Felipe VI y la gu¨ªa de la raz¨®n
El Rey alerta sobre la divisi¨®n de las sociedades, el deterioro de la convivencia y la erosi¨®n de las instituciones
La neutralidad institucional del discurso de Navidad del Rey no pudo ni quiso ocultar la preocupaci¨®n por las amenazas que asedian en los ¨²ltimos tiempos a democracias tan o m¨¢s consolidadas que la espa?ola. La fragilidad de los avances hist¨®ricos estuvo en el centro de su discurso al alertar sobre tres riesgos que hoy viven las democracias en el mundo, en una Europa acosada por la guerra en Ucrania y tambi¨¦n en Espa?a. Esos riesgos no son nuevos porque han existido siempre ¡ªel siglo XX fue un siglo feroz¡ª, pero hoy revisten seg¨²n el Rey una ¡°particular intensidad¡± y por eso el Monarca invita a los espa?oles a no ¡°dar por hecho todo lo que hemos construido¡±. Felipe VI enumer¨® de forma expl¨ªcita tres amenazas: ¡°La divisi¨®n de la sociedad¡±, ¡°el deterioro de la convivencia¡± y la ¡°erosi¨®n de las instituciones¡±. La apelaci¨®n al ¡°esp¨ªritu¡± y los principios que vieron nacer hace ya casi 45 a?os la Constituci¨®n de 1978 ¡ªque no deben ¡°debilitarse ni caer en el olvido¡± porque ¡°son un valor ¨²nico en nuestra historia constitucional y pol¨ªtica¡±¡ª no revest¨ªa halo alguno de nostalgia sino de ejemplaridad pr¨¢ctica y cotidiana. De ah¨ª la apelaci¨®n a todos a dejarse ¡°guiar por la raz¨®n¡± para resolver los conflictos a trav¨¦s de instituciones que ¡°respondan al inter¨¦s general y ejerciten sus funciones con colaboraci¨®n leal¡±, siendo a la vez un ¡°ejemplo de integridad y rectitud¡±. Ignorar los riesgos contra la democracia hoy puede tener consecuencias impredecibles. El escenario internacional pero tambi¨¦n el nacional explican la convicci¨®n europe¨ªsta del Rey, que pidi¨® ¡°el mayor compromiso de todos con la democracia y con Europa¡±. No son¨® como frase hecha o rutinaria, sino como aviso sobre asechanzas que pueden desequilibrar la estructura institucional de la democracia y arruinar lo que la mayor¨ªa probablemente siente como sustrato deseable o, seg¨²n el Rey, ¡°la serenidad, la paz, la tranquilidad¡± que tanto contrastan con la agitaci¨®n pol¨ªtica que estamos viviendo.
El ejercicio de responsabilidad y la reflexi¨®n constructiva que reclam¨® ¡°en estos momentos¡± no pareci¨® destinado solo a cubrir el expediente del discurso navide?o. Era un reclamo muy conectado con el presente. Es posible que el respaldo enf¨¢tico y expresivo a otro pa¨ªs menos tensionado est¨¦ detr¨¢s de la invocaci¨®n de una Espa?a que conoce ¡°bien, valiente y abierta al mundo¡± y cuyo retrato no pudo ser m¨¢s exacto: ¡°Responsable, creativa, vital y solidaria¡±, esa Espa?a real que hace funcionar cada d¨ªa a este pa¨ªs. Que no todos sus actores hayan estado a la altura no significa que en el pa¨ªs que dibuj¨® el Rey no sigan cabiendo todos desde el respeto a la dignidad de las personas, sean cuales sean sus convicciones. La defensa de la voluntad integradora, frente a la pulsi¨®n excluyente, pasa por lo que Felipe VI llam¨® ¡°el lugar donde los espa?oles nos reconocemos y donde nos aceptamos los unos a los otros, a pesar de nuestras diferencias¡±.
No obvi¨® en su discurso la dureza de la crisis que vive la sociedad europea, tras superar lo peor de la pandemia y en plenos efectos corrosivos de la invasi¨®n de Ucrania. El Rey quiso empatizar expl¨ªcitamente con las familias que padecen de forma m¨¢s aguda las consecuencias de esas dos crisis superpuestas. Son, en efecto, ¡°tiempos de incertidumbre¡± para muchas de ellas, cuando el menor gesto cotidiano ¡ªencender la luz, hacer la compra, llenar el dep¨®sito¡ª implica importantes sacrificios y es eso mismo lo que justifica el ¡°apoyo continuo de los poderes p¨²blicos¡±. La fotograf¨ªa de la reuni¨®n de la OTAN a su derecha ¡ªcon los Reyes en el centro¡ª remit¨ªa de forma inmediata a la guerra que desgarra a Europa en Ucrania y a la necesidad de mantener la defensa de la legalidad internacional. A veces, recordar los principios generales democr¨¢ticos se vuelve no solo necesario sino muy valioso, y eso hizo en buena medida el Rey al demandar de todos la gu¨ªa de la raz¨®n para la resoluci¨®n de los conflictos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.