En Brasil las elecciones las ganar¨¢ Lula, no la izquierda ni el PT
En las presidenciales de 2018, el resultado fue m¨¢s un ¡®no¡¯ al Partido de los Trabajadores que un ¡®s¨ª' a Bolsonaro
Lo m¨¢s seguro es que el domingo las elecciones brasile?as las gane, por tercera vez, el exsindicalista y carism¨¢tico, Lula da Silva y no el derechista y exmilitar, Jair Bolsonaro. Ya s¨¦ que en el exterior, y sobre todo desde el resto de Am¨¦rica Latina, dichas elecciones se ven m¨¢s bien como la lucha entre la extrema derecha neofascista y la izquierda simbolizada en el partido de los trabajadores, el PT. Es una verdad a medias, ya que si hubiese sido una pugna entre derecha e izquierda seguramente la extrema derecha bolsonarista se hubiera reelegido ya que la diferencia de votos va a ser muy peque?a.
Para entender por qu¨¦ seguramente ganar¨¢ Lula, y no el PT, hay que recordar que el capit¨¢n expulsado del Ej¨¦rcito acusado de terrorismo se eligi¨® en 2018 solo para castigar al PT, acusado de graves acusaciones de corrupci¨®n pol¨ªtica. M¨¢s que un s¨ª a Bolsonaro fue un no al PT.
Lula lo entendi¨® enseguida cuando, excarcelado y apto para volver a disputar las elecciones luego de que el Supremo anulara todos sus procesos por corrupci¨®n, se present¨® esta vez no como el l¨ªder del PT sino de una coalici¨®n que abraza desde el centro a la derecha democr¨¢tica. Por ello, m¨¢s que una victoria de la izquierda, la del domingo ser¨¢ un triunfo de Lula y del recuerdo de sus gobiernos pasados.
Lo ha expresado muy bien hoy el columnista del diario O Globo, Carlos Andreazza, en su art¨ªculo Lula contra el antipetismo en el que escribe que lo del domingo lo que se juega Brasil es ¡°la fuerza personal¨ªsima de Lula contra el antipetismo¡±. Puede parecer una paradoja, pero encierra una gran verdad. Seg¨²n el analista pol¨ªtico, ello acontece porque no se trata en estas elecciones de una simple reelecci¨®n de la extrema derecha. Es algo m¨¢s y distinto. No estamos ante la elecci¨®n de un partido de izquierdas contra uno de derechas, sino de una situaci¨®n de horror que no solo ha quebrado econ¨®micamente al pa¨ªs sino que lo ha dividido en un clima de guerra civil, de lucha interna entre las familias, de violencias y venganzas.
Como afirma Andrezza, estas elecciones no son las de un rechazo sino las del desprecio y del horror mientras sigue vivo el antipetismo. Lo que ocurre es que, guste o no, los gobiernos de Lula fueron previsibles ¡°ofrecieron estabilidad contra un periodo; el de Bolsonaro [fue un Gobierno] en el que el propio presidente fue y es generador de disturbios¡±.
S¨ª, la gran paradoja es que la agudeza pol¨ªtica de Lula entendi¨® enseguida que Bolsonaro y los horrores del infierno que cre¨® fueron un fruto amargo de los pecados de su partido, el PT que fue perdiendo por el camino su fuerza vital para contaminarse con la vieja pol¨ªtica del pasado. Lo confirm¨® Lula en una conversaci¨®n con Felipe Gonz¨¢lez a quien le confi¨® que el PT estaba necesitando de una refundaci¨®n ya que se estaba contagiando con los defectos y pecados de la vieja pol¨ªtica que busca solo ventajas personales.
Y si Lula hoy gana las elecciones es cierto que ser¨¢ m¨¢s bien una victoria personal y el resultado de su perspicacia de haberse presentado al pleito con un equipo en el que su partido, el PT ser¨¢ solo uno m¨¢s. Y ello lo compromete doblemente ya que no podr¨¢ olvidarlo a la hora de formar su Gobierno- Ser¨¢, sin duda, importante el ministro de Econom¨ªa. El Ejecutivo tendr¨¢ un programa m¨¢s de centro que de izquierda y con una in¨¦dita presencia femenina. Las mujeres ser¨¢n, con su voto, un elemento fundamental en estas elecciones.
Lula sabe que lo que Brasil espera de ¨¦l: que sea capaz de disipar ese ambiente irrespirable, de odio, de desesperanza, de miedos y violencias, de enfrentamientos hasta dentro de las familias, de desaliento juvenil, de miedo a que el pa¨ªs caiga en el ostracismo internacional, o como dir¨ªan ellos ¡°que Dios se haya cansado de ser brasile?o¡±.
Que el futuro inmediato del pa¨ªs y de una renovada esperanza de d¨ªas mejores est¨¢ hoy en manos de Lula lo revela el hecho que toda la publicidad de la campa?a est¨¢ puesta en el s¨ªmbolo de su persona, una L may¨²scula y no en el del PT. Se explica as¨ª el miedo a que al l¨ªder de las encuestas le pueda ocurrir algo en estos d¨ªas dado el clima de violencia en acto. Y de ah¨ª la responsabilidad personal de Lula si gana las elecciones ya que el pa¨ªs est¨¢ esperando de ¨¦l m¨¢s que un cambio pol¨ªtico, un cambio de los corazones y la resurrecci¨®n de la alegr¨ªa perdida de sus gentes.
La verdadera esperanza es que el tenebroso Gobierno bolsonarista amasado de armas y odios, el del lenguaje machista, de la ausencia de sentimientos frente al dolor y la miseria, abra paso no solo a un espejismo sino a un futuro con el que siempre so?¨® y que solo ser¨¢ posible si ser¨¢ capaz de convertir estos a?os infernales del bolsonarismo en la imagen del Quijote de ¡°una mala noche pasada en una mala posada¡±.
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