La guerra de las elecciones en Brasil replantea el derecho a la libertad de expresi¨®n
La efervescencia de las redes sociales, en las que se mezclan ¡®fake news¡¯ y verdades o verdades a medias, suponen un problema en la defensa de la libre manifestaci¨®n de ideas
Los ¨²ltimos diez d¨ªas antes de las elecciones brasile?as se est¨¢n convirtiendo en una verdadera guerra. Primero porque contra todo lo que revelaban los sondeos que daban a Lula un margen hasta de 14 puntos sobre Bolsonaro y ya casi vencedor indiscutible, de repente esa distancia se ha reducido a cuatro puntos lo que, t¨¦cnicamente, supone un empate.
Las redes sociales, que fueron las que eligieron al presidente en 2018 cargadas de fake news, han vuelto a convertirse en el instrumento m¨¢s eficaz tambi¨¦n en esta reelecci¨®n usadas por ambos rivales, lo que trae de cabeza a la justicia. Cada d¨ªa surge una pol¨¦mica debido a las ¨®rdenes de eliminar de las redes ciertas noticias y comentarios por parte del Supremo Tribunal Electoral.
Ello ha llevado a que se cree una fuerte pol¨¦mica sobre las lindes de la sacralidad de la libertad de expresi¨®n, fundamento de toda democracia, y el delito de la mentira. Es un tema no solo brasile?o sino que alcanza mundialmente a las normas hasta ahora incuestionables sobre la libertad de palabra.
Dos casos brasile?os de estos d¨ªas han encendido los comentarios de los especialistas sobre el tema. Uno relacionado con Lula que calific¨® a Bolsonaro de ¡°genocida¡± por su desastroso desempe?o durante la pandemia de la covid, que cost¨® unas 700.000 v¨ªctimas mortales de las que se acusa al presidente por su conducta laxa que atras¨® la llegada de vacunas, y el uso de medicinas rechazadas mundialmente, y hasta se burl¨® de los que ten¨ªan miedo de salir a trabajar calific¨¢ndolos de maricones.
El Tribunal Electoral mand¨® eliminar de las redes la expresi¨®n ¡°genocida¡± que estaba ya en boca de media poblaci¨®n. ?Justo o injusto? Y el ¨²ltimo caso de d¨ªas atr¨¢s, el m¨¢s escabroso y complejo, ha sido el v¨ªdeo que levant¨® un polvor¨ªn en el que Bolsonaro cuenta un encuentro en la calle, a 100 kil¨®metros de Brasilia, en un barrio pobre, con un peque?o grupo de venezolanas en el que insin¨²a que ¡°se cre¨® un ambiente de ligue¡± entre ¨¦l y ellas y a las que acab¨® considerando de prostitutas algo que ha sido totalmente desmentido. Bastaron segundos para que el presidente de extrema derecha, gran defensor de la familia tradicional, fuera calificado en las redes sociales como ¡°ped¨®filo¡±.
¡°Par¨¦ la moto en una esquina, me quit¨¦ el casco, mir¨¦ a unas chicas bonitas de 14 a 15 a?os, arregladas, un s¨¢bado en una comunidad. ?Puedo entrar en tu casa? Entr¨¦. Hab¨ªa de 15 a 20 chicas, todas venezolanas. Estaban arreglad¨ªsimas para ganarse la vida. Pintou um clima [una expresi¨®n dif¨ªcil de traducir que viene a ser que ¡°hab¨ªa ambiente de ligue¡±] con aquellas ni?itas bonitas, de 14, 15 a?os, arregladas¡±.
Faltaron segundos para que las redes sociales hirvieran en comentarios tachando al presidente de ¡°asqueroso¡±, ¡°ped¨®filo¡±, ¡°depravado¡± y ¡°criminal¡±. Hasta Lula entr¨® en la pol¨¦mica al afirmar que Bolsonaro hab¨ªa usado un lenguaje de ped¨®filo.
Los magistrados de la Corte Electoral decidieron eliminar el hecho en todas las redes sociales y varios diarios tradicionales plantearon la duda de si dicha decisi¨®n no her¨ªa el derecho a la libertad de expresi¨®n, ya que el hecho pol¨¦mico no era falso. Lo cont¨® el mismo Bolsonaro que fue enseguida acusado de no haberse preocupado en indagar si aquel grupo de muchachas venezolanas eran realmente prostitutas o, como se ha llegado a saber, se trataba, al rev¨¦s, de una asociaci¨®n que les ofrec¨ªa refugio y protecci¨®n.
Sin duda, la efervescencia de las redes sociales con motivo de las elecciones brasile?as, en las que se mezclan fake news y verdades o verdades a medias o comentarios ¨¢cidos de dichas noticias, han replanteado el problema de la defensa de la libertad de expresi¨®n que debe estar solo reglamentada por los tribunales de justicia. Se trata de un tema clave en el mundo de la informaci¨®n que se debate entre la denuncia de los cr¨ªmenes del poder y la difusi¨®n de acusaciones graves que se revelan falsas.
En el caso emblem¨¢tico de las acusaciones a Bolsonaro de abuso de menores lo que m¨¢s ha extra?ado y preocupado es que asust¨® al Gobierno, mismo que se gast¨® un dineral en un anuncio en Google en el que se afirma: ¡°Bolsonaro no es ped¨®filo¡±. Y el resultado ha sido positivo porque un sondeo de Datafolha dos d¨ªas despu¨¦s de la pol¨¦mica le ha dado al presidente un aumento de dos millones de votos, lo que ha encendido m¨¢s si cabe la guerra ya en llamas de las elecciones
?Rinde, entonces, la mentira en el debate electoral? ?D¨®nde colocar las lindes entre insulto gratuito y libertad de expresi¨®n?
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