Oc¨¦anos sin ley
La frustraci¨®n del acuerdo para la protecci¨®n de los oc¨¦anos de la ONU reclama una nueva negociaci¨®n urgente
Inesperadamente, el acuerdo acab¨® frustr¨¢ndose. Tras cuatro a?os de negociaciones, y pese a que las expectativas eran positivas, la Convenci¨®n de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar no fue capaz de acordar el pasado viernes el que estaba llamado a ser el primer tratado global sobre los oc¨¦anos que incluyera la protecci¨®n de las aguas de alta mar. La decepci¨®n que ha supuesto la falta de acuerdo obliga a retomar cuanto antes las negociaciones para superar la conocida como Constituci¨®n de los Oc¨¦anos, de 1982, que deja al margen la biodiversidad existente fuera de las aguas nacionales y no aplica regulaci¨®n internacional alguna en casi dos terceras partes del ¨¢mbito marino.
Actualmente las principales amenazas que se ciernen sobre los mares son tres: la pesca industrial, la miner¨ªa en aguas profundas y la contaminaci¨®n. Especialmente visible es la producida por pl¨¢sticos, que al degradarse en el oc¨¦ano acaban incorpor¨¢ndose en forma de micropl¨¢sticos a la cadena alimenticia y as¨ª llegan a nuestra mesa. Es verdad que las medidas de protecci¨®n han ido avanzando en aguas nacionales, pero no as¨ª en aguas internacionales, que al no ser de nadie quedan al margen de las figuras de regulaci¨®n y gesti¨®n. En este sentido, es indispensable un instrumento internacional jur¨ªdicamente vinculante sobre la conservaci¨®n y uso de la biodiversidad biol¨®gica marina en alta mar que proteja, al menos, el 30% de los oc¨¦anos de aqu¨ª a 2030. Ese era el objetivo de la Convenci¨®n.
Pese a que todo indicaba que hab¨ªa llegado el momento de este acuerdo, finalmente no ha sido posible. La gesti¨®n de los beneficios derivados de la explotaci¨®n de los recursos gen¨¦ticos de alta mar, entre otros, lo han imposibilitado, pero cada d¨ªa que pasa es m¨¢s urgente llegar a ese acuerdo de efecto global. La postura de pa¨ªses como Espa?a o la propia Uni¨®n Europea, que han participado dentro del marco de la Coalici¨®n de Alta Ambici¨®n ¡ªun foro pol¨ªtico de alto nivel formado por 50 miembros¡ª, ha de ser clave para que las negociaciones se retomen con urgencia y culminen con un acuerdo, en efecto, ambicioso, capaz de incluir al conjunto de aguas nacionales e internacionales y superar la actual situaci¨®n de mosaico de acuerdos por sectores.
Actividades tan diversas como el tendido de cables subacu¨¢ticos, la contaminaci¨®n por pl¨¢stico, la pesca o la miner¨ªa deben ser incluidas en un tratado que tenga en cuenta tanto la biodiversidad como todos los servicios ecosist¨¦micos que afectan a la humanidad. Para lograrlo es imprescindible reforzar los mecanismos de cooperaci¨®n, determinar la creaci¨®n de ¨¢reas de protecci¨®n marina y aplicar a las intervenciones en el oc¨¦ano evaluaciones de impacto ambiental. Las aguas que no son de nadie son de todos, y protegerlas de forma eficaz ha de ser una responsabilidad compartida donde no deber¨ªa haber regateo ni cortoplacismo.
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