Negociar con Putin
Los acuerdos de desarme en Europa entre Reagan y Gorbachov en la d¨¦cada de los ochenta condujeron al final de la Guerra Fr¨ªa, y ahora solo unos nuevos acuerdos podr¨ªan evitar la segunda Guerra Fr¨ªa y terminar con la caliente
Nadie podr¨¢ oponerse a una mediaci¨®n como la que Lula propone. La dificultad est¨¢ en el momento, las condiciones y sobre todo la materia de la negociaci¨®n que hay que promover, es decir, las concesiones que pueden y deben hacer ambas partes, cuesti¨®n en la que el desacuerdo es absoluto. Este es el punto en que se encuentran Rusia y Ucrania, dispuestas ambas a seguir con la invasi¨®n la primera y defendi¨¦ndose la segunda. Putin solo quiere negociar a partir de los territorios conquistados y anexionados, que considera hechos consumados e innegociables. Aceptada la premisa, se abre a negociar el cese de las hostilidades y los bombardeos. Y luego, quiz¨¢s la adhesi¨®n de Kiev a la Uni¨®n Europea, pero no a la OTAN, y naturalmente las fronteras definitivas. Es decir, nada de nada. O si es algo, una victoria pol¨ªtica sustentada en su derrota militar. Podr¨ªa organizar un desfile en la Plaza Roja para celebrarlo. Ser¨ªa el pr¨®logo a la reanudaci¨®n de la guerra, como ha sucedido en otras ocasiones, la m¨¢s notable la cumbre de M¨²nich en 1938. Nadie puede consagrar una modificaci¨®n de fronteras por la fuerza. Muestra de que esto es as¨ª es el formato de negociaci¨®n entre la OTAN y el Kremlin, pero sin Ucrania, que Putin propone. Como la Checoslovaquia entregada por Chamberlain a Hitler en nombre de la paz, una infame operaci¨®n que condujo a la guerra europea y mundial y que no debe repetirse ahora.
Si fuera el caso de cesiones territoriales o de modificaciones en el estatuto legal de Crimea o el Donb¨¢s, nadie puede hurtar al gobierno de Kiev el derecho exclusivo a decidir por s¨ª solo en una discusi¨®n que afecta a su Constituci¨®n. Su exigencia es la contraria: no hay nada a negociar sin la previa retirada de las tropas rusas de todo el territorio. Un mero alto el fuego podr¨ªa allanar el camino, pero no deber¨ªa ser el objeto de la negociaci¨®n. En todo caso, hay sustancia para hablar, fundamentalmente, sobre seguridad y desarme. De unos y de otros. Y sobre las garant¨ªas, que todos exigen y necesitan. Ucrania de que no ser¨¢ agredida de nuevo por Rusia. Rusia de que cerca de sus fronteras se restringir¨¢ el estacionamiento de tropas y no se instalar¨¢n misiles. Putin querr¨¢ Crimea, con el argumento imperial de Sebastopol, el puerto naval de su flota meridional, pero Zelenski exigir¨¢ el desarme de la pen¨ªnsula para evitar futuros ataques desde all¨ª a su territorio o a sus aguas territoriales.
Los acuerdos de desarme en Europa entre Reagan y Gorbachov en la d¨¦cada de los 80 condujeron al final de la Guerra Fr¨ªa, y ahora solo unos nuevos acuerdos podr¨ªan evitar la segunda Guerra Fr¨ªa y terminar con la caliente. Todo muy dif¨ªcil, si se a?aden las heridas abiertas e incurables de la invasi¨®n, la destrucci¨®n, los cr¨ªmenes de guerra y la seguridad de que no podr¨¢ llegar la paz, y por tanto el levantamiento de las sanciones a Rusia y la normalizaci¨®n, sin el castigo de los culpables y la reparaci¨®n del da?o perpetrado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.