Martha¡¯s Vineyard
El traslado interestatal de emigrantes bajo enga?o, con promesas de albergue y trabajo, ha suscitado m¨¢s que indignaci¨®n en Estados Unidos
Fue all¨ª, en esta isla primorosa cercana al Cabo Cod, donde en 1975 Steven Spielberg rod¨® Tibur¨®n.
Muy cerca de aqu¨ª, el senador Ted Kennedy liquid¨® en 1969 sus posibilidades de llegar a ser alguna vez presidente de los Estados Unidos al huir cobardemente de la escena de un accidente automovil¨ªstico donde pereci¨® ahogada una joven asistente. El auto hab¨ªa ca¨ªdo a un canal, en la alta noche. El senador logr¨® salir del coche y no hizo nada por rescatar a la chica. Dio aviso a las autoridades solo al d¨ªa siguiente; pero primero se ocup¨®, f¨²tilmente, del control de da?os reputacionales. El juez le dict¨® una ¡°sentencia suspendida¡± de solo dos meses.
En 1999, John F. Kennedy Jr., hijo del presidente asesinado, estrell¨® en el mar su avioneta Piper Saratoga a pocas millas de la mansi¨®n de 65 millones de d¨®lares que su madre, Jackie Onassis llamaba ¡°mi peque?o refugio¡±.
Martha¡¯s Vineyard¡ªla Vi?a de Martha, como la bautiz¨®, en honor de su hija, el navegante ingl¨¦s que la fij¨® en el mapa en el siglo XVII¡ªes un exclusivo lugar de recreo veraniego donde el gran escritor gringo William Styron ofreci¨®, en agosto de 1995, una cena a sus amigos Carlos Fuentes, Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez y al por entonces presidente de los Estados Unido, Bill Clinton.
Garc¨ªa M¨¢rquez narr¨® la ocasi¨®n en un sobrio, revelador art¨ªculo suyo publicado por este diario en enero de 1999, que ahora he rele¨ªdo con placer por cortes¨ªa de Google Chrome. Top¨¦ con ¨¦l navegando en la red en busca de comentarios pol¨ªticos sobre la c¨ªnica y desalmada acci¨®n tomada por el gobernador del estado de Florida, Ron Desantis, contra un grupo de migrantes venezolanos que, bajo enga?o, fueron llevados en avi¨®n, el viernes pasado, desde Miami a esta localidad de la Nueva Inglaterra.
La intenci¨®n de Desantis fue, claramente, fabricar un suceso que, frente la grave problem¨¢tica migratoria de la regi¨®n, avivase la campa?a electoral de mitad de per¨ªodo en favor de los republicanos.
Los emigrantes venezolanos han sido utilizados como peones inadvertentes de una infame campa?a que busca provocar reacciones negativas contra los emigrantes latinoamericanos, todos en comunidades mayoritariamente dem¨®cratas.
Desantis reivindic¨® la acci¨®n como parte de un programa de reubicaci¨®n de ¡°emigrantes ilegales¡± para cuya ejecuci¨®n cuenta ya con un presupuesto de 12 millones de d¨®lares, dinero de los contribuyentes.
El vuelo fue, sin duda alguna, sugerido por una de las peroratas xen¨®fobas de Tucker Carlson, el energ¨²meno racista de Fox News, favorito de la televisi¨®n oficial rusa. El 26 de julio pasado, este trumpista-putinista propuso desde su programa en televisi¨®n enviar grandes cantidades de emigrantes precisamente a Martha¡¯s Vineyard, localidad favorecida por adineradas celebridades dem¨®cratas. Carlson ha ironizado sobre el fraude elogi¨¢ndolo como una contribuci¨®n a la diversidad cultural de la isla.
Desantis le ha hecho eco y se ha acreditado desvergonzadamente la autor¨ªa del fraude, declarando adem¨¢s que las personalidades dem¨®cratas locales son hip¨®critas, que su tolerancia es fingida y que ¡°enloquecen de rabia ¨Cthey go berserk¡ªsi pones a esta gente en la puerta de su casa¡±.
En el caso de la cincuentena de venezolanos v¨ªctimas del enga?o, ninguno de ellos se encuentra en situaci¨®n de ilegalidad, puesto que, cumplidamente, solicitaron asilo ante las autoridades de inmigraci¨®n no bien llegaron a territorio estadounidense.
Si he entendido bien los despachos de prensa, estos inmigrantes se benefician de una provisi¨®n legal que impide deportarlos a Venezuela desde que no existen relaciones diplom¨¢ticas entre mi pa¨ªs y los Estados Unidos.
El traslado interestatal de emigrantes bajo enga?o, con promesas de albergue y trabajo, no solamente ha suscitado indignaci¨®n, sino el intenso activismo legal de organizaciones de ayuda al inmigrante. Desantis no solo ha actuado con malevolencia: podr¨ªa ser acusado penalmente, entre varios delitos, de tr¨¢fico de personas y de obstaculizar dolosamente las gestiones de los solicitantes de asilo.
Los lugare?os, contra lo esperado por Desantis, se han portado mucho m¨¢s que samaritanamente y los nuestros, llenos de gratitud, no han desperdiciado el sentido del humor criollo a costa del gobernador.
Tristemente, muchos venezolanos residentes en los Estados Unidos que no han tenido que arrostrar los horrores del Dari¨¦n, han hecho suyas, y coreado en las redes sociales, las ¡°razones¡± del gobernador Desantis.
Como si fuesen ¡°rednecks¡± trumpistas de naci¨®n e ignorasen de qu¨¦ tragedias escapan con riesgo de sus vidas los miles de nicarag¨¹enses, cubanos y venezolanos que llegan a los Estados Unidos con solo lo puesto y el coraz¨®n lleno de sue?os.
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