?Para qu¨¦ hablar de sanidad p¨²blica?
Quiz¨¢ Puigdemont llegue a entrar en la c¨¢rcel, pero lo que es seguro es que 700.000 espa?oles seguir¨¢n sin poder entrar en el quir¨®fano
Doscientas mil personas en la calle, seg¨²n la polic¨ªa, no han sido capaces de influir en la agenda pol¨ªtica en este pa¨ªs. Esta semana debi¨® estar marcada por un gran debate social, el fracaso del modelo sanitario impuesto en la Comunidad de Madrid por su presidenta, Isabel D¨ªaz Ayuso, y, m¨¢s en general, sobre el deterioro del sistema sanitario espa?ol y los remedios para corregir los problemas, cada vez m¨¢s dram¨¢ticos, en la sanidad p¨²blica. Y, sin embargo, nada de eso se ha producido. Una vez m¨¢s, se ha conseguido, con bastante ¨¦xito, desviar la atenci¨®n de las causas estructurales de un problema social, que afecta a toda la ciudadan¨ªa en la ra¨ªz misma del Estado de bienestar, y desplazarla a un gran tema ¡°nacional¡± ¡ªla abolici¨®n del delito de sedici¨®n¡ª, una pelea entre temas sociales y nacionales que viene de lejos y que la izquierda, o por lo menos el PSOE, parece haber dado ya gustosamente por perdida para siempre. Donde est¨¦ un buen problema catal¨¢n, ?para qu¨¦ hablar de salud p¨²blica?
La extraordinaria manifestaci¨®n ocurrida en Madrid el d¨ªa 13, cuyos ecos debieron o¨ªrse en toda Espa?a, ha quedado reducida de tama?o e importancia. No se comprende bien por qu¨¦ el Gobierno eligi¨® esta semana precisamente para proceder al anuncio de la eliminaci¨®n del delito de sedici¨®n. Es probable que esa decisi¨®n sea mucho m¨¢s la consecuencia de un c¨¢lculo electoral que el resultado de un an¨¢lisis jur¨ªdico y, desde luego, que el efecto de la presi¨®n intolerable de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), como la derecha se empe?a en creer. Lo cierto es que con la nueva formulaci¨®n del delito de des¨®rdenes p¨²blicos agravados (muy parecida a la del C¨®digo Penal belga) la extradici¨®n a Espa?a de Carles Puigdemont y sus colegas puede estar mucho m¨¢s cerca, con el impacto en cualquier proceso electoral que tendr¨ªa la foto del expresident entrando, por fin, en una c¨¢rcel espa?ola.
En el fondo, ?c¨®mo va a protestar ERC de que desaparezca el tantas veces denostado delito de sedici¨®n? Las prisas que se han dado los independentistas catalanes para intentar abrir otro frente, el de la malversaci¨®n y la posible candidatura de Oriol Junqueras, muestran esa inquietud, pero la malversaci¨®n es un hueso duro de roer porque es de muy f¨¢cil comprensi¨®n para todos los ciudadanos: vaya a donde vaya ese dinero (bolsillo particular o megaloman¨ªa pol¨ªtica), resulta que era m¨ªo y me lo quitaron.
Es probable, pues, que la supresi¨®n del delito de sedici¨®n no tenga costes para S¨¢nchez. Sin embargo, lo que s¨ª deja es un regusto muy amargo entre juristas, para quienes lo dudoso no es la abolici¨®n de ese delito, sino la manera en la que se ha hecho, aislada, en lugar de incluirla dentro de una reforma m¨¢s extensa del C¨®digo Penal. Esa reforma sigue pendiente y en ella se hubiera a?adido la figura de delitos contra la Constituci¨®n, que existe en otros ordenamientos jur¨ªdicos europeos y que ayudar¨ªa a acotar mejor futuros problemas, mientras que la actual reforma, la de los delitos de orden p¨²blico agravados, puede terminar siendo muy problem¨¢tica, seg¨²n en qu¨¦ escenario. (Jos¨¦ Luis D¨ªaz Ripoll¨¦s en EL PA?S, 17 de noviembre de 2022).
En cualquier caso, ?por qu¨¦ despreciar el impacto social de la gran manifestaci¨®n en favor de la sanidad p¨²blica y participar en una maniobra de distracci¨®n tan formidable? Es como si el Gobierno de Pedro S¨¢nchez actuara a pi?¨®n fijo y fuera incapaz de procesar ning¨²n acontecimiento que no forme parte previamente de su propia agenda electoral. Nadie en el Gobierno parece haber visto a las decenas de miles de manifestantes que llenaron las calles de Madrid. Nadie parece tomar en cuenta que la sanidad p¨²blica se est¨¢ convirtiendo, seg¨²n todas las encuestas, en una de las principales preocupaciones de los ciudadanos. La manifestaci¨®n tendr¨¢ efectos, sin duda, puesto que obligar¨¢ a negociar a la Comunidad de Madrid, pero se habr¨¢ perdido una magn¨ªfica ocasi¨®n de abrir un debate m¨¢s profundo, y el Gobierno y los partidos de izquierda no habr¨¢n hecho nada para favorecerlo.
Quiz¨¢ Puigdemont llegue a entrar en la c¨¢rcel, pero lo que es seguro es que 700.000 espa?oles seguir¨¢n sin poder entrar en el quir¨®fano. No deber¨ªa ser incompatible.
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