S¨ª va de hombres y de mujeres
La ultraderecha y la derecha utilizan cualquier situaci¨®n para cuestionar la violencia de g¨¦nero y la responsabilidad de los varones, en lugar de proponer avanzar en esta y en el resto de las violencias
La violencia no tiene g¨¦nero, pero el g¨¦nero si tiene violencia. Tanto hombres como mujeres pueden utilizar la violencia si as¨ª lo deciden, pero las circunstancias en las que se usa s¨ª vienen definidas en gran medida por lo que los hombres deciden en diferentes contextos y situaciones. Por ello, no es casualidad que el 95% de todos los homicidios que se cometen en el planeta sean realizados por hombres (ONU 2013) y que hayan desarrollado ...
La violencia no tiene g¨¦nero, pero el g¨¦nero si tiene violencia. Tanto hombres como mujeres pueden utilizar la violencia si as¨ª lo deciden, pero las circunstancias en las que se usa s¨ª vienen definidas en gran medida por lo que los hombres deciden en diferentes contextos y situaciones. Por ello, no es casualidad que el 95% de todos los homicidios que se cometen en el planeta sean realizados por hombres (ONU 2013) y que hayan desarrollado una violencia espec¨ªfica para mantener el orden y la desigualdad creada sobre las mujeres, como es la violencia de g¨¦nero. Una violencia tan normalizada que hace que las mujeres que la sufren lleguen a decir lo de ¡°mi marido me pega lo normal¡±.
A principios de los a?os noventa, definimos la violencia de g¨¦nero como una violencia distinta al resto de las violencias interpersonales, y entre sus caracter¨ªsticas diferenciales destacamos que se trata de una ¡°violencia extendida¡± que el agresor dirige a personas cercanas a la mujer. Y entre esas personas cercanas, quienes m¨¢s la sufren son los hijos e hijas que conviven en el mismo hogar. Por lo tanto, la violencia s¨ª va de hombres y de mujeres, y sus consecuencias tambi¨¦n.
El an¨¢lisis de los 10 ¨²ltimos informes del Observatorio del CGPJ sobre las sentencias emitidas por homicidios dentro de la violencia de g¨¦nero y la violencia dom¨¦stica, que incluyen desde 2011 a 2020 (¨²ltimo informe publicado), refleja muy bien las diferencias y el significado de la violencia ejercida por hombres y mujeres sobre sus hijos e hijas.
En las sentencias de los informes de estos 10 ¨²ltimos a?os aparecen 41 ni?os y ni?as asesinados por 38 personas (no se incluyen los casos en los que el agresor se suicida, puesto que no hay juicio ni sentencia). De esas personas, el 68,4% fueron los padres o padrastros, el 26,3% las madres y en el 5,3% actuaron juntos padre y madre.
Adem¨¢s de la importante diferencia cuantitativa en el protagonismo de los hombres en el asesinato de los hijos e hijas, los elementos cualitativos tambi¨¦n son definitivos, tanto desde el punto de vista de la relaci¨®n como de la situaci¨®n psicol¨®gica de quien lleva a cabo el homicidio. En cuanto a la relaci¨®n, los hombres asesinan a sus hijos e hijas en un contexto de violencia contra su mujer o exmujer, circunstancia que no se produce cuando es la madre quien comete el homicidio. Y en lo que respecta a la situaci¨®n psicol¨®gica de la persona responsable, se observan datos significativos en el caso de las mujeres. Concretamente, en uno de los homicidios recogido en el informe de 2015 la mujer fue absuelta por padecer una enajenaci¨®n mental, y en otro caso incluido en el informe de 2014 la pena fue atenuada al padecer una discapacidad ps¨ªquica del 67% por retraso mental. Pero, adem¨¢s de estos dos casos, otros cuatro homicidios se produjeron justo tras dar a luz solas sin que nadie las pudiera asistir, por lo que se valoraron como homicidios imprudentes debido a las circunstancias f¨ªsicas y emocionales de las mujeres en esas circunstancias.
El estudio de los casos confirma las diferencias que definen la violencia de g¨¦nero, y c¨®mo las circunstancias y la situaci¨®n de los hombres cuando llevan a cabo estos asesinatos es muy diferente a la de las mujeres, que no lo hacen como parte de una violencia previa contra los hombres, y que en el 70% de los casos analizados act¨²an bajo circunstancias y factores que influyen en su situaci¨®n psicol¨®gica.
Si queremos ser eficaces en la prevenci¨®n de los homicidios que cometen los padres tenemos que trabajar la violencia de g¨¦nero en la que se producen. Y si queremos ser eficaces en los homicidios que cometen las madres tenemos que trabajar en los factores que originan las alteraciones ps¨ªquicas, en la prevenci¨®n de embarazos no deseados y en la asistencia a estos embarazos cuando se han producido, porque los homicidios que sufren los hijos e hijas s¨ª van de hombres y mujeres.
Lo terrible de todo esto es comprobar, una vez m¨¢s, c¨®mo la ultraderecha y la derecha utilizan cualquier situaci¨®n para cuestionar la violencia de g¨¦nero y la responsabilidad de los hombres en todo este tipo de conductas, en lugar de proponer avanzar en esta y en el resto de las violencias. Confundirlas y negarlas s¨®lo conduce al fracaso y a m¨¢s da?o.
La situaci¨®n es tan miserable que estremece escuchar a un padre al que acaban de matar a su hija expresar entre su dolor una frase impuesta y decir ¡°esto no va de hombres ni de mujeres¡±, cuando quienes han creado esa idea son los que tienen la responsabilidad de reconocer las diferentes violencias, el distinto papel de hombres y mujeres en ellas, y poner medidas espec¨ªficas para erradicarlas.