Alberto Casero, la verdad del obrero

Hay palabras que llevan un infierno dentro. Escarnio, por ejemplo. Seg¨²n el diccionario de la RAE, el escarnio es ¡°la burla tenaz que se hace con el prop¨®sito de afrentar¡±. Y afrentar, ya puestos, es ¡°causar afrenta a alguien, ofenderlo, humillarlo, denostarlo¡±. Alberto Casero, por seguir con un ejemplo, no es el diputado m¨¢s h¨¢bil del Congreso, ni seguramente el m¨¢s honorable ¡ªarrastra desde hace a?os una denuncia por prevaricaci¨®n y malversaci¨®n de sus tiempos como alcalde de Trujillo¡ª, pero s¨ª uno de los que m¨¢s burlas ha recibido en las redes sociales a ra¨ªz de su fallo en una votaci¨®n crucial, la de la reforma laboral. Fue a principios de febrero. El PP hab¨ªa ordenado a sus diputados votar no, pero Casero se hizo un l¨ªo y vot¨® s¨ª, lo que permiti¨® al PSOE sacar adelante su proyecto. Aquella tarde, el personal se desternillaba en Twitter con los memes, chascarrillos y canciones a cuenta del diputado ¡ªel programa El Intermedio lleg¨® a hacer una versi¨®n de La Internacional con el estribillo ¡°Alberto Casero, amigo del obrero¡±¡ª.

La portavoz parlamentaria del PP, Cuca Gamarra, convoc¨® entonces una rueda de prensa de urgencia y sali¨® hecha una furia, pero no con la intenci¨®n de defender a su diputado ¡ªerrar es de humanos, un fallo lo tiene cualquiera¡­¡ª, sino para tratar de convertir aquel tropiezo en una conspiraci¨®n ¡ªotra¡ª contra el PP y contra Espa?a. En Twitter, ese almac¨¦n infinito de objetos perdidos, se pueden encontrar todav¨ªa sus tuits y hasta los v¨ªdeos de aquella comparecencia en la que Gamarra trat¨® sin demasiado ¨¦xito de atribuir a un oscuro concili¨¢bulo ¡ªotro m¨¢s¡ª el despiste o la torpeza del diputado Casero. ¡°Se ha vulnerado su derecho constitucional a emitir el voto¡±, clam¨® la diputada, visiblemente nerviosa, mientras otros altos cargos del PP le hac¨ªan el coro y hablaban incluso de ¡°manipulaci¨®n¡± por parte del PSOE, de ¡°una cacicada y una verg¨¹enza nacional¡±. En aquellas im¨¢genes que ahora parecen tan lejanas, pero que son de este mismo a?o, se ve¨ªa a Gamarra flanqueada por el entonces l¨ªder del PP, Pablo Casado, y su lugarteniente, Teodoro Garc¨ªa Egea.

Ya solo queda Cuca Gamarra. Nada se sabe de Casado, quien desapareci¨® de la direcci¨®n del PP, del Congreso y de la pol¨ªtica despu¨¦s de intentar sin ¨¦xito arrojar luz sobre un feo asunto que salpicaba a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel D¨ªaz Ayuso, y a su hermano, un eficaz vendedor de mascarillas en plena pandemia. Garc¨ªa Egea y Casero siguen en sus esca?os. Se les ve de vez en cuando acudir juntos a la cafeter¨ªa, donde almuerzan temprano, en una mesa discreta. Nada se sabr¨ªa de ellos y de aquel incidente si no fuera porque hace unos d¨ªas, con motivo de la jornada de puertas abiertas en el Congreso, Alberto Casero, tal vez por aburrimiento o qui¨¦n sabe si por motivos m¨¢s altos, baj¨® al hemiciclo a departir con los ciudadanos que andaban por all¨ª. El periodista Josu¨¦ Coello se acerca. La conversaci¨®n, de un minuto y 40 segundos, no tiene desperdicio. Casero relata de buen humor que el 99% de los visitantes le han preguntado: ¡°?C¨®mo es posible que usted se equivocara?¡±, que ¨¦l se lo toma ¡°con filosof¨ªa y con humor porque la gente lo hace con respeto y con cari?o¡±, y a?ade:

¡ªUno se equivoca y tampoco puede tener miedo a lo que le puedan decir los ciudadanos. Est¨¢n en su derecho y son nuestros jefes en definitiva.

El periodista repregunta: ¡°Y de forma natural les dice que usted se equivoc¨®¡­¡±. Y aqu¨ª el diputado Casero se explaya: ¡°Intento explicarles. Les digo que no se vota una sola cosa, sino muchas seguidas y en cualquier momento que te despistas puedes cambiar el sentido del voto¡­ Me lo tomo con humor, despu¨¦s de la que me ha ca¨ªdo¡±.

?Era un mensaje a Cuca Gamarra? ?Lo habr¨¢ recibido? ?Pedir¨¢ disculpas la portavoz popular?

El diputado Alberto Casero ha regresado a Twitter desde el silencio oscuro de los ca¨ªdos en desgracia.