Pulmones en llamas

Podr¨ªamos decir que Leonardo DiCaprio es, ¡°tambi¨¦n¡±, un gran actor. Sin negar esa indudable condici¨®n, lo digo por su notable papel como ambientalista. Es suyo el mensaje ¡°los pulmones de la tierra est¨¢n en llamas¡±, que dirigi¨® hace algunos meses por Instagram a sus 34 millones de seguidores a prop¨®sito del calentamiento global y de los tremendos incendios forestales que esos d¨ªas se produc¨ªan en Brasil.

La regi¨®n amaz¨®nica est¨¢, literalmente, bajo ataque. Usar la palabra ¡°amenazada¡± es insuficiente. Es asombroso que el tema no sea prioritario para las ¨¦lites pol¨ªticas y los gobiernos de la regi¨®n. Hasta parecer¨ªa que DiCaprio o el presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, le prestan m¨¢s atenci¨®n al tema. Se ha mencionado en la IX Cumbre de Las Am¨¦ricas para concretarse en el anuncio estadounidense del modest¨ªsimo compromiso de aportar 12 millones de d¨®lares contra la deforestaci¨®n en Brasil, Colombia y Per¨². Nada.

La ¨²ltima expresi¨®n de este drama ha sido la desaparici¨®n del periodista brit¨¢nico Dom Phillips, colaborador del diario The Guardian, y del indigenista brasilero Bruno Pereira, producida el pasado domingo 5 en el valle de Yavar¨ª, Brasil, cerca de la frontera con el Per¨². Todo indica que la criminalidad de la pesca o la tala ilegal, buscando el silencio y la impunidad, ser¨ªa el origen de este grave ataque.

Cuatro asuntos suelen estar soslayados en el brutal drama social y ambiental de la destrucci¨®n acelerada de la flora amaz¨®nica.

Primero, la Amazonia como ¡°pulm¨®n vegetal del mundo¡±. El Panel Cient¨ªfico de la Amazon¨ªa, que re¨²ne a 200 expertos internacionales, advirti¨® en la cumbre internacional en Glasgow sobre cambio clim¨¢tico (la llamada COP26), hace seis meses, que si se mantienen los actuales altos ¨ªndices de deforestaci¨®n se llegar¨¢ a un punto de no retorno antes de 2050, al haber perdido hasta el 70 % de su vegetaci¨®n nativa.

Sin esa selva el calentamiento global ser¨ªa mucho m¨¢s impactante y podr¨ªa llegar a que ese territorio se transformase en una sabana, liberando gigantescas cantidades de carbono. Se asegurar¨ªa as¨ª que el mundo no pueda alcanzar los objetivos establecidos para evitar los peores efectos del cambio clim¨¢tico. As¨ª de brutal.

En segundo lugar, que siendo esta amenaza v¨¢lida para toda la regi¨®n amaz¨®nica, tiene que ver en especial con Brasil, por su dimensi¨®n. Precisamente donde est¨¢ la mayor parte de la selva tropical del mundo, con capacidad de absorber -a¨²n- la mayor¨ªa del di¨®xido de carbono emitido?en el planeta.

La deforestaci¨®n en las zonas protegidas de la Amazonia brasile?a creci¨® 79% durante los primeros tres a?os de gobierno de Bolsonaro. Solo en el per¨ªodo agosto 2020-julio 2021 la Amazonia perdi¨® 13,235 kil¨®metros cuadrados de cobertura vegetal, la mayor degradaci¨®n en los ¨²ltimos 15 a?os. Un ¨¢rea mayor que Qatar o Jamaica, igual a Bahamas o m¨¢s de la mitad de todo el territorio de El Salvador.

La mayor¨ªa de an¨¢lisis solventes coinciden en la responsabilidad directa del gobierno de Bolsonaro: falta de fiscalizaci¨®n de las autoridades ambientales y la reducci¨®n de presupuesto para combatir esos delitos. La deforestaci¨®n ilegal, adem¨¢s, aument¨® en 22% solo en un a?o gracias a la lenidad oficial, dada la impunidad de invasores de tierras y de mineros y madereros ilegales.

Mucho de este resultado tiene que ver, sin embargo, con intereses de ganaderos y finqueros. Lo que no es poca cosa considerando que Brasil es el mayor pa¨ªs exportador de carne de vacuno en el mundo y que el 50% de ese ganado se cr¨ªa y pasta en lo que antes fue selva amaz¨®nica. Seg¨²n la informaci¨®n disponible, los actores empresariales involucrados se encontrar¨ªan bien protegidos por el Secretario de Asuntos de la Tierra del Ministerio de Agricultura, Nabhan Garc¨ªa, un ¡°coleguita¡± ganadero ¨¦l mismo.

En tercer lugar, el impacto de todo esto en los pueblos ind¨ªgenas amaz¨®nicos y sus representantes. La deforestaci¨®n impact¨® especialmente en territorios ind¨ªgenas o zonas de conservaci¨®n. Todos los a?os dirigentes ind¨ªgenas brasileros vienen siendo asesinados; 24 en el 2019 y otros 20 en el 2020. A la impunidad en la investigaci¨®n de esos cr¨ªmenes se a?ade una ca¨ªda enorme en la confiscaci¨®n de madera ilegalmente extra¨ªda y en la persecuci¨®n de delitos ambientales. Seg¨²n la ONG Global Witness, la mayor¨ªa de los defensores ambientalistas latinoamericanos (71%), y ya no solo en Brasil, fueron asesinados precisamente por proteger a los bosques de la deforestaci¨®n.

En cuarto lugar, ?qu¨¦ hacer? Empezar por fortalecer la capacidad de acci¨®n y reacci¨®n de la articulaci¨®n de los ocho Estados miembros en la hoy debilitada Organizaci¨®n del Tratado de Cooperaci¨®n Amaz¨®nica (OTCA). Su limitado vigor actual es, por cierto, parte de la actual fragmentaci¨®n latinoamericana. Que deber¨ªa encontrar en la agenda amaz¨®nica, sin embargo, un punto de encuentro. Sujeto ello a que los Gobiernos pongan en su agenda ¡ªy en serio¡ª la protecci¨®n de la Amazonia.

Por otro lado, este drama deber¨ªa convocar a una acci¨®n m¨¢s firme a quienes importan bienes surgidos de esta destrucci¨®n del bosque tropical amaz¨®nico. Parte de ellos est¨¢ en la Europa importadora de carne o caf¨¦, en el contexto en el que la expansi¨®n de la agricultura industrial es responsable del 80% de la deforestaci¨®n mundial.

Tiene la Comisi¨®n Europea un borrador de reglamento ¡°sobre determinadas materias primas y productos asociados a la deforestaci¨®n y la degradaci¨®n de los bosques¡± que habr¨ªa que traducir en decisi¨®n. Con ¨¦l se pretende ¡°minimizar el consumo de productos procedentes de cadenas de suministro asociadas a la deforestaci¨®n o la degradaci¨®n forestal¡± y aumentar la demanda de productos legales y ¡°libres de deforestaci¨®n¡±.

El grave ritmo de la deforestaci¨®n en la Amazonia de Brasil; sus efectos sobre la sociedad brasile?a y el mundo; las graves responsabilidades pol¨ªticas del gobierno de Jair Bolsonaro, presidente del pa¨ªs que ocupa el principal espacio tropical del mundo; tienen repercusiones globales. Frente a ello, el mundo a¨²n ha sido tibio.

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