Nueva etapa en Estados Unidos

Las elecciones de medio mandato de Estados Unidos han dejado un Congreso en Washington dividido que plantear¨¢ dificultades al presidente Joe Biden ¨Das¨ª lo han querido los votantes¨D pero que queda muy lejos de suponer la amenaza a las instituciones que se cern¨ªa sobre el pa¨ªs. 10 d¨ªas despu¨¦s de las elecciones, los dem¨®cratas han logrado retener la mayor¨ªa en el Senado, e incluso tienen la posibilidad de ganar uno m¨¢s en diciembre. En la C¨¢mara de Representantes, las proyecciones indican que los republicanos tendr¨¢n una mayor¨ªa raqu¨ªtica, de entre uno y tres esca?os. De las 36 gobernaturas en juego, los dem¨®cratas han dado la vuelta a tres y los republicanos a una. No ha ganado ninguno de los candidatos negacionistas de la democracia que aspiraban a puestos relacionados con el procedimiento de votaci¨®n en Estados clave. El Partido Republicano ha firmado el peor resultado para la oposici¨®n en dos d¨¦cadas.

El logro de la mayor¨ªa en la C¨¢mara Baja es una victoria amarga. En esa bancada van a coincidir desde republicanos tradicionales hasta personajes del universo trumpista. El aspirante para suceder a Nancy Pelosi en la presidencia, Kevin McCarthy, no se puede permitir ninguna deserci¨®n en un grupo en el que va a ser extremadamente dif¨ªcil lograr el consenso para otra cosa que no sea bloquear la acci¨®n de la Casa Blanca. Es de esperar que vuelvan las t¨¢cticas obstruccionistas como la negativa a elevar el techo de deuda. En este sentido, el control del Senado por parte dem¨®crata es capital, pues permitir¨¢ realizar nombramientos, facilitar¨¢ la tramitaci¨®n del presupuesto y frenar¨¢ en seco las ambiciones de impeachment del radicalismo trumpista.

La tranquilidad con la que Biden encaj¨® los resultados en la noche electoral contrasta con el nerviosismo desatado en el lado republicano. Donald Trump anunci¨® el martes su candidatura para presidente en 2024 en un movimiento que se salta todos los plazos y abre un periodo de incertidumbre con un doble objetivo. Primero, intimidar a otros republicanos que ya hablan de pasar p¨¢gina de una deriva iliberal, y desde 2020 antidemocr¨¢tica, que los votantes han castigado tres veces. Y segundo, poder presentarse como una v¨ªctima pol¨ªtica en el caso de que alguna de las investigaciones contra ¨¦l se traduzca en una imputaci¨®n formal. El control que Trump mantiene sobre m¨¢s de un tercio de las bases republicanas hace que no se le pueda dar por acabado. Pero el mensaje de los votantes es inequ¨ªvoco, y en el Partido Republicano se ha o¨ªdo alto y claro.