?Guaid¨®, al fin candidato!
El primer movimiento de Petro como presidente m¨¢s sensible para el protegido de Donald Trump ha sido el restablecimiento de las relaciones diplom¨¢ticas entre Colombia y Venezuela
Las primeras semanas de Gustavo Petro en la presidencia de Colombia han desconcertado a los pol¨ªticos de oposici¨®n venezolanos.
Con toda seguridad, tambi¨¦n a algunas jerarqu¨ªas, dig¨¢moslo as¨ª, del mundo madurista que, por todo lo que sabemos es, m¨¢s bien, submundo: un incognoscible Ares narcopetrolero en la era postamericana.
Para la estaci¨®n orbital de Juan Guaid¨® destacada en Colombia, el arribo de Petro ha entra?ado muchos cambios en lo cotidiano, tal como ocurre despu¨¦s de todo movimiento s¨ªsmico.
Caracter¨ªsticamente, sin embargo, no se registra cambio alguno en la intelecci¨®n y valoraci¨®n de lo ocurrido a este lado del r¨ªo T¨¢chira. Esta impasibilidad rige las declaraciones de Juan Guaid¨® ante los primeros movimientos de Petro como presidente. Quiz¨¢ el m¨¢s sensible de ellos para el protegido de Donald Trump haya sido hasta ahora el restablecimiento de las relaciones diplom¨¢ticas entre Colombia y Venezuela. ?Qu¨¦ ha dicho de ello el presidente interino?
Guaid¨® lament¨® en rueda de prensa la presteza con que Petro y Maduro restablecieron relaciones y designaron embajadores. ¡°No ha debido acercarse¡±, dijo, ¡°a quien hoy ampara el terrorismo, favorece la disidencia de las Farc y del ELN, el tr¨¢fico de drogas, de armas, de trata de personas, del contrabando, entre otras cosas¡±.
Compungido por el restablecimiento de relaciones que nunca han debido interrumpirse, Guiad¨® habl¨® como lo habr¨ªa hecho la senadora Maria Fernanda Cabal.
El restablecimiento de las relaciones entre ambos pa¨ªses se llev¨® a cabo horas despu¨¦s de que Guaid¨® declarase, en tono magn¨¢nimo, que procurar¨ªa ¡°buscar mecanismos formales de comunicaci¨®n con el Gobierno de Gustavo Petro¡±.
Hay que admitir que Guaid¨® no permite a la realidad desairar la gravedad con que desempe?a el papel de un singular presidente latinoamericano cuyo gabinete est¨¢ todo ¨¦l en el exilio y depende salarialmente, y en gran medida, de Washington.
En esto ¨²ltimo, por cierto, puede catarse la aberrante excepcionalidad pol¨ªtica de Venezuela: quienes all¨ª han saqueado billones y usurpan el poder son el imp¨²dico instrumento geopol¨ªtico de La Habana, Teher¨¢n y Mosc¨², mientras que el palad¨ªn de la oposici¨®n designa ¨C interinamente, ?podr¨ªa ser de otra manera?¡ª las directivas de empresas petroleras venezolanas en el exterior, sumamente productivas pero plagadas de acreencias reclamadas por c¨®rvidos bonistas al acecho.
Una agencia del Gobierno estadounidense mantiene congelado el ingente patrimonio que significan los ingresos ordinarios de Citgo Petroleum Corp. Son recursos que bien podr¨ªan aliviar la tragedia humanitaria del pa¨ªs.
Washington vela por los intereses de los acreedores mientras que el interino, presunto mandatario del Estado venezolano, el accionista primordial de Citgo, no puede siquiera emitir con su firma una certificaci¨®n de solter¨ªa.
Pese a su irrisi¨®n, Guaid¨® se permite exhortar a Gustavo Petro a que vuelque su atenci¨®n hacia los millones de venezolanos desplazados a Colombia por el hambre y la constante violaci¨®n de derechos humanos. No pensaron, ni ¨¦l ni su jefe pol¨ªtico, que al pretender hacer de Colombia el portaaviones de ¡°todas las opciones sobre la mesa¡± agitadas por Trump y Elliot Abrams, John Bolton y J. J. Rend¨®n¡ªmercenario contratista de mercenarios¡ª, dejar¨ªan sin indispensable auxilio consular a nuestros compatriotas m¨¢s vulnerables.
La Historia mata pulgas a su manera, la vida siempre est¨¢ en otra parte.
Ha quedado atr¨¢s la idea de un pronunciamiento militar disfrazado de heroica operaci¨®n humanitaria que, a su vez, dar¨ªa paso a una transici¨®n tutelada nada menos que por el general Vladimir Padrino y el magistrado Maikel Moreno.
Desde ayer, Juan Guaid¨® es el candidato de la formaci¨®n de Leopoldo L¨®pez en las elecciones primarias de las que emerger¨¢ el candidato ¨²nico de la oposici¨®n a la presidencia de Venezuela. Si Guaid¨® llegase a ganar las presidenciales de 2024, con seguridad cesar¨¢ la usurpaci¨®n, vendr¨¢ un gobierno de transici¨®n y, ?ese s¨ª!, convocar¨¢ elecciones libres.
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