Hay una crisis alimentaria
Los gobiernos de los pa¨ªses con mayores recursos no pueden desentenderse del hambre que crece en el mundo
El hambre y la malnutrici¨®n vuelven a la agenda pol¨ªtica mundial como uno de los mayores retos de los pr¨®ximos a?os. La preocupaci¨®n por lo que pueda ocurrir en 2023 se ha hecho patente en la cumbre sobre seguridad alimentaria mundial celebrada en paralelo a la Asamblea General de Naciones Unidas. Espa?a se comprometi¨® a aportar 236 millones de euros en los pr¨®ximos tres a?os para mitigar los efectos de esa crisis. Solo el compromiso de los pa¨ªses ric...
El hambre y la malnutrici¨®n vuelven a la agenda pol¨ªtica mundial como uno de los mayores retos de los pr¨®ximos a?os. La preocupaci¨®n por lo que pueda ocurrir en 2023 se ha hecho patente en la cumbre sobre seguridad alimentaria mundial celebrada en paralelo a la Asamblea General de Naciones Unidas. Espa?a se comprometi¨® a aportar 236 millones de euros en los pr¨®ximos tres a?os para mitigar los efectos de esa crisis. Solo el compromiso de los pa¨ªses ricos permitir¨¢ emprender medidas de choque, como la creaci¨®n de una reserva mundial de emergencia que sirva para rescatar a las regiones m¨¢s da?adas por un conjunto de efectos ajenos a ellas.
La espiral negativa es compleja. Se han sumado los efectos del cambio clim¨¢tico, la pandemia y la guerra en Ucrania para impedir los avances en la lucha contra el hambre, que crece en lugar de decrecer. Desde enero de 2020, el n¨²mero de personas que no tienen acceso a una alimentaci¨®n suficiente ha aumentado en 46 millones. El hambre en el mundo se ha ensanchado con el equivalente a la poblaci¨®n actual espa?ola. En 2021, 828 millones de personas no recib¨ªan suficientes nutrientes, seg¨²n el ¨²ltimo informe elaborado por cinco agencias de Naciones Unidas. La poblaci¨®n en situaci¨®n de grave inseguridad alimentaria, es decir, que no tiene garantizado poder comer, ha pasado de 135 millones en 2019 a 345 en 2021. Adem¨¢s, 45 millones de menores de cinco a?os sufren malnutrici¨®n severa y otros 149 millones presentan retrasos en el desarrollo por una alimentaci¨®n insuficiente.
Cuando en 2015 se incluy¨® entre los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) acabar con la crisis alimentaria en 2030, no se contaba con la aceleraci¨®n del cambio clim¨¢tico, ni con la pandemia, ni con una guerra que tiene una incidencia decisiva porque de Rusia y Ucrania depende el 30% de las exportaciones de cereales y la mitad de las de aceite de girasol. Rusia es adem¨¢s uno de los mayores proveedores de nitr¨®geno, el principal componente de los fertilizantes qu¨ªmicos.
Si este a?o aumentaron los problemas de acceso a los alimentos, por el crecimiento de precios y el bloqueo de suministros, la amenaza de desabastecimiento por falta de disponibilidad es muy real para el a?o que viene. Si eso ocurre, la vida de millones de personas estar¨¢ literalmente en peligro. Los gobiernos de los pa¨ªses con mayores recursos no pueden desentenderse del problema. Espa?a ha hecho un primer gesto significativo. La magnitud del drama exige que se incluya en la agenda de prioridades una contribuci¨®n preventiva y solidaria, en la medida de las posibilidades de cada pa¨ªs, para afrontar una crisis alimentaria que puede empeorar en el inmediato futuro.