Ramstein, la reuni¨®n decisiva que no lo fue
Es imprescindible reflexionar sobre cu¨¢l es el objetivo que se quiere alcanzar con el env¨ªo de los Leopard. Estos carros de combate no van a hacer que las tropas rusas salgan del territorio ucranio
La reuni¨®n del Grupo de Contacto para Ucrania de la OTAN y las decisiones que all¨ª se han adoptado han tenido al mundo mirando fijamente a la base a¨¦rea de Ramstein. La elecci¨®n del lugar no deber¨ªa dejar a nadie indiferente, una base militar inaugurada en los a?os cincuenta, dise?ada por franceses, construida por alemanes y ocupada por norteamericanos y famosa por haber sido el lugar elegido por Washington en 1983 para desplegar los misiles Pershing II con capacidad para alcanzar Mosc¨² que provoc¨® la conocida como crisis de los euromisiles, que terminar¨ªa con la ca¨ªda del socialista Helmut Schmidt y el ascenso de Helmut Kohl.
Pues bien, en esta reuni¨®n del m¨¢s alto nivel se pretend¨ªan despejar las dudas en torno a si los europeos estaban dispuestos o no a elevar la apuesta militar enviando al frente de batalla a una de sus joyas de la corona, los Leopard 2 de fabricaci¨®n alemana. El env¨ªo de carros de combate de naturaleza ofensiva, de manera aislada, a pesar de que no har¨ªa cambiar el transcurso de la guerra en su momento actual, se ha convertido en un s¨ªmbolo del nivel de implicaci¨®n militar al que est¨¢ dispuesto a llegar Europa, y m¨¢s concretamente Alemania, en relaci¨®n con la victoria ucrania. Y estos han sido los argumentos empleados tanto por Lloyd Austin, secretario de Defensa de EE UU, cuando de manera muy gr¨¢fica planteaba que no era el momento para reducir la velocidad, sino para aumentar el apoyo dado a Ucrania, ya que este era, probablemente, un momento decisivo para el devenir de las hostilidades. As¨ª, el resultado provisional de esta reuni¨®n no parece que haya sido satisfactorio pr¨¢cticamente para nadie puesto que sigue sin haber una respuesta concreta en relaci¨®n con el env¨ªo de estos carros de combate, y Scholz mantiene su posici¨®n de manera firme a pesar de la enorme presi¨®n a la que lleva sometido desde el comienzo de la invasi¨®n.
Las cr¨ªticas, por supuesto, no se han hecho esperar. Algunos plantean esta posici¨®n como conservadora, no se creen la propuesta de Zeitenwende, de cambio de ¨¦poca, propuesta por el canciller alem¨¢n en marzo, y especulan con que esta decisi¨®n se debe a que Alemania espera poder retomar sus relaciones comerciales y energ¨¦ticas una vez finalice la guerra. Por tanto, cuanto menos enfrentamiento haya con Rusia, mejor. Otros, simplemente realizan una lectura hist¨®rica, la visi¨®n de los carros de combate alemanes de nuevo frente a los rusos no le trae m¨¢s que malos recuerdos a Scholz. Tambi¨¦n hay quien apuesta por dividir las posiciones europeas entre aquellos, como Francia y Alemania que simplemente apuestan por la paz, sin importarles Ucrania, frente a lo que buscan la justicia y quieren la derrota final de Mosc¨².
Sea como fuere, lo cierto es que muy pocas veces se preguntan sobre lo que piensan los alemanes en torno a esta cuesti¨®n, y quiz¨¢s eso nos pueda ofrecer alguna pista. Y, sin embargo, hay varias encuestas que nos dan alguna pista al respecto. Seg¨²n una realizada por la Agencia de Noticias DPA en diciembre de 2022, un 45% de los alemanes estar¨ªa en contra del env¨ªo de carros de combate, frente al 33% que estar¨ªa a favor. Curiosamente, el 52% considera que los esfuerzos diplom¨¢ticos no son suficientes para abordar la guerra. En otra encuesta de primeros de enero realizada por ARD-DeustchlandTrend quedaba patente la reticencia con la que los alemanes ven la entrega de armas, de hecho, el 41% de los encuestados opinaba el 5 de enero que ya era suficiente el apoyo militar dado hasta ahora a Ucrania.
Habr¨¢ quien plantee que esto es precisamente lo que busca Mosc¨², la par¨¢lisis y la divisi¨®n, y que, por tanto, no hay que prestar atenci¨®n a lo que dicen las encuestas de opini¨®n, al igual que tampoco hab¨ªa que escuchar a Habermas, quiz¨¢s todos est¨¢n contaminados por la desinformaci¨®n rusa. Igual tienen raz¨®n, pero, entonces ?a qui¨¦n tendr¨ªa que escuchar Scholz? ?A Moriawezcki, a Lloyd Austin, a Zelenski? En todo caso, se hace imprescindible reflexionar sobre cu¨¢l es el objetivo que se quiere alcanzar con el env¨ªo de los Leopard, porque es importante que no nos enga?en, estos carros de combate no van a hacer que las tropas rusas salgan del territorio ucranio. Por tanto, ni victoria, ni negociaci¨®n de paz, s¨®lo cronificaci¨®n de la guerra, un escenario que los adalides de la destrucci¨®n rusa no contemplan y que, sin embargo, es, a todas luces, el m¨¢s probable. Convendr¨ªa comenzar a pensar en esta posibilidad y en ver c¨®mo se comienza a trabajar en la reconstrucci¨®n y democratizaci¨®n de Ucrania, por un lado, y, simult¨¢neamente, en c¨®mo recomponer las relaciones con Rusia, porque Rusia no va a desaparecer. Y en ese marco, la prudencia de Scholz, quiz¨¢s, sea un punto de partida.
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