Migrantes fantasmas
Para Diosdado Cabello la traves¨ªa del Dari¨¦n que acometen diariamente centenares de venezolanos es una fabricaci¨®n propagand¨ªstica de la oposici¨®n
Diosdado Cabello, a quien una f¨®rmula period¨ªstica mantiene desde hace a?os confinado en el estante de ¡°segundo hombre del r¨¦gimen¡± venezolano, conduce cada semana un programa de televisi¨®n. El comentarista dedica buena parte del tiempo a escarnecer a los opositores en el exilio. No es la ¨²nica funci¨®n del programa pero es, sin duda, una de las m¨¢s importantes. El dise?o de producci¨®n exalta un lamentable personaje ¨C el doctor Jung lo llamar¨ªa personoide¡ª, construido por Cabello para las c¨¢maras del que alguna vez fue un canal p¨²blico no-gubernamental.
El personoide encarnado por Cabello es un socarr¨®n secuaz de Nicol¨¢s Maduro que disimula su calidad subalterna mostr¨¢ndose como comentarista ocurrente, partidario de la barbarie que impera en Venezuela. La escenograf¨ªa¡ªllam¨¦mosla as¨ª¡ªy la mec¨¢nica del programa, que acoge en el estudio a una claque, no traicionan jam¨¢s el esp¨ªritu de matoneo que anima al personoide.
Vistiendo camisa roja y recortado contra una gigantograf¨ªa de Hugo Ch¨¢vez, Cabello comenta con sorna las noticias adversas al r¨¦gimen, inserta titulares de prensa, clips de v¨ªdeo y, en ocasiones, conversaciones grabadas entre particulares, interceptadas por organismos de seguridad.
Armado con un lapicero de punta gruesa, Cabello ¡°cancela¡±, sentencioso y con una ¡°equis¡±, lo que comenta. Todo lo mostrado ¨C¡±las pruebas¡±, las llama¨C es, invariablemente, se?alado por Cabello como obra de agentes a sueldo.
Basta ver minutos del programa para saber que se arrastrar¨¢ hasta el final sin variaciones de tonalidad ni de registro, pero hay periodistas, primeros secretarios de embajadas extranjeras, analistas pol¨ªticos que no pueden eximirse de verlo completo: sopesan sus se?ales, giros, cada mueca, cada cambio en el tono de voz porque a pesar de no ser Cabello un car¨¢cter sibilino ¨Cun sargentazo nunca lo es¡ª, a trav¨¦s de sus chascarrillos patibularios hablan siempre los designios la revoluci¨®n bolivariana.
El escarnio de que Cabello ha hecho objeto a los migrantes venezolanos que han desafiado, y siguen desafiando, el mort¨ªfero tap¨®n del Dari¨¦n donde muchos han encontrado la muerte, subraya la crueldad de un r¨¦gimen que ha lanzado al destierro a casi siete millones de venezolanos, aproximadamente el 24 por ciento de la poblaci¨®n actual del pa¨ªs.
La respuesta oficial del r¨¦gimen de Maduro a las bien averiguadas cifras de Acnur, el solvente organismo de la ONU que atiende los derechos de los refugiados de todo el mundo, ha sido negar su existencia, simplemente. Seg¨²n Acnur, la cantidad de emigrantes venezolanos iguala, en el actual momento, la de refugiados ucranianos y supera las cifras del conflicto en Siria.
Esas cifras, dijo la semana pasada su vocero, el canciller Carlos Far¨ªa, ante la Asamblea General de Naciones Unidas, est¨¢n infladas interesadamente. Far¨ªa afirma que el 60% de los migrantes ya ha regresado al pa¨ªs.
La declaraci¨®n de la canciller¨ªa venezolana coincide con el informe sobre Derechos Humanos de la Misi¨®n Internacional Independiente, designada por la ONU, que ofrece un an¨¢lisis detallado del papel que desempe?an Maduro, y otras autoridades del r¨¦gimen que ¨¦l encabeza, en la represi¨®n a la oposici¨®n. El informe observa la comisi¨®n de torturas de extrema gravedad, constitutivas de cr¨ªmenes de lesa humanidad.
La tragedia ha estremecido a millares de familias venezolanas desde que, en 2015, comenz¨® el ¨¦xodo hacia toda la regi¨®n. Los observadores destacan que en el ¨²ltimo a?o y medio, much¨ªsimos refugiados optan por la riesgosa ruta centroamericana, decididos a llegar a toda costa a los Estados Unidos.
Seg¨²n las cuentas del Ministerio de Seguridad P¨²blica de Panam¨¢, tan solo este a?o han arrastrado los peligros del Dari¨¦n m¨¢s de 134.000 venezolanos. Sumados a los 133.726 de 2021, hablamos ya de m¨¢s de un cuarto de mill¨®n. En lo que va de a?o, 26 venezolanos, algunos de ellos ni?os, han hallado la muerte en alg¨²n punto de los 270 kil¨®metros del trayecto selv¨¢tico.
No buscaban oro ni transportaban coca¨ªna ni traficaban con especies animales ex¨®ticas. Tan solo quer¨ªan una vida mejor en un lugar razonablemente predecible. Buscaban, con un arrojo y denuedo que desconcierta a los fariseos, ¡°echar ra¨ªces, la necesidad m¨¢s importante e ignorada del alma humana. Y una de las m¨¢s dif¨ªciles de definir¡±, seg¨²n l¨²cidamente escribi¨® Simone Weil, la fil¨®sofa-m¨ªstica francesa.
Para Cabello, sin embargo, la traves¨ªa del Dari¨¦n que acometen diariamente centenares de venezolanos es una fabricaci¨®n propagand¨ªstica de la oposici¨®n. ¡°Es un cuento¡±, dice, sonriendo a c¨¢mara. ¡°Transmiten en vivo desde cualquier lugar del Dari¨¦n: parece que all¨ª el wifi es mejor que en algunas buenas zonas venezolanas¡±.
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