Elevarse por encima de la pol¨ªtica para establecer una gobernanza democr¨¢tica en las redes sociales
Nuestras democracias deben imponer sus principios, y para ello, tienen que decidir cu¨¢les son. El inter¨¦s p¨²blico reside en proteger algo que constituye un bien com¨²n: el espacio de la informaci¨®n y la comunicaci¨®n
Si seguimos as¨ª, acabaremos mal. Caeremos en la trampa de la pol¨ªtica. Nuestro espacio p¨²blico se desintegra. Esto es una nueva jungla, parecida a la que exist¨ªa antes de la Primera Guerra Mundial, cuando no hab¨ªa reglas democr¨¢ticas, cuando la ausencia de regulaci¨®n de los medios de comunicaci¨®n y de ¨¦tica facilitaba la destrucci¨®n de la paz y la armon¨ªa civil. Estamos volviendo a esa tr¨¢gica situaci¨®n. Los ciudadanos, obsesionados por sus conflictos y cegados por sus prejuicios, se pelean en las redes sociales sin ver al enemigo com¨²n: el enorme poder arbitrario y privatizado de las plataformas de internet.
Los jefes de las redes sociales toman decisiones autocr¨¢ticas. El propietario de Twitter, Elon Musk, juguetea con la libertad de expresi¨®n, movido por sus descabelladas ideas, sus intereses empresariales y su ideolog¨ªa. No es el ¨²nico. Si una decisi¨®n tomada arbitrariamente no encaja con ellos, muchos ciudadanos protestan contra ella. Si les conviene, aplauden. Pero lo que deber¨ªa escandalizarnos es la arbitrariedad en s¨ª. Las plataformas digitales organizan nuestro espacio p¨²blico. Han sustituido a los parlamentos, los sistemas judiciales y los organismos reguladores a la hora de decretar y aplicar las normas. Pero, ?no deber¨ªan sus decisiones estar gobernadas por un marco democr¨¢tico?
Nuestras democracias deben imponer sus principios, y para ello, tienen que decidir cu¨¢les son. La Asociaci¨®n Internacional para la Informaci¨®n y la Democracia, a la que ya se han adherido 50 gobiernos democr¨¢ticos por iniciativa de Reporteros sin Fronteras (RSF), ha establecido unos principios generales aceptables para todos los dem¨®cratas. Su organismo de ejecuci¨®n dirigido por la sociedad civil, el Foro sobre Informaci¨®n y Democracia, ha propuesto centenares de recomendaciones legislativas, entre ellas recomendaciones sobre normas de responsabilidad para las cuentas de las redes sociales. Estas propuestas podr¨ªan complementar de manera provechosa la legislaci¨®n que la Uni¨®n Europea ha adoptado o est¨¢ en v¨ªas de adoptar.
La trampa es el dominio del sesgo pol¨ªtico, la polarizaci¨®n, la incapacidad de algunos para saber la diferencia entre el marco democr¨¢tico y el contenido de sus argumentos. Si sentimos apego por la democracia, si creemos que el espacio p¨²blico debe organizarse sobre la base de unos principios com¨²nmente aceptados, del mismo modo que la organizaci¨®n de las elecciones no debe depender de los intereses de un bando o de su ideolog¨ªa, debemos elevarnos por encima del debate pol¨ªtico y trabajar sobre un marco com¨²n para la comunicaci¨®n y la informaci¨®n en un contexto democr¨¢tico.
Dig¨¢moslo claramente: la toma de decisiones arbitraria es igual de amenazadora para la izquierda, la derecha, el centro y para quienes tienen otras inquietudes. La toma de decisiones arbitraria es peligrosa, independientemente de que una cuenta sea de Donald Trump, de un periodista o de un ciudadano. Frente a este poder del sector privado, debemos unirnos al partido de la democracia, que debe abarcar a todos los partidos. Debemos elevarnos por encima de la disputa y la controversia para establecer principios comunes para la disputa y la controversia. Esto significa poner fin a la confusi¨®n entre nuestras convicciones personales y nuestras posiciones en el marco democr¨¢tico, un reto enorme cuando todo el mundo quiere imponer sus puntos de vista antes de ponerse de acuerdo sobre las reglas del debate.
Ser dem¨®crata significa no negar la condici¨®n de dem¨®crata a quienes no piensan lo mismo que nosotros, incluso en cuestiones tan candentes como la inmigraci¨®n, las normas sociales, el libre comercio o el proteccionismo. Ser dem¨®crata significa ser capaz de asumir un ¡°velo de indiferencia¡± que nos permita dise?ar las instituciones y organizar el espacio p¨²blico dejando a un lado qui¨¦nes somos. Ser dem¨®crata significa ser capaz de perfilar un sistema com¨²n dentro del cual podamos luchar con todas nuestras fuerzas por nuestras ideas, o mostrar contenci¨®n, o incluso permanecer callados, como cada uno decida.
No podremos escapar de la trampa de la pol¨ªtica si los pol¨ªticos de todas las tendencias no son capaces de conseguir la unidad nacional (a escala nacional), la unidad europea (a escala supranacional), e incluso la unidad democr¨¢tica para las decisiones que deban tomarse en el ¨¢mbito internacional. Lo que est¨¢ en juego es nada menos que el futuro de la democracia. La polarizaci¨®n extrema no resolver¨¢ el problema. La victoria de un bando sobre el otro nunca lograr¨¢ la democracia necesaria. El sentido del inter¨¦s p¨²blico debe prevalecer, y el inter¨¦s p¨²blico reside en proteger algo que constituye un bien com¨²n: el espacio de la informaci¨®n y la comunicaci¨®n.
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