La era de las mentes dispersas
Somos un poco m¨¢s tontos y las plataformas tecnol¨®gicas y las redes mucho m¨¢s ricas al rentabilizar la atenci¨®n que prestamos a los est¨ªmulos que nos env¨ªan
Junto al coronavirus y la polarizaci¨®n, una tercera pandemia se ha apoderado silenciosamente del planeta: la superficialidad mental. Internet ha supuesto para los humanos un acceso ilimitado a la informaci¨®n, pero no ha resultado gratis cognitivamente hablando. Nuestro cerebro se ha adaptado al nuevo entorno digital para responder permanentemente a los est¨ªmulos que saltan de nuestro m¨®vil, bien sean mensajes de WhatsApp, alertas, notificaciones de redes sociales o correos electr¨®nicos. Como avis¨® hace m¨¢s de una d¨¦cada el ensayista Nicholas Carr en su trabajo Qu¨¦ est¨¢ haciendo internet con nuestras mentes (Taurus), nuestro cerebro se encuentra hoy sobrecargado y hemos perdido capacidad de concentraci¨®n y abstracci¨®n. En definitiva, somos un poco m¨¢s tontos y las plataformas tecnol¨®gicas y las redes sociales son mucho m¨¢s ricas al rentabilizar cada minuto de atenci¨®n que prestamos a los est¨ªmulos que nos env¨ªan.
Querido alumno universitario de grado: Te estamos enga?ando
— Miguel A. M¨¦ndez-Rojas (@nanoprofe) January 3, 2023
(hilo resumido y extra¨ªdo del texto de Daniel Arias-Aranda, @daniel__arias, para quienes no pueden acceder al texto original en LinkedIn):
(espero que el autor no se moleste por compartir estas ideas suyas por aqu¨ª): /1 pic.twitter.com/xudNxsnzYM
El s¨ªndrome de la mente dispersa y ansiosa, y sus efectos sobre el conocimiento profundo, ha disparado las alarmas de una parte del sector educativo. El profesor de la Universidad de Granada Daniel Arias Aranda se?alaba hace unos d¨ªas en una carta abierta a los alumnos publicada en su cuenta de LinkedIn, que fue compartida en otras redes sociales por otros docentes: ¡°Los grupos hoy son de unos 50 alumnos, de los cuales raramente viene a clase m¨¢s de un 30%. Los que vienen, lo hacen en su mayor¨ªa con un port¨¢til y/o un tel¨¦fono m¨®vil que utilizan sin ning¨²n resquemor durante las horas de clase. Las caras de los alumnos se esconden tras las pantallas. De hecho, me s¨¦ mejor las marcas de sus dispositivos que sus rasgos faciales¡±. Y a?ad¨ªa: ¡°Soy consciente de que, para vosotros, soy solo un est¨ªmulo m¨¢s que compite con las redes sociales y el vasto imperio de internet. Evidentemente, soy m¨¢s aburrido que un v¨ªdeo de influencers de TikTok¡±.
En Estados Unidos, las escuelas p¨²blicas de Seattle acaban de plantarse en los tribunales para pedir que acabe la impunidad con la que algunas redes sociales desarrollan un modelo de negocio, la batalla por la atenci¨®n, de consecuencias desastrosas para la salud mental de los estudiantes y que hace mucho m¨¢s dif¨ªcil llevar a buen puerto la misi¨®n educativa. En una demanda de 91 p¨¢ginas presentada el pasado d¨ªa 6, se?alan a Google, Meta (Facebook e Instagram), Snapchat y TikTok. ¡°Explotan la psicolog¨ªa y la neurofisiolog¨ªa de sus usuarios para que pasen m¨¢s y m¨¢s tiempo en sus plataformas. Estas t¨¦cnicas son particularmente efectivas y da?inas para la audiencia juvenil¡±, aseguran los denunciantes, para quienes ¡°los acusados han explotado con ¨¦xito los cerebros vulnerables de los j¨®venes, enganchando a decenas de millones de estudiantes en todo el pa¨ªs en ciclos de retroalimentaci¨®n positiva de uso excesivo y abuso de las plataformas¡±.
El distrito escolar p¨²blico de Seattle reclama una mayor responsabilidad de las plataformas y el pago de indemnizaciones que permitan reforzar el equipo de expertos en salud mental, as¨ª como la puesta en marcha de programas de prevenci¨®n de trastornos relacionados con el uso de las redes sociales. Algunos de los acusados, como Google o Meta, rechazan las acusaciones y recuerdan que han invertido millones de d¨®lares en sistema de protecci¨®n de menores frente a contenidos sensibles, as¨ª como en mecanismos de control parental.
The public school district in Seattle has filed a novel lawsuit against the tech giants behind TikTok, Instagram, Facebook, YouTube and Snapchat, seeking to hold them accountable for the mental health crisis among youth. https://t.co/Tw4uGSyNf6
— The Associated Press (@AP) January 8, 2023
No resulta descabellado pensar que asistiremos en el futuro a procesos judiciales similares al de Seattle. Por ahora, basta con observar nuestras propias rutinas digitales y la de los miembros m¨¢s j¨®venes de nuestros entornos familiares para constatar que la interacci¨®n virtuosa entre las redes sociales y el aprendizaje tiene ante s¨ª desaf¨ªos importantes.
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