La ecuaci¨®n de Drake

Frank Drake estaba convencido de que el primer contacto con una civilizaci¨®n extraterrestre ocurrir¨ªa durante su vida. Se equivoc¨® ¡ªmuri¨® el viernes sin haberlo visto¡ª, pero el mundo astron¨®mico que le despide es seguramente muy distinto al que le vio nacer, cuando el mero hecho de mencionar la posibilidad de vida extraterrestre era un pasaporte al ostracismo cient¨ªfico. Hoy existe hasta la especialidad de astrobiolog¨ªa en algunas universidades de prestigio. Es cierto que los astrobi¨®logos tienden a pasarse el d¨ªa en R¨ªo Tinto, Huelva, y otros lugares mundanos de condiciones extremas, pero sus conocimientos resultan ¨²tiles para dise?ar los rovers que buscan vida en Marte y los telescopios que la rastrear¨¢n en la atm¨®sfera de planetas tan lejanos que ni nuestra imaginaci¨®n puede alcanzar.

Gran parte de este cambio de actitud se debe al descubrimiento masivo de planetas extrasolares en el ¨²ltimo par de d¨¦cadas. Y la otra parte se debe a Frank Drake, el astr¨®nomo que fundo el programa SETI (search for extraterrestrial intelligence, b¨²squeda de inteligencia extraterrestre) y ech¨® el primer vistazo ah¨ª fuera rastreando se?ales de radio que procedieran de una civilizaci¨®n lejana. La idea de que las civilizaciones avanzadas emiten ondas de radio proviene de nuestra propia experiencia, pues nosotros las emitimos sin querer al menos desde los a?os cuarenta, cuando empezaron las emisiones de radio y tele de cierta potencia intercontinental.

Drake y sus colegas m¨¢s pr¨®ximos, Jill Tarter y Carl Sagan, invirtieron el argumento y se pusieron a buscar las se?ales de otros. Sesenta a?os de fracasos despu¨¦s, la exploraci¨®n sigue. Pero, ?hay alguien ah¨ª? ?A qu¨¦ viene tanto silencio impertinente? Es frustrante, ?no creen? El nombre oficioso de este v¨¦rtigo metaf¨ªsico es ¡°paradoja de Fermi¡±, que tiene esta forma: si hay tantas estrellas en la galaxia, y tal fracci¨®n de estrellas tiene planetas, y tal fracci¨®n de planetas est¨¢ a la distancia adecuada de su sol, etc¨¦tera¡­ ?d¨®nde est¨¢ todo el mundo? Ese es m¨¢s o menos el c¨¢lculo mental que hizo Enrico Fermi durante una comida en el laboratorio, y la frase que pronunci¨® al volver a tierra firme. Porque, seg¨²n el c¨¢lculo mental de Fermi, y dado el tiempo que deber¨ªa llevar colonizar la galaxia, los extraterrestres ya tendr¨ªan que estar aqu¨ª. ?D¨®nde est¨¢ todo el mundo?

Drake fue un buen astr¨®nomo, y sus colegas lo sab¨ªan perfectamente. Hizo el primer mapa con radioondas del centro de la V¨ªa L¨¢ctea, descubri¨® unos cinturones de Van Allen en J¨²piter, midi¨® la densidad de la atm¨®sfera de Venus y dirigi¨® el Observatorio de Arecibo en Puerto Rico cuando aquello era el mayor radiotelescopio del mundo. Tambi¨¦n hac¨ªa vino y cultivaba orqu¨ªdeas. Pero su mayor contribuci¨®n a la ciencia acabar¨¢ siendo, con toda probabilidad, una formalizaci¨®n correcta, aunque algo perogrullesca, del calculillo mental de Fermi que les cont¨¦ antes. Se llama ecuaci¨®n de Drake, y estima el n¨²mero de civilizaciones de la V¨ªa L¨¢ctea como el producto del n¨²mero de estrellas por la fracci¨®n de ellas que tienen planetas por la fracci¨®n que est¨¢n a la distancia adecuada de su sol y as¨ª hasta siete factores. Debe ser duro para un explorador de mundos ser recordado por esa mediocridad, pero en fin, as¨ª es la vida en la Tierra.