A favor del transporte p¨²blico

Las grandes ciudades han sido conquistas de la civilizaci¨®n que hace tiempo cargan con nuevos problemas imprevistos o inimaginables hace apenas unos a?os. En ellas vive m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n mundial, pero soportan tensiones diarias que empeoran sus condiciones de vida, tanto a escala local como global. Menos tr¨¢fico, m¨¢s transporte p¨²blico y un uso m¨¢s racionalizado han sido demandas hist¨®ricas que la pandemia ha actualizado tras los periodos de confinamiento y restricciones. En realidad, es una cuesti¨®n de mera supervivencia: el mayor h¨¢ndicap de las grandes metr¨®polis es la contaminaci¨®n que provoca un modelo de tr¨¢fico cimentado en el coche privado movido por combustibles f¨®siles. El 98% de la poblaci¨®n espa?ola respir¨® en 2021 aire contaminado, por encima de los niveles que la OMS ve seguros.

Bajo esa misma l¨®gica, el Gobierno decidi¨®, adem¨¢s de los descuentos en Renfe, subvencionar el precio de los abonos del metro y autob¨²s urbanos en un 30% y abrir la posibilidad de que los responsables del servicio ampliasen la horquilla hasta el 50%. Hasta el momento, solo cinco de las 17 ciudades espa?olas de m¨¢s de 250.000 habitantes han acordado ese margen de bonificaci¨®n universal, mientras que en otras cuatro la rebaja ser¨¢ algo mayor, aunque limitada a determinados colectivos vulnerables.

El objetivo de cualquier esfuerzo en este ¨¢mbito, por modesto que pueda resultar, ha de ser la continuidad estructural de la propuesta. Unos pocos meses de aplicaci¨®n de la medida es casi descorazonador y de ah¨ª que resulte indispensable la coordinaci¨®n de los distintos niveles de la Administraci¨®n para que sean pol¨ªticas continuadas de futuro. Algunas capitales ya han dado pasos notables en esta labor. Barcelona comenz¨® el martes las obras de su proyecto m¨¢s importante en movilidad en los ¨²ltimos siete a?os con el objetivo de ganar 58.000 metros cuadrados para los peatones en el centro de la ciudad. Bilbao cumplir¨¢ en septiembre dos a?os con la velocidad limitada a 30 por hora, medida en la que se adelant¨® ocho meses a la entrada en vigor de los nuevos l¨ªmites de velocidad urbana. Antes de que acabe el a?o, las 149 ciudades de m¨¢s de 50.000 habitantes ¡ªy las de m¨¢s de 20.000 con mayor poluci¨®n¡ª tendr¨¢n que haber creado sus zonas de bajas emisiones, vetadas al tr¨¢fico m¨¢s contaminante, como fija la ley de cambio clim¨¢tico, aprobada en 2021, pese a los obst¨¢culos judiciales con que tropez¨® su puesta en marcha en Madrid y Barcelona, y decenas de localidades est¨¢n trabajando en su dise?o.

El objetivo compartido no es forzar artificialmente un cambio de h¨¢bitos, sino generar las condiciones necesarias para que el uso creciente del transporte p¨²blico redunde en favor de la ciudadan¨ªa en su conjunto en t¨¦rminos de calidad de vida, pero tambi¨¦n de resistencia al cambio clim¨¢tico. Hay tiempo para sumar a m¨¢s capitales.