Joyce Carol Oates: c¨®mo sobrevivir a la maldici¨®n de las ¡®mujereadas¡¯

Lo llaman ¡°el ciclo¡± y dura seis meses. Ese es el tiempo m¨¢ximo que una mujer ser¨¢ adorada en Twitter. ?Despu¨¦s? La que antes tanto gustaba, ahora dir¨¢n que ¡°est¨¢ sobrevalorada¡±. Del ¡°menuda reina¡± se pasar¨¢ al ¡°esta t¨ªa ya cansa¡±. Esta (acertada) maldici¨®n que asola a las que participan activamente en la conversaci¨®n digital la tipific¨® la escritora Caitlin Moran en M¨¢s que una mujer (Anagrama, 2022) y la confirm¨® cuando la entrevist¨¦: ¡°Parece que solo podamos tener una mujer a la que amemos much¨ªsimo durante ese periodo de tiempo. Ah¨ª ser¨¢ perfecta, la mejor. De repente, habr¨¢ que buscar a una nueva. Y a otra. No permitimos a las mujeres cometer errores ni cambiar de idea. Las mujeres o son perfectas o est¨¢n jodidas¡±, denunci¨®.

La regla de los seis meses no es solo producto de la cabeza de la brit¨¢nica. La cr¨ªtica cultural canadiense Rayne Fisher-Quann tambi¨¦n ha puesto nombre a ese preciso momento en el que todo el mundo se pone de acuerdo para odiar a una mujer de la noche a la ma?ana: en ingl¨¦s se dice ¡°Woman¡¯d¡±; en castellano, se traduce como ser ¡°mujereada¡±. Esa es la acci¨®n que define al cada vez m¨¢s fren¨¦tico ciclo de aceptaci¨®n, ensalzamiento y rechazo para las mujeres con exposici¨®n digital. Fisher-Quann dice que lo que est¨¢ pasando con la escritora Ottessa Moshfegh en Twitter (caer mal) ya pas¨® con la actriz Anne Hathaway y con Britney Spears en el pasado. Porque ¡°mujereada¡± no tiene nada que ver con ser criticada o rechazada, un ejercicio ¨²til a la par que urgente en la llamada al progreso social en 2023. Lo problem¨¢tico de esto es someter a las mujeres a un baremo de pureza bajo el perverso binarismo de putas o v¨ªrgenes, ¨¢ngeles o diablas. Mujeres sin posibilidad de instalarse en una escala de grises. Una problem¨¢tica fantas¨ªa aspiracional cuya esperanza siempre muta y se proyecta sobre esa cara nueva de la que todav¨ªa nadie sabe nada.

Frente a este deprimente escenario mis¨®gino que invita al ¡°calladita est¨¢s m¨¢s guapa¡±, existe una mujer desde los inicios de Twitter que ni es joven ni comedida y, aunque es ducha en meterse en jardines, siempre consigue pasarse la partida. Se trata de la escritora Joyce Carol Oates, leyenda viva de la literatura, nominada cinco veces al Pulitzer¡­ y un sublime caos tuitero. A sus 84, y en los 13 a?os gloriosos que lleva activa en el portal, Oates ha sido capaz ¡ªentre fotos horripilantes, la marciana virtud de asumir errores y bromas malentendidas que involucran a dinosaurios y Steven Spielberg¡ª de despertar todas las emociones intensas de internet. La autora se hace viral desde la hilaridad hasta la indignaci¨®n, con la incre¨ªble capacidad de ofender a los que la celebran en un camino c¨ªclico de ida y vuelta.

Sirva como ejemplo la genial respuesta que ofreci¨® estos d¨ªas a un tuitero que puso en duda su feminismo por haber tuiteado activamente contra personalidades tr¨¢nsfobas y ser defensora de ¡°mujeres trans con penes que no deber¨ªan estar desnudas en los vestuarios con mujeres reales¡±: ¡°?Es esto un problema serio? ?De verdad? De parte de las ¡®mujeres reales¡¯: ninguna en particular quiere estar desnuda en un vestuario con extra?os o con quien sea en cualquier lugar o en cualquier momento, desnuda o no. No puedo creer que este sea un problema de buena fe¡±. Como resumi¨® un tuitero: ¡°Joyce Carol Oates demuestra que el cinismo y la misantrop¨ªa pueden llevarte al humanismo radical y las ideas progresistas, incluso cuando el mundo cambia r¨¢pidamente a tu alrededor¡±. Ella es nuestra chica del p¨®ster. La superviviente a la maldici¨®n de las ¡®mujereadas¡¯.