El recurso a la Lista Robinson
Los lectores escriben sobre c¨®mo hacer para no recibir comunicaciones publicitarias de empresas, el retraso en la entrega de 31 trenes a Asturias y Cantabria, el trabajo de los sanitarios, y los problemas de salud mental que causan las redes sociales
Ante la perturbadora insistencia acosadora por parte de empresas con agresivas campa?as telef¨®nicas, generalmente en horas de descanso, sugiero el alta en la llamada Lista Robinson. Se trata de un servicio gratuito de exclusi¨®n publicitaria que est¨¢ a disposici¨®n de los usuarios afectados que no desean ver alterada su tranquilidad con injerencias en su vida cotidiana. Son directorios que responden a la finalidad de dar protecci¨®n a los sufridos usuarios para librarse del acoso publicitario. As¨ª, si le llaman deben avisar a su interlocutor que figura inscrito en esa lista y que, por consiguiente, en lo sucesivo se abstenga de seguir llamando, ya que de lo contrario se formular¨¢ reclamaci¨®n a la Agencia Espa?ola de Protecci¨®n de Datos (AEPD) y esta sancionar¨¢ a la empresa. La sanci¨®n pecuniaria pretende tener un efecto disuasorio. Si los afectados por las an¨®malas pr¨¢cticas denunciasen en masa a buen seguro, cesar¨ªan de inmediato tales campa?as publicitarias y, al tiempo, se evitar¨ªan respuestas, a veces destempladas, de usuarios molestos que se ceban con telefonistas con sueldos precarizados que estoicamente aguantan el chaparr¨®n de la indignaci¨®n del interlocutor.
Jos¨¦ Mar¨ªa Torras Coll. Sabadell (Barcelona)
Pa¨ªs de chichinabo
Despu¨¦s de a?os de trabajos y costosas inversiones, uno se entera de que los trenes prometidos para Cantabria y Asturias no llegar¨¢n porque no caben por los t¨²neles. El presidente de Cantabria alucina y cree que se trata de una inocentada. ?C¨®mo ha sido posible tama?a chapuza? Para empezar, deber¨ªa dimitir todo el Ministerio de Transportes, de arriba abajo. Y alguien tendr¨ªa que pagar los costes de tanta irresponsabilidad. Pero aqu¨ª no pasar¨¢ nada. Somos el pa¨ªs de chichinabo.
Luis Portillo Pasqual del Riquelme. Madrid
Gracias, sanitarios
Quiero dar las gracias al servicio de urgencias de mi hospital. Una piedra en el ri?¨®n me provoc¨® un dolor intens¨ªsimo que nunca antes hab¨ªa sufrido. Y s¨ª, mucho m¨¢s doloroso que parir sin epidural. A pesar de la cantidad de personas que hab¨ªa en urgencias, quiero resaltar la profesionalidad y el cari?o con el que me han tratado. Muchas gracias, m¨¦dicas y enfermeras. Muchas gracias al m¨¦dico que estaba en triaje y que, viendo lo mal que me encontraba y los dolores que ten¨ªa, ni me ha dejado ni un solo minuto hasta que ha llegado un celador con una silla. Qu¨¦ personal tan fant¨¢stico. Eso s¨ª, no me extra?a que est¨¦n agotados y tristes por el maltrato al que est¨¢n sometidos.
Sonia Postigo ?maz. Madrid
La monstruosidad de las redes
El swipe [deslizar el dedo] controla al individuo. La mayor¨ªa de las publicaciones potencian conductas narcisistas, hip¨®critas y consumistas. Se agudizan peligrosamente diversos trastornos ps¨ªquicos como la ansiedad y la depresi¨®n. La portada del pasado domingo de El Pa¨ªs Semanal mostraba a una adolescente obnubilada bajo el t¨ªtulo Todo est¨¢ en TikTok: ?qued¨¦ estupefacta! Vivimos en un mundo fr¨ªo donde prevalece la superficialidad y en el que ya no se cree en el amor. Parece que no hay vuelta atr¨¢s, pero si quedara un atisbo de esperanza, habr¨ªa que empezar a aplicar ciertas limitaciones a las redes sociales.
Sharenny Argudin Rodr¨ªguez. Madrid
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