Bolsonaro y la Amazonia: recuperar el tiempo perdido
La asunci¨®n de Lula en el Gobierno de Brasil abre una perspectiva promisoria para la regi¨®n amaz¨®nica
No es asunto balad¨ª el desastre dejado por Bolsonaro en Brasil, que va desde la salud hasta la destrucci¨®n m¨¢s acelerada de la Amazonia. En la extensa larga lista negra de su gesti¨®n est¨¢n no solo los cerca de 700.000 fallecidos por pretender -criminalmente- dejar pasar la pandemia, sino por su decisiva e imperdonable contribuci¨®n a la destrucci¨®n de la foresta amaz¨®nica, asunto que he tratado en este mismo peri¨®dico (10/06/2022; 29/09/2022).
La sostenida deforestaci¨®n amaz¨®nica, como se sabe, es una tragedia de repercusiones globales. Hay en ello, por cierto, responsabilidades compartidas entre los pa¨ªses de la cuenca amaz¨®nica, que alberga alrededor de 30 millones de personas, e incluye territorio del Brasil, Colombia, Ecuador, la Guayana Francesa, Per¨² y Venezuela. El 70% de los 7 millones de kil¨®metros cuadrados de la Amazonia se encuentra, en ese orden, en Brasil (3,6 millones de kil¨®metros cuadrados), Per¨² (782.000) y Colombia (484.000).
En Brasil, sin embargo, est¨¢, pues, m¨¢s de la mitad. En consecuencia, el grueso de la carga que es donde se produjo en los a?os-Bolsonaro la mayor deforestaci¨®n en el pa¨ªs desde 2008: aument¨® 79%, por una destrucci¨®n acelerada sin precedentes. La asunci¨®n del Gobierno de Brasil por Lula abre una perspectiva promisoria para la regi¨®n amaz¨®nica.
Como lo he venido diciendo en este peri¨®dico, un triunfo electoral de Lula en Brasil pod¨ªa dar la pauta para un viraje decisivo contras las pr¨¢cticas vigentes de destrucci¨®n acelerada de la Amazonia. Despu¨¦s de muchos a?os aparece una perspectiva diferente, signada por dos componentes centrales.
De un lado, un ajuste decisivo contra la pol¨ªtica permisiva y tolerante con la destrucci¨®n amaz¨®nica. Lula, al asumir el Gobierno, plantea, m¨¢s bien, proteger la foresta amaz¨®nica. En segundo lugar, condiciones pol¨ªticas favorables que dan esperanza de que al coexistir en la regi¨®n amaz¨®nica una serie de gobiernos con signos pol¨ªticos que no son los tradicionales de un liberalismo a ultranza para el cual el medio ambiente es solo un obst¨¢culo a atropellar.
Establecer lineamientos y pol¨ªticas comunes de repercusiones amaz¨®nicas estaba obviamente fuera de lugar mientras un depredador gobernase el Brasil, que ocupa m¨¢s del 50% del espacio amaz¨®nico. Las cosas han cambiado desde el 1 de enero y Lula habr¨¢ de ver c¨®mo logra concretar en acciones de pol¨ªtica su declarado compromiso de protecci¨®n de la regi¨®n amaz¨®nica.
Poco o nada de ello se podr¨ªa llevar a cabo, sin embargo, con respuestas de impacto si los otros dos pa¨ªses claves en el espacio amaz¨®nico -Per¨² y Colombia- no empujasen juntos el coche de una pol¨ªtica de protecci¨®n amaz¨®nica concertada. Las casualidades de la pol¨ªtica hacen que en la actualidad coexistan en los tres pa¨ªses gobiernos proclives a la protecci¨®n de la regi¨®n amaz¨®nica y de los pueblos que la habitan. En medio de las idas y venidas de polarizaciones internas o de agudas crisis pol¨ªticas, la circunstancia actual parecer¨ªa ofrecer condiciones adecuadas para efectivas pol¨ªticas concertadas.
Con ocasi¨®n de la transmisi¨®n de mando el pasado domingo 1 de enero en Brasilia, el presidente Petro tuite¨® un mensaje sustantivo de convocatoria muy importante, llam¨® a ¡°Un gran pacto para salvar la selva amaz¨®nica en favor de la humanidad¡±. Mensaje crucial. Pero a la vez sint¨¦tico pues, como es obvio, el tal ¡°gran pacto¡± encierra un supuesto de fondo crucial: no solo Brasil y la Colombia de Petro, sino el Per¨², es el otro pa¨ªs clave para hacer de tal llamado un objetivo concreto. El ¡°gran pacto¡±, para ser tal, tiene que ser al menos entre estos tres pa¨ªses como es evidente.
La pol¨ªtica, sin embargo, parecer¨ªa oponerse, a primera vista, a un prop¨®sito tan crucial de concertaci¨®n sobre asuntos de trascendencia global. La particular posici¨®n de Petro frente al proceso pol¨ªtico peruano parecer¨ªa ser, -repito, ¡°a primera vista¡±- un obst¨¢culo grande para tal concertaci¨®n.
Creo, sin embargo, que bien manejadas las cosas, y poniendo por delante los grandes intereses hist¨®ricos de los pueblos de Brasil, Per¨² y Colombia, m¨¢s temprano que tarde se deber¨¢n calmar las aguas agitadas. Respetable, por cierto, la simpat¨ªa que pudiera haber tenido el presidente Petro con el entonces presidente Castillo. Comprensible la sensibilidad, adem¨¢s, con la destituci¨®n de Castillo ya que en la historia personal de Petro pesa su propia destituci¨®n como alcalde de Bogot¨¢ el 2013 por decisi¨®n de una autoridad administrativa.
Sin embargo, un an¨¢lisis m¨¢s objetivo y riguroso de las complejas circunstancias pol¨ªticas internas de Per¨² deber¨ªa reemplazar la visi¨®n particular del presidente Petro de omitir que hubo un autogolpe y de que lo que se produjo el mes pasado no fue un ¡°golpe de Estado¡± que derroc¨® al presidente Castillo. Si en el Petro del 2013 y Castillo del 2022 el concepto ¡°destituci¨®n¡± estuvo presente, la situaci¨®n es completamente diferente.
El caso Petro es uno en el que se trat¨® de una decisi¨®n de autoridad administrativa la que lo destituy¨® irregularmente. Tan irregular que la Corte Interamericana as¨ª lo estableci¨® en sentencia contundente. En lo de Castillo se est¨¢ ante una destituci¨®n adoptada por el Congreso por mayor¨ªa abrumadora ante un supuesto previsto en la Constituci¨®n. En varias normas constitucionales de la regi¨®n, como la peruana, el Congreso tiene la facultad de destituir al presidente ante ciertos supuestos graves. En Per¨² lo hizo por querer disolver el Congreso y concentrar todo el poder interviniendo la justicia y la fiscal¨ªa. Nada era, pues, ¡°pecado venial¡±.
Pasada la borrasca de los acontecimientos pol¨ªticos de momento, se impone poner por delante y privilegiar asuntos estrat¨¦gicos y de Estado que ata?en, como en el ejemplo del asunto amaz¨®nico, no solo a los tres pa¨ªses m¨¢s concernidos sino a toda la humanidad. Que se construya, pues, el ¡°gran pacto para salvar la selva amaz¨®nica en favor de la humanidad¡± del que habl¨® Petro en Brasilia.
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