Ada Colau mat¨® a Kennedy
Los cr¨ªmenes de la alcaldesa de Barcelona concentran muchas de las soterradas tensiones pol¨ªticas de nuestra ¨¦poca
Para relevantes sectores econ¨®micos y medi¨¢ticos, Ada Colau es m¨¢s culpable que Lee Harvey Oswald. Como ocurre con el magnicidio de JFK, los cr¨ªmenes de la alcaldesa concentran muchas de las soterradas tensiones pol¨ªticas de nuestra ¨¦poca.
Desde muy pronto, Colau ha estado en el centro de la diana. Si el viernes pasado la Fiscal¨ªa desestim¨® la denuncia contra la peatonalizaci¨®n de algunas calles del Eixample, el martes ella hizo p¨²blico que hab¨ªa recibido una nueva citaci¨®n. Hace m¨¢s de dos a?os el Juzgado de Instrucci¨®n inadmiti¨® la querella presentada por una empresa dedicada al real state, pero Vauras Investment present¨® recurso y la Audiencia lo ha estimado parcialmente. No por revelaci¨®n de secretos, cohecho, tr¨¢fico de influencias, negociaci¨®n prohibida y usurpaci¨®n de atribuciones. Los delitos ser¨ªan malversaci¨®n, coacciones y extorsi¨®n.
La tensi¨®n que plantea el caso es sobre los l¨ªmites de la libertad de mercado, la explotaci¨®n de la ciudad por parte de ¨¦lites extractivas que contratan a gestores locales de la riqueza y el desaf¨ªo pol¨ªtico de limitar los beneficios de los fondos buitre con el objetivo que parte de sus ganancias reviertan en la ciudad para que los vecinos pobres puedan vivir con dignidad. Todo no puede ser.
Seg¨²n consta en el Registro Mercantil, Vauras se constituy¨® en 2015. Sus primeros administradores son responsables de un grupo dedicado a la gesti¨®n inmobiliaria para grandes patrimonios. Antes de finalizar el a?o se produjo una significativa ampliaci¨®n de capital: se incorpor¨® como socio ¨²nico Barcelona Invest Oy, fondo creado para invertir en el mercado inmobiliario de la capital catalana. Lo impuls¨® Confido Capital. As¨ª se describe en su web: ¡°Una firma de corretaje finlandesa que est¨¢ buscando activamente varios objetivos de inversi¨®n donde se cree que la relaci¨®n rendimiento-riesgo es excelente¡±. Como hac¨ªan desde 2010 en su pa¨ªs o en Berl¨ªn, consideraron que podr¨ªan obtener ese rendimiento excelente en Barcelona. ¡°Los valores se hab¨ªan reducido a la mitad desde el comienzo de la crisis financiera¡±, detectaron, ¡°hab¨ªa habido poca recuperaci¨®n¡±. Por ello invirtieron en ¨¦l sus fundadores y adineradas familias finlandesas, como revelar¨ªa el periodista Olli Herrala del veterano Kauppalehti. En menos de dos a?os gastaron 130 millones. Se compraron 19 inmuebles.
La f¨®rmula del negocio no tiene truco: comprar edificios, vaciarlos de vecinos presionando m¨¢s o menos, reformarlos, venderlos. Algunas operaciones de Vauras generaron controversia. La presi¨®n vecinal impidi¨® que el fondo especulase con un edificio del barrio de Sants y en marzo de 2017 el Ayuntamiento lo compr¨® a una entidad bancaria para proteger el derecho a la vivienda de los arrendadores. Otro. Un juez par¨® el desalojo de unos pisos donde viv¨ªan monjas. A partir de oto?o de 2017 no compraron m¨¢s edificios. La causa, seg¨²n confesaron los impulsores del fondo, eran las pol¨ªticas de Colau y la crisis catalana. Al constatar que no se obtendr¨ªa la rentabilidad esperada y para evitar mayores p¨¦rdidas, los gestores del fondo decidieron disolverlo antes de lo previsto. En enero de 2020 lo comunicaron en una carta dirigida a los inversores, pero algunos de estos consideraban que hab¨ªa otros problemas: ¡°La estructura del fondo revela que los inversores han pagado a los llamados gestores de activos porcentajes locos¡±.
Aquella decisi¨®n coincidi¨® con la notificaci¨®n que el Ayuntamiento envi¨® a Vauras. Otra vez Colau y los negocios con la vivienda. En virtud de un decreto ley que hab¨ªa aprobado la Generalitat, recurrido por el PP y desactivado en parte por el Tribunal Constitucional, los grandes tenedores de pisos estaban obligados a ofrecer alquileres sociales a familias en riesgos de vulnerabilidad y que hubiesen ocupado pisos de su propiedad. Eso es lo que ped¨ªa la alcaldesa, es decir, impon¨ªa una rebaja de sus beneficios. Ese desaf¨ªo pol¨ªtico, tensando la ley y la libertad de mercado, es el que vuelve a plantarse. Esas tensiones que sufren las ciudades globales deber¨ªan ser el eje del debate municipal que tendremos durante los pr¨®ximos meses.
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