Froil¨¢n contra todos
Pocas navajas hay fuera de las discotecas pijas de Madrid para los sablazos que meten dentro
Hace poco, una chica comunic¨® a sus amigas que las invitaba a su cumplea?os en un reservado de una discoteca muy exclusiva (?) de Madrid. La noticia la tuvo loca a ella y a sus amigas durante d¨ªas: al parecer, un reservado VIP en la discoteca de moda no es cualquier cosa. El d¨ªa del cumplea?os se fueron todas de cena, que pagaron a la cumplea?era porque el pico de un reservado, con su champ¨¢n y su historia, debe de ser fino. Al llegar a la discoteca, las metieron sin problema ¡ªese momento excitante de saltarte la cola porque est¨¢is en otro nivel, de forma natural o pagando¡ª y al llegar a la entrada del reservado, la chica se separ¨® de sus amigas para gestionar los detalles con un responsable. Pronto las amigas vieron que las cosas no iban bien: la cumplea?era hac¨ªa aspavientos, el hombre negaba con la cabeza. Finalmente, la chica se acerc¨® al grupo para decir que hab¨ªa un problema con el dinero (siempre hay un problema con el dinero para esta gente, y cuanto m¨¢s tienen, m¨¢s problemas hay) e hizo colecta entre todas. Una de ellas, a¨²n alarmada y nueva en estas lides, me lo cont¨® d¨ªas despu¨¦s. Pero es as¨ª siempre, y a¨²n es peor cuando pagan: a saber lo que esperan que pagues t¨². El legendario quiero y no puedo del pijo hortera, que se aprovecha de que en ciertos sitios basta querer, porque ya podr¨¢ otro en tu lugar. Pocas navajas hay fuera para los sablazos que meten dentro.
Una de esas discotecas ¡ªno la de la an¨¦cdota¡ª se llama Vandido. El fen¨®meno socioling¨¹¨ªstico de los nombres de los bares pijos de Madrid hay que desarrollarlo, y creo que las periodistas ?ngeles Caballero y Anal¨ªa Plaza est¨¢n en ello; dos reporteras de distintos peri¨®dicos porque el asunto lo merece, como la coalici¨®n internacional medi¨¢tica para dar abasto con Wikileaks, que ten¨ªa menos enjundia. Fuera de Vandido se produjo una reyerta con navajas en la que estuvo involucrado Froil¨¢n, sobrino y nieto del Rey, si bien no del mismo. Fue una ri?a t¨ªpica navajera ¡ªinform¨® El Confidencial¡ª entre amigos de Froil¨¢n y otro grupo, y uno de los amigos del arist¨®crata se llev¨® un navajazo de 2,5 cent¨ªmetros. Una facci¨®n de los Borbones Don¡¯t Play contra una escisi¨®n violent¨ªsima de los Vel¨¢zquez Kings, que se disputan ese tramo de la noche del barrio de Salamanca.
Este mismo a?o tuvo otra pelea inquietante. En un bar, Froil¨¢n se salt¨® la cola para ir al ba?o, uno se lo recrimin¨®, Froil¨¢n le solt¨® el patri¨®tico usted no sabe qui¨¦n soy yo, y al final el que result¨® no saber qui¨¦n era el otro fue Froil¨¢n, que atrap¨® una galleta. Inquietante porque quien se salta una cola por no aguantarse las ganas de ir al ba?o, qu¨¦ no se saltar¨¢ el d¨ªa que tenga ganas de ponerse la corona.
De todo esto hay algo seguro: la factura correr¨¢ a nuestra cuenta, a¨²n no sabemos c¨®mo. Al menos Froil¨¢n destina ese dinero en algo provechoso y, con suerte, si el amigo clama venganza, a¨²n resucita la antigua F¨¢brica de Armas de Toledo. Dicho lo cual, y por acabar con esp¨ªritu navide?o: sabiendo la que se le iba a liar, y pudiendo escapar y esconderse para minimizar da?os, Froil¨¢n se fue con su amigo al hospital, dio la cara y all¨ª estuvo hasta que lo sanaron. Que si es Hugo Ar¨¦valo, y el corte se lo meten a I?igo Onieva, ya te digo yo qui¨¦n iba a acompa?ar a la novia de Onieva a casa.
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