El Sistema Nacional de Salud necesita una refundaci¨®n
El SNS aguanta en Espa?a y todav¨ªa tiene una calidad muy aceptable, pero est¨¢ tocado, y la tendencia actual, si contin¨²a, nos podr¨ªa llevar a una sanidad p¨²blica para pobres y otra privada para ricos
La sanidad es el segundo problema que m¨¢s afecta personalmente a los espa?oles, seg¨²n el Bar¨®metro del CIS de noviembre de 2022. Si en noviembre de 2010 solo un 3,5% de la poblaci¨®n se?alaba la sanidad como su principal problema, hoy lo hace un 32,6%. Verdaderamente preocupante. La sanidad espa?ola est¨¢ tocada, est¨¢ herida desde hace m¨¢s de 10 a?os, cuando la crisis financiera provoc¨® una ca¨ªda de la actividad econ¨®mica y de los ingresos fiscales, y la UE respondi¨® con la...
La sanidad es el segundo problema que m¨¢s afecta personalmente a los espa?oles, seg¨²n el Bar¨®metro del CIS de noviembre de 2022. Si en noviembre de 2010 solo un 3,5% de la poblaci¨®n se?alaba la sanidad como su principal problema, hoy lo hace un 32,6%. Verdaderamente preocupante. La sanidad espa?ola est¨¢ tocada, est¨¢ herida desde hace m¨¢s de 10 a?os, cuando la crisis financiera provoc¨® una ca¨ªda de la actividad econ¨®mica y de los ingresos fiscales, y la UE respondi¨® con la mal llamada austeridad, obligando a importantes recortes en los servicios p¨²blicos, entre ellos, la sanidad.
El efecto ha sido un deterioro en la calidad de la atenci¨®n y en la accesibilidad que se evidencia, por ejemplo, en el aumento de las listas de espera. Estas demoras excesivas, inaceptables, se deben a la falta de personal y a la sobrecarga asistencial. Es preciso formar a suficientes m¨¦dicos o enfermeras, corrigiendo carencias en algunas especialidades, pero, sobre todo, lo que se necesita es contrataci¨®n estable y remuneraciones que compensen la responsabilidad del trabajo, permitiendo as¨ª el desarrollo profesional imprescindible para la calidad de la atenci¨®n. Cientos de profesionales se van a otros pa¨ªses porque no encuentran en Espa?a un trabajo atractivo; cientos de profesionales se jubilan anticipadamente, o no piden pr¨®rroga, o dedican parte o todo su tiempo a la actividad privada, porque se sienten maltratados en la sanidad p¨²blica y no ven un horizonte profesional ilusionante. Este deterioro en la sanidad p¨²blica se traduce en que cada vez m¨¢s parte de la poblaci¨®n (que puede pagarlo) recurre a la sanidad privada. Entre 2011 y 2021, las personas con seguro privado han pasado de 8,5 a 11,5 millones.
Como se vio en la crisis de la pandemia de la covid-19, una buena sanidad p¨²blica es muy importante para todos. Adem¨¢s, las necesidades de atenci¨®n y de recursos aumentar¨¢n en los pr¨®ximos a?os a la par que crece la proporci¨®n de personas mayores. Sabemos que la sanidad p¨²blica es un factor de cohesi¨®n social que contribuye al desarrollo econ¨®mico del pa¨ªs, que es un derecho humano y una justa exigencia. Pues bien, hoy el Sistema Nacional de Salud (SNS) aguanta y todav¨ªa tiene una calidad muy aceptable, pero est¨¢ tocado, y la tendencia actual, si contin¨²a, nos podr¨ªa llevar a una sanidad p¨²blica para pobres y una sanidad privada para ricos. No exagero: hay opciones pol¨ªticas que quieren esta evoluci¨®n.
?Se puede mejorar la financiaci¨®n sanitaria? Desde luego que s¨ª. La econom¨ªa espa?ola puede seguir recuperando su capacidad de generar riqueza, y debe impulsar una pol¨ªtica fiscal progresiva, junto a acciones firmes de prevenci¨®n y lucha contra el fraude fiscal. As¨ª, mientras el PIB se recupera, la sanidad espa?ola deber¨ªa aumentar su participaci¨®n en el mismo hasta situarse en la media de los pa¨ªses avanzados de la UE. Los nuevos recursos se orientar¨ªan a estrategias de salud y a pol¨ªticas concretas: dotaci¨®n de personal suficiente, atenci¨®n primaria, salud mental, salud p¨²blica, reducci¨®n de copagos, incorporaci¨®n de prestaciones no cubiertas, etc¨¦tera. Las transferencias econ¨®micas adicionales a las comunidades aut¨®nomas deber¨ªan llevar compromisos concretos de inversi¨®n en las pol¨ªticas definidas, con est¨¢ndares e indicadores para monitorizar su implementaci¨®n y mecanismos correctores en caso de incumplimiento. Estos recursos adicionales, junto con mejoras de eficiencia, fundamentalmente en gasto farmac¨¦utico, permitir¨ªan recuperar la fortaleza y la calidad del SNS.
Ahora bien, adem¨¢s de disponer de los recursos econ¨®micos precisos, hay otros factores, algunos de car¨¢cter estructural, que afectan a nuestra sanidad p¨²blica. Se?alar¨¦ solo tres de ellos. De acuerdo con la Constituci¨®n y la Ley General de Sanidad de 1986 que cre¨® el SNS, la gesti¨®n sanitaria se fue traspasando a las comunidades aut¨®nomas, completando dicho proceso en el a?o 2002. De esa forma, el gobierno del sistema qued¨® dividido entre el Gobierno central y los de las autonom¨ªas, con un organismo de coordinaci¨®n cuyas decisiones no eran vinculantes: es decir, construimos un sistema cuasifederal, pero sin organismos de toma de decisi¨®n federales. A partir de entonces, cada comunidad aut¨®noma desarroll¨® sus sistemas de gesti¨®n y de informaci¨®n, sus pol¨ªticas de personal, sus estrategias de inversiones, etc¨¦tera, impulsando un desarrollo en general positivo, pero desigual. Entretanto, el Ministerio de Sanidad iba debilit¨¢ndose. Hoy es preciso completar la capacidad de gobierno, coordinaci¨®n y cooperaci¨®n del SNS (necesidad evidente en la gesti¨®n de la pandemia), reforzando el Ministerio de Sanidad y creando estructuras de tipo federal para el conjunto del sistema que permitan la toma de decisiones vinculantes, as¨ª como mecanismos de evaluaci¨®n y control que garanticen una sanidad de calidad para todos en toda Espa?a.
Por otra parte, el peso de los intereses privados en la sanidad est¨¢ desequilibrando cada vez m¨¢s un SNS que deber¨ªa poner siempre por delante el inter¨¦s general. Me refiero a la pol¨ªtica farmac¨¦utica y a las privatizaciones. En Espa?a gastaremos este a?o en medicamentos el doble de lo que ser¨ªa razonable. El exceso de gasto se debe a los precios abusivos de los nuevos f¨¢rmacos (muy por encima de los costes de fabricaci¨®n y de investigaci¨®n) y a una prescripci¨®n orientada por la presi¨®n de la industria. Ese abuso de poder est¨¢ ligado a la concesi¨®n de monopolios por parte de los Estados, un tema que afecta a la UE y a todos los pa¨ªses, y sobre el que el Gobierno podr¨ªa proponer una estrategia de cambio a medio plazo. Mientras, se trata de reducir los precios y establecer una mayor aportaci¨®n al SNS sobre el exceso de beneficio que ahora obtienen las compa?¨ªas farmac¨¦uticas, para permitir una formaci¨®n independiente de los profesionales sanitarios, funcionarios y tomadores de decisi¨®n.
Un tercer aspecto es la penetraci¨®n de la gesti¨®n privada de la sanidad p¨²blica, en forma de concesiones y externalizaci¨®n de servicios. Estas privatizaciones se han promocionado sobre todo en comunidades aut¨®nomas con gobiernos del Partido Popular, singularmente la Comunidad de Madrid. Es un proceso de financiarizaci¨®n, por el que la sanidad se transforma en negocio especulativo, suponiendo una fragmentaci¨®n, un debilitamiento del sistema y una p¨¦rdida de eficiencia global. Ser¨ªa conveniente prohibir y revertir este tipo de concesiones de importantes parcelas de gesti¨®n, sistemas de informaci¨®n, etc¨¦tera, y recuperar as¨ª la solidez del SNS.
La manifestaci¨®n del d¨ªa 13 de noviembre en la Cibeles en defensa de la sanidad p¨²blica fue una interpelaci¨®n directa a D¨ªaz Ayuso por su gesti¨®n sanitaria en Madrid, pero tambi¨¦n, como se?alaba Soledad Gallego-D¨ªaz en este peri¨®dico, deber¨ªa abrir un gran debate, ¡°m¨¢s en general, sobre el deterioro del sistema sanitario espa?ol y los remedios para corregir los problemas, cada vez m¨¢s dram¨¢ticos, en la sanidad p¨²blica¡±. Despu¨¦s de 36 a?os de la Ley General de Sanidad, de la crisis financiera y sus recortes y de una pandemia que ha costado la vida a m¨¢s de 115.000 personas en Espa?a (muchas de ellas sanitarios) es tiempo para que el Gobierno de Espa?a, junto con los gobiernos de las comunidades aut¨®nomas, analicen esta situaci¨®n con serenidad y promuevan un pacto de Estado para una refundaci¨®n del Sistema Nacional de Salud. No es f¨¢cil, pero no es imposible. Y, desde luego, en este momento los parches ya no sirven. La criatura se muere.