El desbarajuste madrile?o
Ahora los ciudadanos van al centro de urgencias y se topan con un cartelito que dice ¡°Aqu¨ª no hay m¨¦dico¡± o con un celador n¨¢ufrago que busca la llave para abrir el armarito del Betadine
Gracias a unas buenas cr¨®nicas period¨ªsticas hemos conocido el lamentable estado de algunos centros de urgencias extrahospitalarias en Madrid. Una transformaci¨®n ni bien planificada ni adecuada a las necesidades ciudadanas tiene la culpa del desbarajuste. Entre las grandes virtudes del Gobierno de Isabel D¨ªaz Ayuso destaca la de haber convertido cualquier cr¨ªtica a su gesti¨®n en un rasgo de bolchevismo revolucionario. Pero acusar de esto al gremio m¨¦dico, que es por oficio conservador, roza el dislate. Una doctora fue agredida en su centro por un usuario que achac¨® la larga espera y la ineficacia del servicio a la pereza de los m¨¦dicos, con lo que qued¨® claro que el discurso funciona. No contenta con su ¨¦xito, la presidenta madrile?a puso a sus chacales a buscar informaciones contra la doctora agredida que sirvieran para desacreditarla y silenciar sus cr¨ªticas. Si se hubieran topado con que en el pasado la doctora agredida hab¨ªa, por ejemplo, conducido borracha o incluso que tuviera un hermano que se hubiera lucrado con el tr¨¢fico de mascarillas sanitarias en plena crisis de abastecimiento, la lapidaci¨®n habr¨ªa sido brutal. Pero para desacreditarla solo dieron con el dato de que, a?os atr¨¢s, la mujer hab¨ªa sido candidata por Ciudadanos en su municipio.
A nadie se le escapa que no solo los simpatizantes de Ciudadanos, sino que incluso muchos de sus representantes votaron por Ayuso en las ¨²ltimas elecciones regionales, en lo que fue un trasvase que dej¨® seco al partido naranja. Sus l¨ªderes, como decidieron tambi¨¦n en Andaluc¨ªa, se entregaron a una campa?a absurda que suplicaba por retomar el pacto de gobierno al partido que los hab¨ªa expulsado, humillado y desarmado. La estrategia fue tal desastre que es posible que el lugar de Ciudadanos en la pol¨ªtica espa?ola se haya difuminado para siempre. La doctora denigrada y agredida confes¨® que se arrepent¨ªa de haber votado por Ayuso, una manera sincera de identificarse con tantos votantes que fueron seducidos por la habilidad de Ayuso para plantear las batallas electorales como elecciones simples. La presidenta, que estudi¨® Periodismo, conoce las estrategias para atraerse la simpat¨ªa de los queridos ni?os, un electorado cada vez m¨¢s ani?ado y visceral, que reacciona a los est¨ªmulos dial¨¦cticos con mucho m¨¢s entusiasmo que a las discretas virtudes de la buena gesti¨®n.
En una Administraci¨®n basada en la frase altisonante y el banderillazo visceral, la presidenta madrile?a se ha quedado sin rivales. Ella se jug¨® el pescuezo apostando por relajar las medidas preventivas en plena pandemia y por apelar a las libertades superficiales como la disposici¨®n de mesa en terraza y el ¡®a m¨ª qu¨¦ me cuentas¡¯, dicho por los sanos a los enfermos. La jugada le sali¨® bien y se llev¨® la banca. El problema es que ahora los ciudadanos van al centro de urgencias y se topan con un cartelito que dice ¡°Aqu¨ª no hay m¨¦dico¡± o con un celador n¨¢ufrago que busca la llave para abrir el armarito del Betadine. No todo votante se va a poner malo de aqu¨ª a mayo ni a todo el mundo se le va a abrir la ceja su hijo en los columpios antes de las elecciones locales. Al que le pase, por lo que parece, solo le queda callarse y bajar la cabeza ante la seducci¨®n pop. Pero el diccionario define la palabra desbarajuste como la falta de orden y direcci¨®n en un conjunto de personas. Y los m¨¦dicos, por ahora, tambi¨¦n son personas, no lo olviden.
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