Autocracia en crisis
Las dificultades que atraviesan los dictadores de Rusia, Ir¨¢n y China son un respiro para las democracias liberales, a sumar al reflujo del trumpismo en Estados Unidos y a la derrota de Jair Bolsonaro en Brasil
Ahora es la autocracia la que cotiza a la baja. Tres de sus m¨¢s conspicuos y veteranos representantes, el ruso Vlad¨ªmir Putin, el iran¨ª Ali Jamenei y el chino Xi Jinping pasan por el peor momento de sus ya prolongadas permanencias en el poder. El l¨ªder supremo de la revoluci¨®n isl¨¢mica tiene 83 a?os y lleva ya 33 al mando. El presidente de la Federaci¨®n Rusa, de 70, lleva 22. El secretario general del Partido Comunista de China, de 69, solo lleva diez, pero en el ¨²ltimo congreso de su partido ya dej¨® todo atado y bien atado, al igual que sus predecesores, para permanecer en la c¨²spide mientras el cuerpo aguante. Las dificultades que atraviesan esos tres dictadores son un respiro para las democracias liberales, a sumar al reflujo del trumpismo en Estados Unidos y a la derrota de Jair Bolsonaro en Brasil. El bache autocr¨¢tico no se debe solo a los errores de los dictadores, flagrantes en el caso de Putin con su guerra de agresi¨®n y de Xi Jinping con su pol¨ªtica de covid cero. La teocracia no puede equivocarse. Es la m¨¢s perfecta de las autocracias. El error de Jamenei, que contiene todos los errores de sus compa?eros de fatigas, es la autocracia misma. Cada uno trata a su manera, a cual m¨¢s brutal, a los manifestantes que salen a las calles contra la guerra, los confinamientos y el velo isl¨¢mico y que en todos los casos terminan clamando por su derrocamiento e incluso su desaparici¨®n. Para desenmascararles, basta el s¨ªmbolo de una bandera azul y amarilla, un folio en blanco o una cabeza femenina descubierta. Donde m¨¢s se sufre su tiran¨ªa es en Ir¨¢n, sobre todo los j¨®venes y las mujeres. En el mejor de los casos les espera la c¨¢rcel y la tortura, si antes no son abatidos por la polic¨ªa en los tumultos, e incluso condenados a la horca, como ya ha sucedido al menos en seis casos. El balance represivo de los dos meses y medio de protestas, a veces ante el mero gesto de desembarazarse del velo, es de unas 14.000 personas encarceladas y 400 fallecidas, de los cuales medio centenar son menores de edad. No se queda corta Rusia, donde legalmente no hay pena de muerte, pues supera a Ir¨¢n en detenidos y encarcelados tras una farsa de juicio desde que empez¨® la guerra. Contando el reclutamiento forzoso en las c¨¢rceles y directamente en las comisar¨ªas, f¨¢cilmente el n¨²mero de activistas contra la guerra que han perdido la vida en el frente en Ucrania puede superar al de los muertos en la represi¨®n iran¨ª. China es un caso aparte. Xi Jinping est¨¢ fracasando en su exhibici¨®n de la superioridad del sistema autoritario en la gesti¨®n econ¨®mica y sanitaria. En contraste con Putin y Jamenei, pretende salvar la cara con una represi¨®n eficaz y discreta, auxiliado por el uso abrumador e invasivo de las tecnolog¨ªas digitales, pero no est¨¢ claro que lo consiga ni termine con la fuerza de las ideas de libertad y democracia entre la poblaci¨®n china sin escandalizar al mundo. De la efectividad y limpieza de su represi¨®n depender¨¢ que la autocracia mantenga sus pretensiones de superioridad sobre la democracia en crisis.
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