Volver a empezar
?Por qu¨¦ un proceso que se inici¨® con un 78% de aprobaci¨®n a la idea de una nueva Constituci¨®n, hoy no pasa del 50%?
El resultado del plebiscito del domingo marcar¨¢ un punto de inflexi¨®n en la sociedad y pol¨ªtica chilena. Es, sin dudas, el acto electoral m¨¢s gravitante desde el plebiscito de 1988, que puso fin a la dictadura militar. En un padr¨®n electoral de m¨¢s de 15 millones de electores, se espera que la participaci¨®n sea muy alta, por la obligatoriedad de votar en esta ocasi¨®n, pero sobre todo por el gran inter¨¦s y profundidad de lo que est¨¢ en juego. En la ¨²ltima presidencial, votaron m¨¢s de 8.3 millones, y seg¨²n la informaci¨®n entregada por el Servicio Electoral, a cinco d¨ªas de la elecci¨®n, m¨¢s de 14 millones de personas hab¨ªan consultado su lugar de votaci¨®n, una cifra in¨¦dita.
Y si el porcentaje de participaci¨®n es muy importante, lo es m¨¢s a¨²n su resultado y los efectos que ¨¦ste traiga. ?Qu¨¦ escenarios se vislumbran en cada caso?
Las encuestas de opini¨®n ¡ªhasta antes de que se entrara en la veda informativa de dos semanas¡ª daban por ganadora a la alternativa rechazo por m¨¢rgenes superiores a los 10 puntos. Sin embargo, las ¨²ltimas mediciones ¡ªque circulan por redes sociales y mensajes privados¡ª muestran que esa brecha se habr¨ªa acortado, pero a¨²n favoreciendo al rechazo.
La primera cuesti¨®n que salta a la vista es: ?por qu¨¦ un proceso que se inici¨® con un 78% de aprobaci¨®n a la idea de una nueva Constituci¨®n, hoy no pasa del 50%? Evidentemente hay m¨²ltiples factores, pero existe consenso transversal en que la radicalizaci¨®n de convencionales, la cancelaci¨®n hacia sectores de centro y derecha, el af¨¢n refundacional y maximalista, hicieron que el votante moderado, que no se identifica con partidos pol¨ªticos, se sintiera profundamente desilusionado y defraudado por c¨®mo se dio el proceso y su resultado.
Tanto es as¨ª, que el propio Gobierno inst¨® a su coalici¨®n a llegar a un acuerdo de modificaciones al texto constitucional que deb¨ªan de hacerse antes de que ¨¦sta entrara en vigencia, como el aseguramiento de una provisi¨®n mixta en salud y educaci¨®n, establecer la heredabilidad de fondos de pensiones, restringir el ¨¢mbito de la consulta y consentimiento ind¨ªgena, que el nuevo Consejo de Justicia fuese integrado en su mayor¨ªa por jueces, la eliminaci¨®n de la reelecci¨®n inmediata, la restituci¨®n del Estado de Emergencia ante graves alteraciones de orden p¨²blico, que hoy el gobierno ha usado varias veces en la Araucan¨ªa, entre otras cosas m¨¢s.
?Qu¨¦ pasa si gana el Rechazo?
Una de las caracter¨ªsticas de esta opci¨®n es su transversalidad pol¨ªtica. Incluye a todos los partidos de las derechas, pero tambi¨¦n a importantes sectores de centroizquierda. De hecho, casi la mitad de los exministros que tuvieron los gobiernos de centroizquierda desde el retorno a la democracia, votan rechazo. De los expresidentes, la ¨²nica que se ha manifestado por el Apruebo es Michelle Bachelet.
Esta ¡°coalici¨®n accidental¡± ha comprometido, en su inmensa mayor¨ªa, la necesidad de continuar con el proceso constituyente, para hacer una ¡°nueva y buena constituci¨®n¡± como reza parte de sus frases de campa?a, y ha insistido en la necesidad de generar un amplio acuerdo pol¨ªtico ¡ªcomo el que se sucedi¨® el 15 de noviembre del 2019 (15N), un mes despu¨¦s de iniciado el ¡°estallido social¡±¡ª y trazar el nuevo camino. Es volver a empezar, pero no de cero, y en un plazo m¨¢s breve.
El Gobierno, por su parte, deber¨¢ reconocer su derrota electoral y cultural. En lo primero, puesto que fue el propio presidente quien debi¨® liderar parte de la campa?a del Apruebo, y fue uno de sus principales ministros quien sosten¨ªa que el resultado del plebiscito estaba ¨ªntimamente ligado a la realizaci¨®n de su programa de gobierno. En lo cultural, la autocr¨ªtica deber¨¢ ser m¨¢s profunda. Puesto que habr¨¢ quedado derrotado ese esp¨ªritu que interpret¨® que la crisis del 2019 era m¨¢s cercana a una revoluci¨®n que deb¨ªa refundarlo todo y buscar el reconocimiento de las diversas identidades radicalizadas, que a la demostraci¨®n de un gran malestar producto de las promesas incumplidas de la modernizaci¨®n capitalista y las desigualdades.
A la vez, deber¨¢ contener a los grupos m¨¢s de izquierda de su coalici¨®n, como el Partido Comunista y parte del Frente Amplio, que se negaron a firmar y aprobar el acuerdo del 15N y probablemente querr¨¢n interpretar el descontento radical.
Finalmente, tendr¨¢ la oportunidad de ser parte de un nuevo gran acuerdo para ese ¡°volver a empezar¡±, volc¨¢ndose m¨¢s hacia el socialismo democr¨¢tico y la experiencia de la antigua Concertaci¨®n, consensuando tambi¨¦n con la mayor¨ªa de las derechas.
En suma, ser¨ªa una gran derrota, pero no el final. El presidente Boric ya ha mostrado en otras ocasiones la habilidad para empujar acuerdos, a¨²n con alto costo en su propio sector.
?Y si gana el Apruebo?
Indudablemente ser¨ªa muy fortalecido el presidente Boric y su coalici¨®n del Frente Amplio y el Partido Comunista. Esto le dar¨ªa el liderazgo necesario para contener los deseos impetuosos de aplicar las nuevas normas sin modificarlas, y cumplir el compromiso de los partidos del Apruebo, llegando a acuerdos con las derechas y el centro en el Congreso.
La propuesta de nueva Constituci¨®n incorpora un largo itinerario de reformas, transiciones y modificaciones, que har¨ªan que el Gobierno deba estar abocado al trabajo en el Congreso y su coalici¨®n. Probablemente ocurra que las derechas m¨¢s radicales endurezcan su acci¨®n y que algo similar ocurra con las izquierdas.
El triunfo de la elecci¨®n deber¨¢ transformarse en un ¨¦xito en las negociaciones y en que las normas de la Constituci¨®n las puedan sentir propias ambas mitades del pa¨ªs que quedar¨¢n divididas despu¨¦s del plebiscito.
La democracia liberal est¨¢ pasando por crisis en todo el mundo, la pol¨ªtica de las identidades, la p¨¦rdida de referentes y su consecuente anomia, as¨ª como el retiro de las ideolog¨ªas omnicomprensivas del bien ¡ªreemplazadas por un verdadero mosaico de causas o un ¡°modelo para armar¡± individual¡ª hacen que la incertidumbre sea la t¨®nica.
Pero con m¨¢s y mejor democracia, gane el apruebo o rechazo, siempre se puede volver a empezar.
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