicas en Espa?a, muy especialmente en el ¨¢mbito econ¨®mico. Los sucesivos gobiernos, con independencia de su signo pol¨ªtico, han acostumbrado a realizar pol¨ªticas econ¨®micas muy ortodoxas. Cuando se han cambiado las pol¨ªticas ha sido, fundamentalmente, por imitaci¨®n, porque otros pa¨ªses hab¨ªan ido marcando el paso anteriormente. El sector p¨²blico, como bien se sabe, funciona mediante unos procedimientos que no favorecen la innovaci¨®n. Si, adem¨¢s, tenemos en cuenta que los m¨¢ximos responsables de las pol¨ªticas econ¨®micas se han formado mayoritariamente en el propio Estado, es f¨¢cil comprender por qu¨¦ dichas pol¨ªticas han sido siempre tan parecidas. Desde los a?os noventa del siglo pasado han sido nombrados en Espa?a seis ministros de econom¨ªa (Pedro Solbes, Rodrigo Rato, Elena Salgado, Luis de Guindos, Rom¨¢n Escolano y Nadia Calvi?o): cuatro de ellos proceden del mismo cuerpo funcionarial, el de los T¨¦cnicos Comerciales del Estado; hay una quinta que era tambi¨¦n una alta funcionaria; el ¨²nico ministro con un perfil desligado del sector p¨²blico ha sido Rodrigo Rato.
En general, los ajustes en Espa?a han tendido a realizarse en mayor medida a trav¨¦s de recortes de gasto que de aumentos de los ingresos p¨²blicos. La correcci¨®n del d¨¦ficit durante la d¨¦cada anterior se llev¨® a cabo fundamentalmente disminuyendo el gasto social. Hubo tambi¨¦n subidas de algunos impuestos (sobre todo el IVA), pero el grueso del ajuste recay¨® sobre la inversi¨®n p¨²blica y las pol¨ªticas sociales. Dados estos antecedentes, se entiende mejor que los impuestos excepcionales promovidos en esta ocasi¨®n por el Ejecutivo suenen tan ¡°revolucionarios¡± o rompedores.
Si los analistas han visto un ¡°giro a la izquierda¡± es por lo ins¨®lito de estas medidas en Espa?a. Se est¨¢ buscando abiertamente un aumento de los ingresos para financiar pol¨ªticas compensatorias. Si la derecha mirase m¨¢s all¨¢ de nuestras fronteras, tendr¨ªa que reconocer que el paquete anticrisis no contiene nada del otro mundo. Y la izquierda, por su parte, no deber¨ªa celebrarlo como si el progresismo consistiera en esto. Se trata de pol¨ªticas con bastante sentido com¨²n que servir¨¢n para proteger a amplios sectores de la sociedad ante los efectos de inflaci¨®n. No es poca cosa, desde luego, y no cabe sino celebrar que Espa?a se sume a lo que est¨¢n empezando a hacer otros pa¨ªses, pero no es la toma del Palacio de Invierno.
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