No dejemos solo al BCE
Ante el alza de la inflaci¨®n son precisas tanto una pol¨ªtica de rentas comunitaria como que las medidas que se propongan se encuadren en un marco de iniciativas en el ¨¢mbito del di¨¢logo social
Los serios desaf¨ªos a los que la Uni¨®n Europea ha tenido que enfrentarse en los ¨²ltimos a?os han obligado a actuar en los m¨¢rgenes de los tratados o, m¨¢s bien, a adoptar medidas que, sin estar recogidas en los mismos, tampoco estaban expl¨ªcitamente prohibidas. La negociaci¨®n del Brexit, la compra centralizada de vacunas, o la creaci¨®n de un fondo europeo financiado con deuda com¨²n, el Next Generation EU, representan algunos ejemplos de esas respuestas innovadoras. Asimismo, la invasi¨®n rusa de Ucrania est¨¢ suponiendo otro reto adicional donde, si bien no se han desbordado los l¨ªmites de los tratados en la respuesta comunitaria, tanto en t¨¦rminos de defensa, como en sanciones, como en la revisi¨®n de la pol¨ªtica energ¨¦tica s¨ª estamos observando tambi¨¦n una actuaci¨®n federalizante. Todo ello ha estado bien y ha sido, por otra parte, estrictamente necesario para proteger a la ciudadan¨ªa europea. Ahora bien, en estos momentos, nos enfrentamos, adem¨¢s, a una espiral inflacionaria que exige tambi¨¦n respuestas comunes en ¨¢mbitos no explorados previamente, es decir, en las pol¨ªticas de rentas, m¨¢s all¨¢ del trabajo particular del Banco Central Europeo.
Los precios comenzaron a aumentar tras el pasado verano. Es cierto que una buena parte de aquella inflaci¨®n se explicaba por un ¡°efecto base¡±, pero la recuperaci¨®n de la econom¨ªa europea, mientras buena parte del mundo continuaba pendiente de la expansi¨®n de la pandemia, tension¨® las cadenas de suministro global que segu¨ªan, por otra parte, sufriendo los efectos de los meses de dislocaci¨®n comercial global. Adem¨¢s, Putin hab¨ªa comenzado ya a jugar con la oferta energ¨¦tica. As¨ª, a cierre de a?o, en torno al 90% del incremento de los precios se explicaba por la evoluci¨®n de los costes energ¨¦ticos y de alimentaci¨®n, tal y como estim¨® el Fondo Monetario Internacional en sus Perspectivas de la Econom¨ªa Mundial el pasado abril. Por cierto, en Estados Unidos, esas dos variables apenas explicaban la mitad del aumento de los precios, donde el impulso monetario y sobre todo fiscal hab¨ªa sido mucho m¨¢s generoso. En Europa, por otra parte, no se observa correlaci¨®n alguna entre la expansi¨®n de la respuesta fiscal en los ¨²ltimos dos a?os, v¨ªa incremento de deuda p¨²blica, con el comportamiento de los precios, cuyos diferenciales entre Estados miembros dependen cr¨ªticamente de su relaci¨®n comercial con la econom¨ªa rusa. Sin embargo, que el inicio de este periodo inflacionario haya estado marcado por un shock de oferta no imposibilita, como ya estamos viendo, que pueda derivar en problemas de demanda. Y es ah¨ª donde debemos valorar qu¨¦ est¨¢ haciendo el Banco Central Europeo y preguntarnos si las dem¨¢s instituciones pueden contribuir tambi¨¦n a contener los precios.
En su ¨²ltimo Consejo de Gobierno, el Banco Central Europeo ha aumentado los tipos de referencia, algo m¨¢s de lo esperado, con el objetivo complementario de evitar una mayor depreciaci¨®n del euro. Y, por otro lado, ha anunciado las grandes l¨ªneas de un nuevo instrumento antifragmentaci¨®n, cuyo ¨¦xito, en un escenario inflacionario, presenta m¨¢s incertidumbres que en el entorno deflacionario en el que Draghi anunci¨® el ¡°whatever it takes¡±; ¡°Lo que haga falta¡±. Es m¨¢s, la correlaci¨®n existente entre los pa¨ªses m¨¢s endeudados y aquellos con econom¨ªas hist¨®ricamente m¨¢s inflacionarias abre algunas inc¨®gnitas sobre toda esta operaci¨®n. De este modo, parece poco plausible que el Banco Central Europeo, en exclusiva, pueda reducir las expectativas de inflaci¨®n al objetivo del 2% a no ser que asuma un efecto recesivo de sus propias pol¨ªticas, que se sumar¨ªa a los riegos energ¨¦ticos que anticipan una evoluci¨®n complicada, no ya solo en t¨¦rminos de precios, sino tambi¨¦n de actividad y empleo en toda Europa. Y es ah¨ª donde entra en juego la coordinaci¨®n europea en materia fiscal, a la que deber¨ªa sumarse, por primera vez, un marco europeo de pactos de renta nacionales.
Si ciertamente estamos entrando en una fase inflacionaria m¨¢s prolongada de lo estimado a finales de a?o y de menor crecimiento, o incluso de recesi¨®n en las econom¨ªas centrales de la Uni¨®n, la pol¨ªtica fiscal debe reinventarse frente a la respuesta a la pandemia. La respuesta presupuestaria no puede ya dirigirse a sostener de manera universal la demanda interna, sino que debe centrarse en apoyar a los hogares m¨¢s humildes, evitando adem¨¢s hacer desaparecer completamente las se?ales v¨ªa precios que deben reorientar los h¨¢bitos de consumo. Y a su vez, los esfuerzos de inversi¨®n deber¨¢n encaminarse a resolver los cuellos de botella en el sector energ¨¦tico.
Esto supone una revisi¨®n de los planes nacionales de recuperaci¨®n o, m¨¢s bien, una intensificaci¨®n de su apuesta en el marco de la transici¨®n energ¨¦tica, como ya se ha iniciado a trav¨¦s de la estrategia RePowerEU. Y todo ello teniendo en cuenta que los d¨¦ficits primarios suponen una debilidad notable, cuya correcci¨®n no puede posponerse indefinidamente en la confianza del que Banco Central Europeo resuelva lo que las instituciones pol¨ªticas no logramos encauzar.
Y, en este sentido, resulta vital abordar ya un pacto de rentas, que necesitar¨ªa de un acompa?amiento europeo. La Uni¨®n no tiene competencias formales a la hora de establecer sendas salariales y de m¨¢rgenes empresariales. Tampoco las ten¨ªa en sanidad, muy limitadas en energ¨ªa, o incluso casi prohibidas a la hora de emitir deuda mancomunada. Ahora bien, el compromiso pol¨ªtico y la convicci¨®n de que s¨®lo unidos podremos atravesar la marejada que se anuncia deber¨ªan motivar la articulaci¨®n de una respuesta comunitaria, con respeto a las normas y costumbres de cada Estado en sus pr¨¢cticas de di¨¢logo social. Una respuesta dise?ada a escala europea con la participaci¨®n de los agentes sociales, que permita saltar sobre las desconfianzas presentes en los escenarios nacionales y conducir un gran pacto de rentas, cr¨ªtico para doblegar la curva de la inflaci¨®n.
Para ello hay instrumentos comunitarios con los que actuar. As¨ª, las propuestas de directivas sobre el tratamiento fiscal de la deuda corporativa o la implementaci¨®n en Europa de los acuerdos de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE) para fijar tipos m¨ªnimos en sociedades, as¨ª como el toolbox en materia energ¨¦tica presentado por la Comisi¨®n hace unos meses, elevar¨ªan el grado de compliance [cumplimiento normativo] empresarial en t¨¦rminos de m¨¢rgenes de beneficios, viabilizando un acuerdo de responsabilidad salarial, a la par que se avanza en el fortalecimiento de las medidas de protecci¨®n social con un horizonte de sostenibilidad de las deudas nacionales, con apoyo a la inversi¨®n necesaria v¨ªa RePowerEU.
Las ¨²ltimas propuestas del Gobierno de Espa?a se encaminan en esta direcci¨®n y ser¨ªa ¨²til encuadrarlas en un marco de pol¨ªticas comunitarias en el ¨¢mbito del di¨¢logo social que ampl¨ªe, a su vez, el margen de maniobra del Banco Central Europeo, evitando introducir m¨¢s sesgos recesivos a trav¨¦s de una respuesta solitaria de pol¨ªtica monetaria.
Ha llegado la hora, pues, de europeizar tambi¨¦n el marco del di¨¢logo social.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.