Ni contigo ni sin ti
El problema para Yolanda D¨ªaz es que no puede prescindir del partido de Iglesias y sus recursos organizativos, pero si se pliega a lo que este le exige quedar¨ªa difuminado y sin fuelle
Mientras vamos evaluando lo que da de s¨ª el salto de Pedro S¨¢nchez hacia la eliminaci¨®n del delito de sedici¨®n y los costes electorales que esto le puede suponer, no est¨¢ de m¨¢s acercarnos al otro frente que tiene abierto el PSOE, la reorganizaci¨®n de su espacio a la izquierda. Todos sabemos que un derrumbe de este debilitar¨ªa las posibilidades de rehacer la precaria mayor¨ªa que ahora mismo ostenta. Y aqu¨ª las noticias no son buenas. El precedente de las elecciones andaluzas, los mensajes de Pablo Iglesias y las conclusiones de la ¡°uni de oto?o¡± (sic) de Unidas Podemos (UP) hacen presagiar importantes turbulencias en el camino de Yolanda D¨ªaz hacia el dise?o de un s¨®lido proyecto para Sumar.
El problema para la ministra de Trabajo es que no puede prescindir del partido de Iglesias y sus recursos organizativos, pero si se pliega a lo que este le exige quedar¨ªa difuminado y sin fuelle. Su gran atractivo se monta precisamente sobre la idea del encuentro y la sinton¨ªa entre una pluralidad de fuerzas de izquierdas que se organizan en torno al liderazgo de aquella. Es algo m¨¢s ¨Dy cualitativamente distinto¨D que un cambio de liderazgo formal en el partido morado. Ahora bien, esto del ni-contigo-ni-sin-ti vale tambi¨¦n para UP, que no sale de un perfil romo en las encuestas y donde parece haberse agotado la capacidad para la innovaci¨®n. La frescura con la que surgi¨® Podemos ha devenido en un permanente d¨¦j¨¤ vu, y no puede sacudirse la contradicci¨®n entre ser un partido m¨¢s, con su programa, organizaci¨®n e ideolog¨ªa definida, y recurrir a la vez a la escenificaci¨®n de eso que ahora se llama ¡°populismo performativo¡±. Es una tautolog¨ªa, desde luego, pero apunta bien al fondo de quienes lo practican: la obsesi¨®n por captar la atenci¨®n recurriendo a titulares impactantes de lucha cultural m¨¢s que concentrarse sobre la gesti¨®n de su propio programa de reformas.
El dilema para ambos es que deben ir unidos, aunque lo que les pida el cuerpo sea la ruptura. Que parezca que lo est¨¢n, al menos. Ya sabemos de sobra que no hay mayor disolvente electoral para un partido, coalici¨®n o como quiera llamarse, que dar la impresi¨®n de disgregaci¨®n interna. La penalizaci¨®n es inmediata. Por lo visto y escuchado en los discursos de la ya mencionada uni, creo sin embargo que UP no va a ceder en el mantenimiento del control tanto discursivo como de dise?o de listas del nuevo artefacto electoral. Hay precedentes de sobra en esta formaci¨®n de expulsar a los d¨ªscolos. Solo se ¡°suma¡±, ser¨ªa la m¨¢xima, a quienes se adapten a su formato. O sea, justo lo contrario de lo que pretende Yolanda D¨ªaz. Puestos a elegir entre ¡°descafeinar¡± a UP y conseguir un mayor ¨¦xito en las elecciones o mantener la actual situaci¨®n de control del partido, apuesto a que prefieren esto ¨²ltimo. Ello no excluye que Iglesias est¨¦ dispuesto a reorganizar su formaci¨®n, solo que no en la l¨ªnea impulsada por Sumar. En todo caso, para ello necesita que D¨ªaz se pliegue o tire la toalla.
La inc¨®gnita est¨¢, por tanto, en ver hasta d¨®nde llegar¨¢ su aguante. Hoy por hoy Yolanda D¨ªaz no puede apearse de un proyecto que est¨¢ en marcha y que ha conseguido movilizar a fuerzas que hasta ahora estaban dispersas en el ejercicio de su compromiso pol¨ªtico, como atestigua la creaci¨®n de sus diferentes grupos de trabajo. Y, ojo, queda tambi¨¦n por dilucidar otra contingencia, la propia actitud que vaya a tener el PSOE cuando se acerquen las elecciones. No olvidemos que es competidor y potencial aliado a la vez. Lo dicho, ni contigo ni sin ti.
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