Impuesto a la banca
Las entidades espa?olas reciben m¨¢s apoyo que las europeas, multiplican el dividendo y son menos solventes
El impuesto previsto a los beneficios ca¨ªdos del cielo de la banca como consecuencia de los aumentos del tipo de inter¨¦s del BCE afectar¨¢ ¨²nicamente al 49% de los mismos, seg¨²n los c¨¢lculos de este peri¨®dico. Ser¨¢, pues, digerible, y resulta extempor¨¢nea la sonora salida de tono de una banquera, Mar¨ªa Dolores Dancausa (¡±es injusto¡±, ¡°lo pelearemos¡±, ha dicho) en protesta por el esfuerzo que se le requiere.
La alegaci¨®n de que no deben articularse medidas fiscales sobre una concreta rama de actividad es pobre. Se favoreci¨® al turismo en la pandemia o al sector bancario reiteradamente, y es justo exigirles m¨¢s en tiempos de bonanza. Lo reclama el mismo Fondo Monetario Internacional al postular aumentos en el impuesto de sociedades a las empresas que generan ¡°beneficios extraordinarios¡±. Ello no implica ignorar los motivos de inquietud del sector cuando est¨¢n m¨¢s fundados: los m¨¢rgenes de la banca son limitados en comparaci¨®n con otros e incluso podr¨ªa favorecerse a los competidores tecnol¨®gico-financieros si no se les grava de forma similar.
Pero conviene recordar que, en general, el gravamen no castigar¨¢ la eficacia de la gesti¨®n y que recaudar¨¢ menos de lo que crecer¨¢ su margen a ra¨ªz de las medidas regulatorias que adopte el BCE. No hay muchos otros pa¨ªses en Europa en que se haya beneficiado el sector bancario de tanto apoyo p¨²blico. En Espa?a ha recibido un doble salvamento. Primero, la reconversi¨®n de los bancos en los a?os ochenta y noventa supuso una enorme factura para el Tesoro, y acompa?¨® la reducci¨®n desde 150 entidades a no m¨¢s de una docena. Despu¨¦s, el rescate financiero europeo (con un coste, de momento, de m¨¢s de 50.000 millones de euros) redund¨® en el fortalecimiento y enorme concentraci¨®n de la banca.
Esos rescates no pretend¨ªan en primer t¨¦rmino beneficiar a los banqueros, sino evitar el colapso de la econom¨ªa y la ruina de los clientes, y no resultaron gratis al contribuyente, contra lo prometido en el ¨²ltimo. El esfuerzo colectivo dispensado deber¨ªa sensibilizar a las entidades beneficiadas, directa e indirectamente, para actuar ahora en justa sinton¨ªa.
Los bancos reclamaron con insistencia el alza de los tipos de inter¨¦s para aumentar sus m¨¢rgenes. Olvidaban que la era de tipos bajos tambi¨¦n les benefici¨®, porque al mejorar las finanzas de sus clientes descendi¨® la morosidad (del 12,68% de 2013 al 4,18% el pasado mayo). Tampoco impidi¨® que en 2021 triplicasen largamente sus beneficios. Durante el primer semestre de este a?o, la expectativa del aumento de tipos ha contribuido al aumento de los beneficios de las cinco entidades cotizadas, un total de 10.132 millones de euros (entre el 33% y el 78%) sobre el buen punto de partida anterior: la excepci¨®n es Bankinter (solo un 11%), precisamente dirigido por Dancausa.
Los beneficios son ben¨¦ficos, s¨ª, pero su reparto, no. Los anuncios de multiplicaci¨®n de dividendos, las operaciones de autocartera que revierten en los accionistas, el hecho de que los ejecutivos bancarios sean de media los mejor pagados de Europa (128 de ellos cobraron 2,18 millones en el a?o fatal de 2020) pero en cambio la banca espa?ola figure a la cola de la europea en su ratio de solvencia (el 13%, contra una media del 15,4%, datos de enero de 2022) son indicadores cabales de la necesidad de una reorientaci¨®n de las externalidades de la banca. El beneficio final ser¨¢ de todos, y no solo de s¨ª misma.
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