La propina
Se quejaba Feij¨®o hace poco de que Espa?a estuviera patas arriba, aunque no lo not¨¢ramos mucho, la verdad, porque el mundo entero est¨¢ patas arriba
Se quejaba Feij¨®o hace poco de que Espa?a estuviera patas arriba, aunque no lo not¨¢ramos mucho, la verdad, porque el mundo entero est¨¢ patas arriba. F¨ªjense en el espect¨¢culo que acaba de dar el PP junto a su Poder Judicial. O que se lo pregunten a quien no puede encender la calefacci¨®n o al que se encuentra en una lista de espera de dos a?os para operarse del est¨®mago. Que se lo pregunten a las viudas y a los hu¨¦rfanos de los que murieron en la construcci¨®n del estadio de Doha, en el que 22 multimillonarios se jugaron heroicamente el honor de su pa¨ªs frente a un mundo fascinado por el control de la pelota.
Usted se levanta de la cama, entra en la cocina y descubre un charco alrededor de la nevera. Su cu?ado, al que llama enseguida por tel¨¦fono, le explica que se trata del l¨ªquido que al evaporarse produce el fr¨ªo que congela y mantiene en buen estado la comida. ?Cu¨¢ntos a?os tiene la nevera?, le pregunta. 25, responde usted. Pues ya puedes ir cambi¨¢ndola porque no vale la pena reparar el circuito.
Usted tiene ahora la cocina patas arriba en una Espa?a patas arriba, pero lo que a usted le preocupa es la cocina y el cordero que congel¨® en octubre para evitar los precios de diciembre. Puede adquirir una nevera a plazos, pero ese nuevo plazo, al precio del dinero, podr¨ªa ser la gota que rebasara el vaso del desastre econ¨®mico. No obstante, lo suyo, recon¨®zcalo, no deja de ser una tonter¨ªa. La Espa?a que seg¨²n Feij¨®o est¨¢ patas arriba es la Una, la Grande, la Libre y todo eso, aunque la Una, la Grande y la Libre le agobie a usted menos que su nevera rota.
As¨ª las cosas, habr¨ªa que concederles a Feij¨®o y a sus jueces el deseo de adelantar las elecciones al objeto de que la Espa?a peque?a decida, entre otras cuestiones insignificantes, si se debe sustituir el salario justo por la propina voluntaria.
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